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Durante el transcurso del pasado Festival de Venecia, en El Cultural tuvimos la oportunidad de conversar con Jaume Claret Muxart (Barcelona, 1998), que presentaba en la sección Orizzonti su ópera prima, Extraño río (Estrany riu), a partir de este viernes en las salas.

Nuestra compañera Mariona Borrull apuntaba en el texto resultante de aquel encuentro que tanto este filme como la reciente Romería (Carla Simón, 2025) proponen un giro evidente en lo que se entendía en los últimos años como “cine catalán”, algo que –para este cronista– se podría extrapolar al ámbito nacional. Tanto el trabajo de Claret Muxart como el de Carla Simón añaden sueño, fábula y poesía al naturalismo de corte sensible imperante en buena parte del cine de autor español reciente, abriendo nuevos y sugerentes caminos.

De hecho, Extraño río emerge como lo que podría haber sido Call Me by Your Name (Luca Guadagnino, 2017) si la hubiese rodado Angela Schanelec con el minimalismo lírico que la caracteriza. Pero la directora alemana no es el único referente del cine europeo que se explicita en las preciosas imágenes que factura Claret Muxart, sino que podemos rastrear también la huella de contemporáneos como Christian Petzold, Apichatpong Weerasethakul y Mia Hansen-Løve, y clásicos como Ingmar Bergman, Jean Renoir y Maurice Pialat.

La historia de Extraño río es aparentemente sencilla, pero Claret Muxart va enhebrando desde un poso vivencial temas tan complejos como el deseo, las fricciones familiares o la identidad. Estamos ante un relato de iniciación que el propio director califica como flowing of age, haciendo un juego con el género del coming of age y el fluir que tan importante es en el filme, ya sea del agua de los ríos que marcan el paisaje de la historia o de una narrativa que desafía constantemente la coherencia (algo que puede desconcertar y frustrar a no pocos espectadores).

La poderosa y cinética secuencia de arranque nos muestra a una familia en bicicleta, mientras la cámara en movimiento y el montaje acelerado basculan entre las exuberantes arboledas y los cuerpos a toda velocidad. De alguna manera, podemos encontrar aquí una plasmación visual de la intensidad con la que Dídac (Jan Monter), el protagonista, experimenta las dudas y temores de la adolescencia.

Aunque hasta mediada la película no sabremos dónde transcurre la acción, en Extraño río seguimos durante unas vacaciones a Dídac y a su familia: la madre, Mónica (Nausicaa Bonnín), una actriz de teatro que trata de memorizar el texto de La muerte de Empédocles de Hölderlin; el padre, Albert (Jordi Oriol), que es arquitecto; y sus hermanos menores, Biel (Bernat Solé) y Guiu (Roc Collel). El plan consiste en recorrer una parte de la ribera alemana del Danubio sobre dos ruedas.

En una película de naturaleza sensorial y sensual, puntuada con la evocadora música de Nika Son y la estilizada fotografía de Pablo Paloma en 16 mm, vemos a la familia por el bello entorno, a veces en sintonía, en otras ocasiones discutiendo. Y es Dídac quien se muestra más irritable, quizás porque ha renunciado a estar con sus amigos por este viaje o porque también sospecha que pueden ser las últimas vacaciones en las que estén todos juntos, como verbaliza Mónica en un momento.

Francesco Wenz y Jan Monter, en la película

Claret Muxart, centrando la mirada en los cuerpos, también muestra los temblores de la adolescencia sin caer en subrayados, desde las peleas entre hermanos a las masturbaciones a escondidas o los dolores en las piernas por el crecimiento.

Pero en el centro del relato está el despertar sexual y amoroso de Dídac, del que sabemos por una conversación con su padre que está enamorado de un chico que se muestra ambivalente ante su interés. Claret Muxart introduce aquí una figura misteriosa, la de un joven (Francesco Wenz) que aparece por primera vez nadando desnudo bajo el agua, como un ser mitológico. A lo largo del viaje, Dídac se lo cruza en varias ocasiones, aunque todo parece indicar que el bello chaval es fruto de su imaginación, una proyección de su deseo incipiente.

Esta vertiente alegórica y poética, que desemboca en la transmutación del recuerdo de un amor de juventud de la madre en una fuga fantasmagórica, abre una vía de misterio y emoción que convierte Extraño río en un filme con un marcado sello personal, alejado de tropos habituales del cine adolescente. El abrazo final entre los dos hermanos es el punto de partida para que Dídac inicie su propio camino, separado de la familia, con todo el dolor y toda la ilusión que se atisba en el camino.

Extraño río

Dirección: Jaume Claret Muxart.

Guion: Jaume Claret Muxart y Meritxell Colell.

Intérpretes: Jan Monter, Nausicaa Bonnín, Jordi Oriol, Francesco Wen, Bernat Solé, Roc Collel.

Año: 2025.

Estreno: 3 de octubre