Helena de Llanos comparte plano con su abuelo Fernán Gómez en la película

Helena de Llanos comparte plano con su abuelo Fernán Gómez en la película

Cine

Helena de Llanos: "Quiero que el archivo de Fernán Gómez acabe en una institución pública"

La directora estrena 'Viaje a alguna parte', un peculiar trabajo de no ficción en el que resucita a su abuelo Fernando Fernán Gómez a través de los diálogos e imágenes de sus películas 

11 febrero, 2022 04:36

Aunque no lleva su apellido, Helena de Llanos es nieta de Fernando Fernán Gomez y, aunque su sangre no corra por sus venas, también de Emma Cohen. Quizá por ello estaba destinada a ser cineasta y ahora, cuando se celebra el centenario de su abuelo, les rinde a ambos un peculiar y heterodoxo homenaje en Viaje a alguna parte, un filme en el que ha estado trabajando los últimos cinco años, investigando en la obra de la pareja y en el archivo personal de ambos, en la casa que compartían. Ese es el escenario en el que transcurre la película, un collage en el que De Llanos resucita a Fernán Gómez a través de los diálogos y las imágenes de sus películas para conversar con él sobre la vida. De impecable factura técnica, Viaje a alguna parte quizá sea la obra que mejor ha sabido atrapar la esencia del director de El mundo sigue (1965). Hablamos con De Llanos de la apuesta formal de la película, de la reivindicación que realiza del personaje de Juan Soldado, del talento creativo de Emma Cohen y del futuro del archivo personal de la pareja.

Pregunta. Viaje a alguna parte es un proyecto muy personal, en el que usted se sitúa en el centro del relato para indagar en su relación con Fernan Gómez y de Emma Cohen. ¿Ha sido catártico?

Respuesta. No diría que ha sido catártico. Simplemente ha sido mi manera de contar una historia que tiene mucho de biográfico, pero también de ficción. La imaginación es un elemento clave en la película. Cuando me puse hace 6 años a investigar en la obra de mi abuelo, enseguida me vino a la cabeza hacer una película en la que la ausencia fuera presencia, como si él y Emma no hubieran muerto, como si nunca hubieran abandonado la casa. Acto seguido surgió la idea de meterme yo misma en el relato. Me hubiera sentido muy falsa e incómoda haciendo un documental expositivo o historicista al uso con personajes tan cercanos a mí. Quería transmitir la manera de estar, de vivir y de trabajar que tenían, y no tanto una lista de datos. Eso, además, es algo que ya existe, podemos acceder a ello a través de muchas fuentes e incluso hay un par de documentales muy buenos sobre Fernán Gómez.

P. ¿Cómo definiría la película?

R. Es una mezcla de ficción y documental. La palabra collage le va muy bien. Es un collage en movimiento en el que, como si se tratara de la memoria, se van hilando una serie de fragmentos de vida inconexos.

P. En el filme, gracias a los diálogos de sus más de 200 películas, mantiene conversaciones con su abuelo. ¿Cómo fue el proceso de trabajo para sacarlas adelante?

R. En primer lugar, minuté todas las películas de mi abuelo, así que imaginate la carpeta de Word que tengo. Después, el trabajo fue bilateral, bidireccional, de ida y vuelta. Por un lado, escribí un guión con lo que yo quería que pasara en la casa y con lo que quería que Fernando me dijera, y trataba de encontrarlo en el archivo. Pero, en ocasiones, en ese trabajo de minutar e ir a buscar lo que necesitaba, encontraba frases que me daban nuevas ideas. Y así he ido montando ese collage durante 5 años.

P. ¿Conocía bien la obra de su abuelo antes de ponerse con la película?

R. En absoluto, creo que no conocía ni un décimo de su obra. Realicé una investigación académica muy exhaustiva, traté de leerlo y verlo todo e intenté conocer su trabajo en profundidad. Fue entonces cuando me di cuenta de que hizo muchas más cosas de las que podía imaginar. Su obra como actor, director y escritor es casi infinita, pero además descubrí en la casa una cantidad inmensa de proyectos que nunca vieron la luz, tanto de Fernando como de Emma. Con ella tuve también este proceso, apenas conocía sus cortometrajes y solo había leído una de sus novelas.

