'Avatar: Fuego y ceniza': exuberante espectáculo y perezosa narrativa... Nada nuevo en Pandora

'Avatar: Fuego y ceniza': exuberante espectáculo y perezosa narrativa... Nada nuevo en Pandora

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'Avatar: Fuego y ceniza', exuberante espectáculo y perezosa narrativa... Nada nuevo en Pandora

Lo mejor de esta entrega de James Cameron es la líder del Pueblo de las Cenizas, una villana con un toque oscuro y sexi al que da vida una juguetona Oona Chaplin.

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James Cameron vuelve en Avatar: Fuego y ceniza a crear un espectáculo de proporciones gigantescas, sobre todo en cuanto duración (195 minutazos) y ambición técnica. El cineasta ha conseguido en esta tercera entrega de la saga un 3D con un nivel de definición asombroso, lo que convierte el visionado en sala en una experiencia realmente única.

Además, el espectador difícilmente se sorprenderá durante el metraje pensando en la ropa sucia que se amontona en la cesta o en qué preparará para comer al día siguiente, pues el ritmo no decae en ningún momento y las secuencias de acción, sin ser memorables, al menos sí convencen.

En definitiva, esto es lo mínimo necesario para que Avatar funcione como lo que en realidad es: cine escapista, de entretenimiento, pero sin la capacidad de otras sagas, pongamos Star Wars o El señor de los anillos, para calar en el imaginario pop colectivo. ¿Cuál es el “Que la fuerza te acompañe” de Avatar? ¿Los niños compran realmente figuritas de los Na’vi? ¿Todos los clubs de fans son iguales de tétricos que el que retrata la hilarante docuserie How to with John Wilson?

Quizá el problema de Avatar sea que su mensaje anticolonialista y ecologista -no olvidemos que la primera película era un descarado remedo de Pocahontas- tiene la sutileza de un martillazo en el dedo meñique, o que su estética de azul cielo bioluminiscente puede llegar a resultar algo estomagante, o que sus personajes siempre han sido un tanto sosos. El caso es que, por grande que sean sus taquillazos, nunca ha acabado de calar de verdad.

Fuego y ceniza arranca exactamente donde acababa Avatar: El sentido del agua (2022), continuando la historia del enfrentamiento entre los humanos y los Na’vi por los preciados recursos de Pandora.

Jake Sully (Sam Worthington) y su familia se lamen las heridas acogidos por los miembros del clan de los arrecifes, los Metkayina, tras el enfrentamiento con el avatar del Coronel Mils Quaritch (Stephen Lang) en el que murió el hijo mayor, Neteyam.

La matriarca Neytiri (Zoe Saldaña) lleva especialmente mal la muerte de su vástago, por lo que su odio hacia los humanos es cada día más radical, de ahí que mire con desconfianza a Spider (Jack Champion), el hijo biológico del villano de la función, Quaritch, al que rescataron y adoptaron tras la primera película.

Neitiry (Zoe Saldaña) y Jake Sully (Sam Worthington), en 'Avatar: Fuego y ceniza'

Neitiry (Zoe Saldaña) y Jake Sully (Sam Worthington), en 'Avatar: Fuego y ceniza'

Spider necesita una máscara para respirar al aire libre en Pandora, pues la atmósfera es mortal para los humanos, y ante el peligro que ello entraña -ya sea por avería, pérdida o descuido en las recargas-, y quizá por la ojeriza que Neitiry le ha cogido al muchacho, Sully decide llevarlo a que viva entre los suyos a una base científica que no tiene relación con los malvados militares.

De manera que la familia al completo se embarca en un convoy alado de mercantes para depositar contra su voluntad allí a Spider, pero en mitad de la travesía son atacados por el Pueblo de las Cenizas, los Na’vi que rinden culto al fuego.

A partir de ahí comienza la aventura de Cameron, que narrativamente no aporta demasiado a la saga. De hecho, el guion es una sucesión de episodios repetidos: uno y varios miembros de la familia son apresados por los enemigos, y los otros tienen que ir a rescatarlos. Así, hasta la inevitable batalla final (que no resolverá tampoco demasiado, ya saben que Cameron tiene en la recámara Avatar 4 y 5).

Lo mejor de esta entrega es lo que le aporta la líder del Pueblo de las Cenizas, una villana con un toque oscuro y sexi al que da vida una juguetona Oona Chaplin, y el desarrollo del personaje de Quaritch, que no dejará de caer en contradicciones entre su odio a Sully y su lealtad a Spider, que le salvó de la muerte en la anterior película.

Por lo demás, nada nuevo en Pandora. Y quizá así esté bien. Si la ausencia de riesgo y atrevimiento narrativo de Cameron sirve para insuflar vida a los cines y animar la taquilla en este final de año, bueno será para la industria, tanto de Hollywood como española.

Avatar: Fuego y ceniza

Director: James Cameron.

Guion: James Cameron, Rick Jaffa, Amanda Silver.

Intérpretes: Sam Worthington, Zoe Saldaña, Stephen Lang, Oona Chaplin, Kate Winslet, Cliff Curtis, Britain Dalton, Trinity Jo-Li Bliss, Jack Champion.

Año: 2025.

Estreno: 19 de diciembre