Verónica Forqué y Mario Camus en el rodaje de 'Amor propio'

Verónica Forqué y Mario Camus en el rodaje de 'Amor propio'

Cine

Mario Camus, literatura realista en fotogramas

El curso 'Mario Camus, la escritura de las imágenes' expone en El Escorial una visión global de la obra de uno de los directores más importantes de la historia del cine español

24 julio, 2018 02:00

Para que la cultura avance es necesario conocer a los maestros, saber de dónde venimos, usar lo mejor de ellos y saber romper con la tradición en el momento adecuado. Esa es la finalidad del curso de verano Mario Camus, la escritura de las imágenes, organizado en El Escorial por la Universidad Complutense de Madrid con el patrocinio de Santander Universidades y con la colaboración de El Cultural. Dirigido por el escritor y periodista Manuel Hidalgo, desde este lunes hasta el próximo viernes 27 ofrecerá una serie de conferencias y mesas redondas acerca de la figura de Mario Camus (Santander, 1935), uno de los directores más influyentes del cine español, miembro privilegiado del Nuevo Cine Español (NCE).

En la conferencia inaugural, El cine de un realista, Manuel Hidalgo ha realizado un recorrido por la obra de Camus, una trayectoria larga que, a lo largo de más de cuatro décadas de actividad, ha firmado alguna de las películas más interesantes del cine español, como La colmena (1982) y Los santos inocentes (1984), adaptaciones de las novelas de Camilo José Cela y Miguel Delibes, respectivamente. El cine de Camus, como refleja el título de esta primera charla, se caracteriza principalmente por el realismo, algo que se enmarca dentro del contexto europeo de los años de posguerra y los 50, tanto en literatura como en el cine.

"El realismo de Mario Camus -ha señalado Hidalgo- no pretende adoctrinar sino simplemente describir la situación social en la que se encontraba España en esos momentos. El cine de Camus está marcado por un fuerte humanismo, mira siempre a las personas dentro de su contexto social e histórico". La preocupación por entender el contexto de los personajes que desarrolla no se limita sólo a aquellas películas que ambientó en el presente, sino que se extiende también a producciones como Fortunata y Jacinta o La forja de un rebelde, que realizó y escribió para Televisión Española.

Una imagen de 'La colmena'

Su filmografía está vinculada muy estrechamente a la literatura y muchas de sus películas se basan en novelas, como las ya mencionadas La colmena y Los santos inocentes, así como El alcalde de Zalamea (1973), La casa de Bernarda Alba (1987) o las tres adaptaciones de Ignacio Aldecoa (Young Sánchez, Con el viento solano y Los pájaros de Baden-Baden). Una relación basada, en palabras de Manuel Hidalgo, "en un amor profundo por los libros, algo muy habitual en los directores de aquella época, que eran primero lectores e incluso escritores". El propio Camus desarrolló una faceta literaria como escritor de cuentos y redactó él mismo muchos de sus guiones, así como guiones para otros directores.

El estilo de Camus es sobrio, elegante y muy funcional, al estilo clásico, tan discreto que parece no tener estilo propio. No hay en sus películas ningún movimiento de cámara exagerado ni ningún otro elemento que pretenda llamar la atención sobre el director, o hacer saber al público que tras la cámara hay un maestro arriesgado e innovador. La discreción del cine de Camus proviene de su humildad, ya que siemprehuyó de la etiqueta de "autor", llegando a afirmar que "el cine es un oficio de gente humilde". "Camus es un gran profesional del cine, pero posee una de las miradas más personales y certeras con respecto al ser humano y la sociedad".

Sus películas han tratado temas y géneros muy variados, pero encontramos en ellas un fuerte compromiso humanista, una honda preocupación por el ser humano. En su obra ha tratado con profundidad las huellas y cicatrices de la violencia, siendo quizá el director que más se ha acercado al tema de ETA, con películas como Sombras en una batalla (1993) o La playa de los galgos (2002). Su mirada acerca del mundo, la vida y la sociedad es francamente pesimista, como reconoce Hidalgo, y sus obras se caracterizan por un "aire crepuscular, ya sea porque sus personajes son ancianos o porque está retratando una época oscura, que simboliza el fin de alguna esperanza".

