Cine

Carlos Vermut: "Busco un espectador activo que construya lo que ve"

19 octubre, 2018 02:00

Carlos Vermut

Najwa Nimri y Eva Llorach protagonizan Quién te cantará, la nueva entrega de Carlos Vermut que llega el 26 a las carteleras para abordar la cultura de la fama y el éxito en la era de las redes sociales, la decepción que supone alcanzar nuestros sueños y los laberínticos caminos de la identidad y de la creación. De todo ello hablamos con el director.

Fue hace ya nueve años cuando Carlos Vermut (Madrid, 1980) debutó sin hacer mucho ruido con Maquetas (2009), un corto de tres minutos en el que mostraba los destrozos provocados por un monstruo estilo Godzilla en tono melodramático. Algunas de las claves del posterior cine del director ya están condensadas en esa pequeña pieza en la que vemos una peculiar fusión de géneros y de fuentes culturales. En el universo de Vermut las referencias más eruditas conviven con elementos del pop en una amalgama que acaba definiendo a su propio cine. Hay en su segundo cortometraje, Michirones (2009), nuevas pistas -incluso más claras- al presentarnos primero una discusión entre dos mujeres lesbianas y después una escena chocante en la que una de las protagonistas escucha una serenata de lo que parece ser un superhéroe malherido con música del Jesucristo Superstar...

Fue su primer largometraje, Diamond Flash (2011), el título que llamó definitivamente la atención de los cinéfilos. Con un argumento difícil de explicar, trata sobre cinco mujeres marcadas por la aparición de un personaje misterioso. Entramos de lleno en territorio Vermut, un cine intrigante con toques del noir, plagado de símbolos que surgen del mismo subconsciente y con tendencia a los ambientes malsanos donde los personajes femeninos toman el protagonismo. Su siguiente película, Magical Girl (2014), ganó la Concha de Oro en San Sebastián con la historia de un hombre en paro (Luis Bermejo) dispuesto a lo que sea para conseguir un disfraz para su hija.

Así llegamos a Quién te cantará, presentada en el último Festival de San Sebastián, en la que el cineasta reúne a Eva Llorach y Najwa Nimri, la primera en la piel de Violeta, una mujer que trabaja en un karaoke de Ronda y en cuya vida no muy feliz el único consuelo es imitar, de forma impecable, a la cantante pop Lila Cassen (Nimri). A su vez, tras una década retirada de los escenarios, la estrella no tiene más remedio que regresar a los focos para mantener su elevado tren de vida. Hablamos con Vermut sobre algunas claves de un filme que trata asuntos como la cultura de la fama y el éxito en la era de las redes sociales, la fragilidad, la decepción inevitable al conseguir nuestros sueños, las barreras entre alta y baja cultura, la forma en que construimos nuestra identidad y el subconsciente y la psicología como instrumento del creador para conectar con el público.

Pregunta.- Su película parece una reflexión sobre la forma en que la cultura popular conforma nuestra identidad...
Respuestas.- Sí, pero no sé muy bien cómo definir la cultura popular en oposición a la alta cultura. Quizá la alta cultura es la que ha sobrevivido doscientos años. Cuando hablamos de identidad, creo que al final nos acaba uniendo mucho más una canción de Mocedades o Raphael que los motivos políticos. La diferencia ahora es que a través de internet muchas personas pueden formar parte de esa cultura popular.

¿Verdad o impostación?

P.- ¿Qué hay detrás de la máscara de una estrella del pop?
R.- Es una construcción. Detrás de esa estrella no está solo la persona que canta, hay muchas personas que dan forma a ese personaje. Lo que ha cambiado ahora es la manera de monetizar ese éxito que antes era a través de las ventas de discos y ahora tiene otras vías. La forma en que se llega al gran público es distinta, pero no tanto el trabajo de la gente que está detrás.

P.- La idea de la impostación forma parte de la esencia del pop. ¿Ha buscado hacer una reflexión sobre el concepto de autenticidad en la escena artística?
R.- Yo creo que el arte puede ser un producto y de hecho así se presenta la mayoría de veces, ya sea en forma de disco o de película. Eso no significa que no siga existiendo lo genuino. Madonna se ha convertido en una gran estrella porque en un determinado momento la apoyó una industria muy poderosa con gente con mucho talento, pero si no hubiera algo genuino en ella no hubiera sido Madonna. Por mucho que se mercantilice el arte siempre habrá un elemento misterioso que no se puede dominar. Todos copiamos, pero en algunas copias hay algo original y único y eso es lo que hace que las cosas avancen.

Nawja Nimri y Eva Llorach en Quién te cantará

P.- ¿Ha cambiado la fama con las redes sociales?
R.- Siempre hay algo triste cuando materializamos a la gente que admiramos. Las redes sociales nos muestran a las celebridades tal cual son.

P.- ¿Diría que el binomio protagonista representa la línea invisible que separa el éxito del fracaso?
R.- El éxito y el fracaso dependen de la percepción. Nos completamos a través de los demás. Todos conocemos muchos casos de gente muy famosa que en su vida privada está muy mal e incluso se ha llegado a suicidar. Hay algo siempre penoso en conseguir lo que uno quiere porque se desvanece ese objetivo. En la escena de la playa, por ejemplo, en la que Violeta se encuentra con la mánager de Cassen, vemos una enorme fragilidad que es la que yo he sentido algunas veces al conocer a personas por las que siento una gran admiración.

P.- La idea del subconsciente vuelve a ser central en la película. ¿Diría que sus historia surgen de ahí?
R.-Totalmente. Cuando vemos el monólogo de Najwa escuchamos lo que sucedió, los hechos, no los sentimientos, porque el subconsciente se compone de hechos, de recuerdos. Al mismo tiempo, utilizo los símbolos porque el subconsciente también se expresa a través de ellos. Utilizar el subconsciente es importante para que la película deje de ser tuya y llegue al espectador. Lo psicológico nos une porque nos permite completar esos símbolos. La construcción de símbolos tiene algo de atávico. Yo realizo tramas y escribo diálogos, pero busco un espectador activo que construya la realidad que está viendo.

P.- Quizá la película con más puntos de contacto con Quién te cantará sea Rebeca (1942), de Hitchcock: el personaje trágico y recluido, la intrusa que altera un orden terrible pero estable, la ama de llaves celosa… ¿Fue un referente?
R.- Yo siempre lo he admitido porque es obvio. Hitchcock ha sido un referente importante para mí desde la infancia, cuando veía sus películas con mi madre. Hay más artistas que me han inspirado. Me gusta mucho el japonés Yasuzo Masumura y algunas de sus películas de los años 60 como Manji (1964) o La bestia ciega (1969). Están muy relacionadas con el cine de Hitchcock, pero tienen un ritmo más pausado y una cualidad atmosférica fascinante. Es un cine que me marcó cuando lo vi a los veinte años. También me inspiré en la película documental sobre Amy Winehouse (Amy, 2015), porque allí ves una cara muy dura de la fama que está relacionada con el vampirismo. Cuando llegas a determinada posición mucha gente intenta aprovecharse de ti.

@juansarda