P. ¿Qué cosas descubrió tanto de Emma como de Fernando en este proceso?

R. Eran dos personas muy libres, y por eso he intentado que la película también lo fuera. Es algo que me transmitieron, que se debe crear sin ataduras ni compromisos y sin miedo a lo que piensen los demás, y la investigación me lo ha reafirmado. Eran dos personas con una enorme capacidad de trabajo y con gran sentido del humor. Y aunque eran creadores muy distintos, se complementaron muy bien y se retroalimentaron. De Fernando me sorprendieron sus storyboards, no tenía ni idea de que dibujara con esa finura. Algunos los pintó en acuarela, lo que demuestra que disfrutaba y que los hacía con cariño. De Emma, sus cortos. La Chari se casa (1977) es sensacional, un documento único sobre una boda gitana en los 80, entre el documental y el cinema verité. Emma Cohen es una creadora por descubrir.

P. ¿Dónde radican las diferencias entre Fernán Gómez y Cohen?

R. Emma tiraba más hacia lo surrealista y lo onírico, por la recuperación de la infancia como espacio de libertad. Fernando tenía una relación mucho más fuerte con el pasado, con recordar la historia y contarla desde el presente. Por ejemplo, su manera de traer al presente la picaresca en El pícaro, una serie para televisión de los años 70, es sublime. Le encantaba jugar con el pasado en el presente y El viaje a ninguna parte es el caso más notorio, pero es algo a lo que siempre volvió en su obra.

P. ¿Podríamos decir que Viaje a alguna parte es más Emma Cohen que Fernando Fernán Gómez?

R. Efectivamente. Mi manera de trabajar es formalmente mucho más coheniana que fernandina. En gran medida, Emma ha sido mi maestra. Con mi abuelo traté, pero no tanto como me hubiera gustado. Con Emma sí pasé mucho tiempo durante los últimos diez años de su vida y aprendí muchísimo. De Fernando está la idea de volver al pasado, de insistir en recordar. En la película estamos los tres en dimensiones distintas, pero unidos por la casa: yo estoy en el presente absoluto, Emma está en un pasado cercano y documental, ya que ella casi siempre aparece en imagenes grabadas por mi misma, y Fernando está en el terreno de la imaginación. Eso es, al menos, lo que he intentado.

P. ¿Por qué introduce el personaje de Juan Soldado, al que dio vida Fernán Gómez?

R. Desde el principio tuve claro que Juan Soldado tenía que estar ahí, es mi apuesta, mi rescate. Si se hubiera tratado de un documental expositivo hubiera ocupado un lugar central. En Juan Soldado se aprecia el tándem Fernando-Emma en toda su potencia porque es del 74 y llevaban cuatro años juntos. Es un mediometraje para televisión muy en los márgenes, pero con buena producción. Se ve que tuvieron dinero para hacer esta marcianada. Es un proyecto entre psicodélico y libertario, pero anclado en un relato tradicional. Todo el universo de Fernando está ahí. Es un soldado que no teme ni debe y que decide hacerse cargo de su propio presente y de su propio destino. Encarna la libertad en estado puro, y eso es lo que me interesa.

P. En la película lo interpreta Tristán Ulloa y sorprende mucho el parecido que tiene con Fernán Gómez…

R. Él ha hecho un gran trabajo de actor para imitar ciertos gestos y movimientos de Fernando, y además fue muy generoso prescindiendo de su propia voz. Creo que funciona muy bien.

P. ¿Cuál va a ser el futuro de todos los documentos, papeles, obras sin publicar y demás objetos que había en la casa?

R. Mi objetivo es que algún día sean de acceso público. Creo que el archivo puede ser muy interesante para investigadores futuros y no tengo ningún interés en quedármelo para mí y para mis amigos. He hecho un primer inventario, pero aún queda mucho por hacer. Espero que sea posible pasar el relevo y que se pongan en funcionamiento los mecanismos culturales e institucionales para ello. Me gustaría que acabara en alguna institución pública, quizá en la Biblioteca Nacional, y espero poder llegar a un acuerdo en algún momento. Como todo en esta vida, es un asunto que tiene que ver con el dinero.

P. ¿Qué es lo que le ha parecido más interesante del centenario de su abuelo?

R. Lo mejor es el ciclo de la Filmoteca Española Los 100 de Fernán Gómez en el que se han podido ver nada menos que 100 películas, una por cada año transcurrido desde su nacimiento. Es interesante no solo por lo cinematográfico, también por la continuidad y la visibilidad. Los centenarios son interesantes precisamente por eso, para difundir el trabajo de alguien y que nos haga bien y nos aporte algo. También ha habido iniciativas editoriales muy interesantes. Por ejemplo, Galaxia Gutenberg ha publicado el segundo volumen de su teatro, que contenía algunos inéditos, Dos nuevas comedias y algo más. Blackie Books también ha editado un libro muy interesante que de alguna manera anticipa lo que hay en el archivo. Pero el centenario continúa hasta agosto, así que todavía hay tiempo.