El Nuevo Cine Español

La figura de Mario Camus sólo puede entenderse gracias al contexto que vivió durante su juventud. Este ha sido el objeto central de la segunda conferencia del curso, impartida por el crítico, director de cine y realizador de televisión Fernando Méndez-Leite. Nacido en Santander abandonó sus estudios de Derecho para dedicarse al cine en Madrid, donde se matriculó en el Instituto de Investigaciones y Experiencias Cinematográficas (IIEC), posteriormente Escuela Oficial de Cinematografía (EOC).

Carmen Maura y Tito Valverde en 'Sombras en una batalla'

Allí compartió estudios con una generación de jóvenes cultos y comprometidos políticamente que se vieron obligados a luchar para "conquistar pequeñas parcelas de libertad en un entorno cultural muy hostil a cualquier innovación. Del IIEC salieron los dos directores más importantes de los años 40 y 50, Juan Antonio Bardem y Luis García Berlanga, que influyeron decisivamente en el cine posterior. En el IIEC, Camus conoció a algunos de los que serían los integrantes del grupo conocido como Nuevo Cine Español (NCE) como Carlos Saura, Miguel Picazo o Basilio Martín Patino, que se propusieron cambiar la situación del cine español, que, en esos años con un control más rígido de la dictadura, se encontraba estancado en películas patrióticas de exaltación del régimen. Lo que ellos proponían era un cine de autor acorde con las nuevas corrientes del mundo, un cine crítico, culto y renovador. Se enfrentaron a los cánones estéticos y temáticos del franquismo con sus películas.

La censura suponía un obstáculo enorme, especialmente para estas películas de corte realista, que difícilmente superaban de forma completa los cortes del censor. Era realmente complicado conseguir que las películas pasaran la censura y fueran correctamente exhibidas en las grandes salas. Estos jóvenes directores no siempre podían salir adelante con la presión de la censura y se veían obligados a abandonar el cine o a renunciar a sus ideas para dedicarse a un cine más comercial y ligero. El mismo Camus tuvo que hacer frente a este problema y aceptó dirigir muchas películas por encargo, si bien nunca abandonó sus películas más personales, alternando los dos tipos de obras por la pura necesidad de supervivencia.

A las órdenes de Raphael

Precisamente sobre esto ha tratado la tercera conferencia del día, titulada Al servicio de las estrellas: Raphael y Sara Montiel, en la que el prestigioso periodista musical José Ramón Pardo ("el mayor experto en la música pop española de los últimos cincuenta años", según Manuel Hidalgo) ha reflexionado acerca de las cuatro películas que, entre 1966 y 1969, Mario Camus realizó con Raphael y Sara Montiel.

Sara Montiel en 'Esa mujer'

Camus, a diferencia de otros directores más orgullosos, accedió a dirigir estas películas tanto por la necesidad de salir adelante en la carrera que amaba como por el deseo de ir desarrollando su estilo. Era un director joven que tenía aún que aprender el oficio y estas películas supusieron una buena oportunidad. Son historias sin grandes argumentos pero de mucho éxito y los productores, sabiendo que iban a ganar mucho dinero con ellas, querían encontrar realizadores que, además de saber hacerlo bien, con calidad y profesionalidad, fueran lo suficientemente humildes para aceptar ponerse a las órdenes de las estrellas.

Estas películas, Cuando tú no estás (1966), Al ponerse el Sol (1967), Digan lo que digan (1968) y Esa mujer (1969) fueron, probablemente, sus películas más taquilleras, porque contaban además con una gran aceptación en Hispanoamérica (de hecho, Raphael siempre ha reconocido que la primera de ellas fue su ventana al otro lado del Atlántico). Supusieron un reto para un director con las ideas tan claras como Camus, que se puso tras las cámaras para dirigir una serie de películas de escaso valor cinematográfico pero que sirvieron para demostrar su oficio y saber hacer, así como su versatilidad, su extraordinaria capacidad para alternar entre películas comerciales y películas de autor.

Para cerrar la primera jornada del curso, se ha proyectado la película Con el viento solano, realizada justo después de su incursión en el cine musical y prueba evidente de esta capacidad de adaptación del director que realizó una de sus películas más personales a partir de un relato de Ignacio Aldecoa.