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Cine

Una caja de herramientas para entender la realidad

Manuel Cruz, Miguel Ángel Marín, Jesús Cimarro y Carlos Reviriego, profesores del Máster de El Cultural, apuestan por una formación interdisciplinar

30 marzo, 2021 02:09

En las últimas décadas el mundo ha experimentado cambios estructurales, tecnológicos, políticos, económicos y de pensamiento que han afectado a los paradigmas culturales de manera notoria y que, además, no han finalizado todavía. Hoy en día un profesional de la gestión o la comunicación en el ámbito de la cultura se ve obligado a ser versátil y a tener la intuición necesaria para ser capaz de anticiparse a las transformaciones en un sector tan competitivo. Por eso, la formación ha de ser continuada y ante todo totalizadora. El Máster Online de Crítica y Comunicación Cultural, que alcanza este año su quinta edición, pretende ofrecer unos conocimientos transversales del mundo de la cultura y así otorgar a los alumnos las herramientas necesarias para asentarse e innovar en cualquier especialidad, sin perder de vista el conjunto.

Para lograr estos objetivos, el programa cuenta con la participación de profesionales de primer nivel que pondrán todo de su parte para trasmitir a los alumnos su experiencia. Nombres como Manuel Cruz, catedrático en Filosofía por la Universidad de Barcelona; Miguel Ángel Marín, director musical de la Fundación Juan March; Jesús Cimarro, presidente de la productora teatral Pentación y director del Festival Internacional de Teatro Clásico de Mérida, y Carlos Reviriego, crítico de cine y director adjunto de la Filmoteca Española.

Tras fijar lo que entendemos como concepto de cultura a través de las palabras del filosofo Javier Gomá, el Máster arranca con Manuel Cruz explicando las últimas corrientes de pensamiento y cómo afectan éstas a la cultura. “El pensamiento es lo que nos proporciona algo así como los cimientos o el orden subyacente que todos damos por descontado”, explica Cruz. “La mayor parte de cosas que consideramos obvias son una elaboración teórica de una discusión. La manera de estar en el mundo es un efecto directo de la reflexión de la generaciones que nos precedieron”. El catedrático de Filosofía de la Universidad de Barcelona pone de ejemplo el feminismo, que ha pasado de ser un discurso, una doctrina o una teoría para incorporarse a nuestra manera de relacionarnos con el mundo. “Me gustaría ser capaz de trasmitirle a los alumnos, como decía Wittgenstein, una caja de herramientas, de conceptos, teorías o argumentos que les permita entender la realidad. Esto no quiere decir que tenga siempre que aceptarla sino también discutirla y ponerla en cuestión”.

Una programación musical

La realidad en el mundo de la programación tratará de trasmitirla con precisión el director musical de la Fundación Juan March, Miguel Ángel Marín, que analizará las cualidades que necesita un buen programador y los retos de elaborar un repertorio que sorprenda y agrade al público. "Es necesario hacer una selección de obras que sorprenda a los oyentes. Hay un prejuicio instalado entre los programadores sobre que el público es conservador, pero mi experiencia personal es que cuando propones algo alternativo el resultado es de satisfacción", explica Marín. "También hay que tener habilidad para detectar intérpretes interesantes y novedosos que no sean los más famosos y recurrentes. Básicamente se trata de invertir en tiempo, en analizar en profundidad el mercado, lo que hoy en día es bastante sencillo". El principal problema al que se enfrenta un programador hoy en día es el presupuesto. La crisis ha golpeado duramente al sector y hay mucho menos dinero para programar música de calidad. "El presupuesto es una variable que está siempre ahí, y es importante tener conocimientos mínimos en materia económica y contable para poder hacer la planificación, pero la clave es encontrar una propuesta que se salga un poco de la convención".

En este punto, en la formación en materia económica y contable, es donde Jesús Cimarro encuentra mayores carencias en el mundo del teatro. “Tengo muy claro que en este país se forman muy buenos actores, directores y autores pero muy pocos productores y ahí hay un nicho muy grande, hay muchos puestos de trabajo que cubrir en la empresa teatral”. El director del Festival Internacional de Teatro Clásico de Mérida hablará del mercado en las artes escénicas tanto dentro como fuera de España. “En el ámbito de la globalización Europa y Latinoamérica son los dos lugares a los que se puede mirar desde España”. A la hora de programar, Cimarro apuesta por contenidos amplios, distintos, eclécticos y para todos los públicos y, sobre todo, por transmitir a los medios el trabajo que se está realizando. “Los medios permiten que el público conozca de primera mano lo que estamos haciendo y es lo que provoca que la gente se interese y venga”.

Uno de los pilares del Máster de El Cultural es la crítica. El programa comprende la crítica de arte, de literatura, de teatro, de música y de cine. Esta última la imparte Carlos Reviriego, que opina que desde los 90 la conversión digital ha revolucionado una serie de técnicas narrativas y de formas de hacer cine muy distintas a lo que era antes una película. “El concepto de película como obra maestra se ha trasformado por lo que también se tiene que trasformar la crítica a un cine que es ahora muy ecléctico, heterogéneo, con multitud de tendencias, algunas de ellas opuestas”. En la actualidad un crítico de cine tiene que ser tan capaz de escribir sobre lo último de Pixar o Michael Bay como de lo último de Kiarostami o Leos Carax. “El crítico tiene que ser un espectador omnívoro porque las jerarquías han desparecido entre alta cultura y cine popular o lo que antes se llamaba subproductos culturales. Las fronteras han desaparecido, hay un montón de películas que generan en la crítica desconcierto porque encontramos alta cultura, supuestamente para minorías, que convive con la cultura popular”.