Image: Flórez y López Cobos, juntos para una rareza discográfica

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Flórez y López Cobos, juntos para una rareza discográfica

El Teatro Real de Madrid y el sello Decca presentan la segunda grabación de la versión francesa de Orphée et Eurydice de Gluck

26 abril, 2010 02:00

Juan Diego Flórez y López Cobos, hoy en el Teatro Real. Foto: Javier Lizón.

Benjamín G. Rosado
El tenor peruano Juan Diego Flórez y el director titular de la Orquesta Sinfónica de Madrid, Jesús López Cobos, han presentado la primera grabación en años -la segunda de la que se tiene constancia discográfica- de la versión francesa de Orphée et Eurydice de Gluck que ha editado Decca a partir de las funciones que se ofrecieron en el Teatro Real en mayo y junio de 2008.

Acompañados por el director general del coliseo, Miguel Muñiz, y Álex Sánchez, del área de música clásica de Universal, el cantante y el director han coincidido en destacar, tras la reproducción de algunos fragmentos del disco, el carácter extraordinario de esta colaboración. "Gluck realizó al menos tres versiones de la ópera -comentaba, disco en mano, el director zamorano-; la del estreno en Viena en 1761, la de Padua y la versión francesa de París, más ampulosa, más instrumentada y con una ampliación del ballet". Es una partitura que conoce bien, no sólo por haberla estudiado para su estreno en Madrid, también por su aproximación a la primera versión, que dirigió en Berlín en los 70. "Se han dirigido algunas versiones puristas, vienesas, pero sólo con voces como la de Juan Diego se pueden asumir los riesgos de la versión francesa, que requiere de enormes dosis de expresividad, y que requiere que se entienda cada palabra que se pronuncia y que se canta. Intérpretes como Flórez se dan una vez cada 50 años".

Flórez ha recogido el guante y ha calificado la experiencia junto a López Cobos y el resto del elenco (Ainhoa Garmendia, como Eurydice, y Alexandra Martinelli, como Amor) de inolvidable. "Mi debut como Orphée ha superado el aspecto meramente musical para adentrarme en el inframundo que visita el protagonista, otra dimensión, digamos metafísica, en la que tuve ocasión de reflexionar y cuestionarme algunas cosas". La primera pregunta vino de parte de Antonio Moral, cuando años atrás, en una conversación telefónica, trataba de persuadirlo para que no rechazara la oferta. "Al principio le dije que no -se ha sincerado el tenor-, porque esta ópera es todo un reto vocal. El tenor está siempre en escena, y tiene que aplicar un canto muy expresivo, en la zona aguda, donde ningún tenor quiere estar, y eso te agota. Por otro lado, es una partitura llena de matices. Por lo que, si la haces bien, recibes tu recompensa".

El tenor peruano, que los próximos 29 de abril y 2 de mayo ofrecerá en el Teatro Real la versión de concierto de I puritani de Bellini, ha confirmado tener proyectos apalabrados para la era Mortier, pero que no quiere adelantar nada. "En París no tuve ocasión de trabajar con él. Pero en Madrid las cosas van por buen camino. Se habló inicialmente de un Così, pero no será, porque aquello era un proyecto con Moral, que se tenía que hacer con Moral".