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Escenarios

'Farinelli', el castrado según Tomás Bretón

El Teatro de la Zarzuela presenta en versión de concierto la obra del compositor español sobre el famoso cantante del Barroco

14 febrero, 2020 18:25

Tomás Bretón es un compositor que el gran público identifica siempre con La verbena de la Paloma, pero fue autor de otras muchas obras de distinto tipo, tres sinfonías, una notable cantidad de zarzuelas y algunas óperas de indudable valía. Dos de las más conocidas son Los amantes de Teruel y La Dolores. Alguna otra de gran importancia son Garín, Tabaré y especialmente Farinelli, que es la que nos interesa hoy aquí en mayor medida, ya que ha sido programada, en versión concertante, por el Teatro de la Zarzuela (este sábado y el lunes).

Bretón trató de impulsar con este título su ambiciosa pero fallida creación de un género operístico puramente español

Es una espléndida oportunidad para entrar en los entresijos de un arte lírico consumado, de grandes hechuras e indudable ambición, revelador de la preparación rigurosa de su autor, justamente considerado como una de las figuras más prestigiosas de la música española de su época. Aunque bien entrado el siglo XX autores como Salazar o Sopeña lo llegaran a poner eventualmente como chupa de dómine. Raquel, casi coetánea de Farinelli, fue considerada por el propio Bretón como su mejor ópera, a pesar de su frío recibimiento, tal y como señala Víctor Sánchez. Farinelli, estrenada en el Teatro Lírico en 1902, precedió a sus dos originales y últimos logros, Don Gil de las calzas verdes, un novedoso intento de adaptar al género la comedia del Siglo de Oro, y Tabaré, cuya ambientación americana se asimila en una poderosa e intensa partitura. El músico salmantino decidió, como otros autores antes, inspirarse en la estancia ibérica del famoso evirado. La partitura está dividida en un prólogo y tres actos a partir de un libreto del poeta sevillano Juan Antonio Cavestany. Bretón trató de impulsar con ella su ambiciosa pero fallida creación de un género operístico puramente español. Y que todavía hoy no ha sido por completo reconocido. El Teatro Real, por ejemplo, solo lo ha hecho en una mínima parte.

Para los dos conciertos previstos se cuenta con un estupendo elenco capitaneado, en el papel del castrado, por la mezzosopano Maite Beaumont –presente también en La clemenza di Tito del Liceo de Barcelona–, voz de buena pasta y bien coloreada. Junto a ella, la siempre musical y elegante Nancy Fabiola Herrera (Beatriz). Dos barítonos de raza, Rodrigo Esteves (Jorge) y David Menéndez (Doctor), las acompañan. Leonardo Sánchez (Alberto) y Manuel Fuentes (Maestro) completan el reparto. Es una garantía la presencia en el foso de Guillermo García Calvo. Se va a seguir una adaptación –procedimiento que se aplica cada vez más en este coliseo– firmada por María Velasco en la que interviene como narrador el insigne Emilio Gutiérrez Caba.