Osgood Perkins. Foto: Neon

Osgood Perkins. Foto: Neon

Cine

Osgood Perkins estrena 'Keeper': “Es difícil que voces originales puedan desarrollarse fuera del terror”

Hijo de Anthony Perkins, el Norman Bates de Psicosis, el director de 'Longlegs' y 'The Monkey' se ha convertido en el nuevo rey del terror de Hollywood.

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Osgood Perkins (Nueva York, 1974) se ha erigido a sus 51 años en la nueva sensación del cine de sustos gracias al éxito de Longlegs (2022), demoníaca cinta de terror elevado con una delirante actuación de Nicolas Cage, y The Monkey (2025), adaptación de la novela de Stephen King sobre la maldición que arrastra un juguete con forma de mono tamborilero en clave de comedia gore.

Probablemente ni él mismo podía imaginar este escenario cuando trataba de abrirse camino en Hollywood como actor. Durante un par de décadas participó en papeles secundarios en películas como Una rubia muy legal (Robert Luketi, 2001), Secretary (Steven Shainberg, 2002) y Star Trek (J.J. Abrams, 2009), pero el tiempo pasaba y nunca llegó su gran oportunidad.

Y es que se podría pensar que su condición de monarca del terror a la que estaba destino había sido sellada en su infancia, cuando interpretó antes de cumplir los 10 años a la versión infantil de Norman Bates en Psicosis II: El regreso de Norman (Richard Franklin, 1983), secuela tardía del clásico de Hitchcock de 1960.

En realidad, no había mejor candidato para el papel: Osgood es hijo de Anthony Perkins, el carismático actor que encarnó al célebre psicópata con complejo de Edipo. Y si la variada y nutrida carrera del padre quedó sepultada bajo la sombra de este escalofriante personaje, el hijo no alcanzaría el éxito hasta que dejó de resistirse al legado familiar y se lanzó de cabeza a perturbar al personal. Parece la letra pequeña de un pacto luciferino.

Perkins, en videoconferencia desde Vancouver (aunque mantiene apagada la cámara por “problemas de conexión”), no rehúye las preguntas sobre su padre. “Hablar sobre cómo me ha influido me resulta complejo”, apunta. “¿Cuánto tiempo tienes? [Risas]".

"En realidad, todos tenemos relaciones complejas con nuestros padres", continúa el director. "Pero, en lo profesional, me ha inspirado y me ha propulsado como creador. No solo él, en mi familia hay personas muy creativas, como mi bisabuela Elsa Schiaparelli [diseñadora de moda en los años 30 y 40, máxima rival de Coco Chanel] y mi hermano Elvis, que es músico y artista. Hay algo profundamente significativo en la capacidad de respetar, reflejar y crecer a través de ese legado”.

Ahora estrena en España Keeper, un nuevo sabor en su menú de horrores. Con Tatiana Maslany (Orphan Black, She-Hulk) como protagonista, la película –más cerca de Longlegs que de The Monkey– narra la historia de una mujer que va a pasar un fin de semana en la casa de campo de su novio, donde poco a poco empezará a sospechar que hay una extraña presencia.

Pregunta. ¿Cuál fue la inspiración inicial para esta película?

Respuesta. Honestamente, no hubo una idea concreta. Acabábamos de finalizar Longlegs y simplemente queríamos seguir rodando con nuestro fantástico equipo. No es una película que hayamos hecho por dinero y, desde luego, no teníamos el tiempo suficiente, pero sí mucho amor por nuestro trabajo. Ha sido como un embarazo inesperado.

P. ¿Cómo fue surgiendo la historia?

R. Arrancamos la producción y empezó a materializarse. Decidimos que sería algo de terror y, con medios tan limitados, pensamos que el tema de las relaciones de pareja podría funcionar, ya que nos bastaban dos personajes y una localización. En realidad, siempre he querido hacer un filme en el que el horror procede de ahí. Todos hemos tenido relaciones e, incluso las buenas, dan un poco de miedo.

P. ¿Le ha servido de referencia algún filme o libro?

R. Hay algunas películas que están siempre circulando por la corriente sanguínea de un director. En mi caso, La semilla del diablo (Roman Polanski, 1968), Los ojos sin rostro (Georges Franju, 1960), Cabeza borradora (David Lynch, 1977) y Amenaza en la sombra (Nicolas Roeg, 1963) son como una enfermedad incurable, me acompañan siempre. Pero las influencias funcionan de otra manera.

»Mi intención era hacer un filme al estilo de Robert Altman. Rara vez buscamos inspiración en otras películas de terror, porque todo acaba siendo demasiado, digamos, coqueto.

P. ¿Cómo fue la colaboración con Tatiana Maslany?

R. No se trataba de improvisar. Trabajamos desde un guion. Yo no podía escribir porque estábamos en tiempos de la huelga de guionistas de Hollywood y no hubiese sido legal. Entonces, mientras Nick Lepard escribía, Tatiana y yo discutíamos el texto e imaginábamos escenarios y reacciones inesperadas. Ella es una actriz juguetona, muy expansiva y flexible. No conozco a muchos intérpretes así.

