Vista exterior del Teatro Real

Aún no se ha anunciado de manera oficial pero los responsables implicados lo han reconocido de manera oficiosa: el Teatro Real y el Teatro de la Zarzuela se fusionarán para formar una única institución consagrada al teatro lírico. El Real, gestionado por una fundación mixta con recursos públicos, privados y propios, absorberá al Teatro de la Zarzuela, centro totalmente público que depende del Instituto Nacional de las Artes Escénicas y de la Música (INAEM). Con la unión de ambos teatros, Madrid contaría con dos escenarios estables consagrados a la ópera y a la zarzuela, lo que la elevaría en el contexto europeo y además contribuiría a internacionalizar el género lírico español.

El Teatro Real cuenta actualmente con un presupuesto de 56 millones de euros, y el de la Zarzuela, con 22 millones. Según algunas fuentes cercanas al proceso de unificación, la nueva institución se llamará Teatro Nacional de la Ópera y de la Zarzuela y podría contar con un presupuesto mayor a la suma de ambos, cercano a los 100 millones de euros.

Este lunes está prevista una reunión en el Ministerio de Cultura que congregará a las partes implicadas en la fusión, para iniciar las negociaciones y los plazos del proceso, para el que será necesaria la promulgación de un Real Decreto.

Fachada del Teatro de la Zarzuela

El nuevo teatro contará, pues, con dos sedes y su modelo será similar al de París, donde puede verse ópera tanto en el Teatro de la Ópera de París como en el Teatro de la Bastilla, que también mantiene vivo el legado de la ópera cómica francesa; y en Viena sucede lo mismo con la Ópera de Viena y la Volks Opera, donde se programa tanto ópera como opereta vienesa.

Actualmente el patronato del Teatro Real está presidido por Gregorio Marañón. Ignacio García-Belenguer es el director general del teatro y Joan Matabosch, su director artístico, mientras que el Teatro de la Zarzuela está dirigido por Daniel Bianco, que en el pasado fue director técnico del Real.

Para los sindicatos, este proceso de fusión no es más que una privatización del Teatro de la Zarzuela, según sendos comunicados enviados durante el fin de semana por UGT y CC.OO. en los que expresaban también su preocupación por el futuro de la plantilla del teatro, formada por la orquesta, el coro y personal técnico y administrativo.

El Teatro Real fue inaugurado en 1850 y vivió una larga etapa de esplendor hasta 1925, cuando sufrió un hundimiento que obligó a clausurarlo. La Guerra Civil y la posguerra agravaron su estado de ruina hasta que el gobierno franquista ordenó su remodelación y conversión en sala sinfónica, reabriendo al público en 1966. Hasta 1988, año de la apertura del Auditorio Nacional, el Teatro Real fue el único lugar habilitado para conciertos sinfónicos. Tras un nuevo y largo proceso de remodelación, en 1997 comenzó la nueva etapa del Teatro Real, consagrado de nuevo a la ópera y recuperando un lugar de referencia en el panorama europeo.

Por su parte, el Teatro de la Zarzuela fue construido por iniciativa de los propios autores del género chico e inaugurado en 1856. Desde el hundimiento del Real en 1925 y hasta su reapertura en 1997, el Teatro de la Zarzuela fue durante siete décadas el único lugar de Madrid donde podía verse ópera con regularidad.

Tras la reunión de este lunes entre Daniel Bianco, que fue nombrado director del Teatro de la Zarzuela por concurso público, y el Secretario de Estado de Cultura Fernando Benzo, Bianco ha puesto su cargo a disposición del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte aludiendo que no quiere ser un obstáculo. Sin embargo, y aunque aún no se sabe de qué forma, Benzo le ha manifestado su deseo de que continúe vinculado al proyecto ya que su contrato no finaliza hasta noviembre de 2015.