P. Luego volvió a trabajar con ella en The Monkey que, aunque ha llegado antes a las salas, se rodó después...

R. Sí, y ahora he vuelto a contratarla para mi próxima película. Estamos rodando ahora mismo en Vancouver. Cuando te das cuenta de lo que puede hacer un intérprete sin límites como ella, quieres tenerla de nuevo contigo para ver qué más puedes descubrir.

P. ¿Qué importancia tuvo la cabaña donde rodaron?

R. Era un edificio muy pequeño, casi sin habitaciones, extremadamente estrecho para rodar una película. Tuvimos que buscarnos la vida para manipular el espacio y que el espectador se sintiera desorientado. Decidimos que no íbamos a mostrar la distribución real de la casa para que pareciera un puzle al que le falta alguna pieza.

»Si lo piensas, la localización también ha sido fundamental para la película. De nuevo, hemos abrazado las limitaciones que nos generaba. Y creo que todo ello nos llevó a tratar de hacer una película que fuese también difícil de comprender.

Tatiana Maslany y Rossif Sutherland, en la película

Tatiana Maslany y Rossif Sutherland, en la película

P. De hecho, la película se abre a todo tipo de especulaciones sobre su sentido y su final. ¿Le gusta que los espectadores salgan de la sala con el ánimo de discutir sobre lo que han visto?

R. Es algo bastante divertido. Keeper ha tenido una recepción muy polarizada. A la mitad de los espectadores no le ha gustado y a la otra mitad, le encanta. Oscar Wilde dijo que cuando los críticos están divididos, el artista está contento.

»Es algo difícil de decir en el negocio del cine, porque lo ideal es que tu película gane 100 millones de dólares, que sea un gran pelotazo y que todo el mundo esté obsesionado con ella. Pero esa expectativa no es real. A veces tienes que aceptar que hay películas que solo funcionan para la mitad de la población. Suena bastante democrático para mí.

P. ¿Qué guió la elección de las canciones de Keeper?

R. Tengo la suerte de trabajar con un excelente supervisor musical que mágicamente suele conseguir todas las canciones que quiero o necesito. Nunca me dice que no cuando le pido una canción específica. Y muchas veces las canciones aparecen de repente si estás atento y mantienes tus oídos abiertos.

»Love is Strange, de Mickey & Sylvia, es una canción de amor vibrante y pegadiza y nos pareció perfecta para abrir la película. La última canción, en cambio, Fooled Around And Fell In Love, de Elvin Bishop, es muy patriarcal, de toxicidad masculina, sobre un hombre al que no le importan una mierda las mujeres. Y después está la canción de Peggy Lee, I Don’t Want to Play in Your Yard, que no sé de dónde la sacó mi editor, pero era perfecta como tema central del filme. Por eso se hacen películas con otras cincuenta personas, porque siempre llega alguien con una mejor idea que cualquiera que tengas tú.

P. ¿Qué es lo que cree que le define como director?

R. Simplemente, intento hacer las cosas que me gustan. En mi tiempo libre no suelo ver películas de terror nuevas. Soy más de los clásicos de John Cassavetes. Y puedo ver Un largo adiós (Robert Altman, 1973) una y otra vez.

»En estos tiempos oscuros, tenemos suerte de tener trabajos creativos. Yo solo trato de estar abierto a lo que pasa a mi alrededor. Mi próxima película está 100 % basada en el lenguaje que usa mi hija de 16 años.

P. ¿Hay otros géneros o formatos que quisiera explorar en el futuro?

R. Por supuesto, pero también quiero que me paguen. Cada vez es más difícil que voces originales puedan desarrollarse fuera del terror, que es un género por el que la gente se siente especialmente atraída, sobre todo en estos tiempos convulsos. Funciona como una especie de medicina. Creo que aparcar el terror y tratar de hacer un wéstern o un musical sería un pésimo negocio para mí.

»Tengo que ser realista y práctico. Pero lo bueno es que el género de terror lo permite todo. Contiene toda la existencia, incluyendo lo que hay tras la caída del telón.

Tatiana Maslany, en la película

Tatiana Maslany, en la película

P. Ha dicho que vivimos en tiempos oscuros. ¿Qué es lo que más le preocupa?

R. Bueno, soy americano, ya sabes... Hemos perdido nuestro rumbo totalmente. Llevo tres años en Canadá rodando y realmente siento que es un lugar amable y amoroso. Simplemente estoy tratando de vivir de la mejor manera posible mientras las luces se van apagando. Pero puede que cada generación, la de Vietnam o la de la Revolución francesa, se haya sentido así.

»Las cosas, en cualquier caso, no están mejorando pero, a pesar de todo, tratamos de crear cosas bellas. Creo que si hay alguna respuesta al fascismo, tal vez sea el surrealismo.