Ben Affleck en un momento de Vivir de noche y Sean Penn durante el rodaje de Diré tu nombre.

Dos actores de éxito que se han puesto detrás de la cámara estrenan estos días, con mayor o menor fortuna, sus nuevas entregas. Sean Penn, con Diré tu nombre, un romance protagonizado por Javier Bardem y Charlize Theron con la cooperación internacional de fondo, se verá cara a cara en la cartelera con lo nuevo de Ben Affleck. El director de Adiós, pequeña, adiós, presenta en Vivir de noche una historia de Dennis Lehane que quiere ser "una carta de amor al cine de los 30 y 40".

Sean Penn: ¿Una estrella con mala conciencia?

Si hay una película vapuleada en el último Festival de Cannes ésa fue Diré tu nombre, nuevo filme de Sean Penn como director en cuyo reparto reúne a su amigo del alma, Javier Bardem, y a su ex novia, Charlize Theron. En esta entrega nos cuenta la historia de amor entre un cirujano español que trabaja en zonas de guerra en África para una ONG y una médico surafricana que busca su lugar en el mundo de la cooperación internacional. Figura izquierdista por antonomasia de Hollywood (ahí está su amistad con Hugo Chávez o su rocambolesca entrevista con El Chapo Guzmán), gran parte de la crítica internacional ha coincidido en calificar la película como el "capricho" de una estrella con mala conciencia. "Un coctel autoindulgente tan entumecido como vacío entre romance y una visión pornográfica de los refugiados", escribió The Hollywood Reporter al paso de la película por la Croisette. Ganador de dos Oscar como actor, por Mystic River (2003) y Milk (2008), Sean Penn conoció tiempos mejores como director con el éxito de películas como Cruzando la oscuridad (1995), con un imponente Jack Nicholson, o Hacia rutas salvajes (2007), un canto amargo a la naturaleza, y su último título detrás de la cámara antes de Diré tu nombre. "Yo defiendo la película", ha dicho Penn. "No hay ningún ego en ella, trata sobre dos seres humanos de carne y hueso". Para el actor y director, es un filme sobre la generosidad, "el único lugar donde reside el genio, algo que cada día falta más en nuestra sociedad".



¿Es tan espantosa? La respuesta es no y del mismo modo que en Cannes le perjudicó el vapuleo colectivo, es posible que ahora la beneficie lo contrario. Es cierto que tiene uno de los finales más ridículos del cine reciente con ese discurso sobre los refugiados de Theron vestida de gala que casi parece una parodia de la propia película. A Penn se le va la mano en el romance entre las dos estrellas porque el contexto, la guerra de Liberia, no se presta a ello. Por momentos, da la impresión de que estamos viendo más un experimento rodado entre amigos que una película y es posible que los continuos cambios en el tiempo no ayuden. Es cierto que Bardem, como carismático y seductor hombre de acción, y la escultural Theron adquieren todo el protagonismo mientras el horror de África se convierte en el escenario para confrontar a dos personajes "condenados" a atraerse pero también a llevar vidas distintas. La brutalidad de las guerras en ese continente no es algo apto para todo el mundo. Diré tu nombre no es película sobre África, sino una película sobre lo que significa África para los occidentales y, con cierta valentía, se atreve a defender la postura que adoptamos la inmensa mayoría, o sea, vivir tranquilos porque no existe la obligación de ser un héroe.



Una imagen de Diré tu nombre


Ben Affleck: El chico descarriado, violento y romántico

Fue en 2007 cuando Ben Affleck, cuya carrera como actor no atravesaba por su mejor momento, triunfó dirigiendo Adiós, pequeña, adiós, en la que su hermano Casey tomaba el protagonismo en una historia ambientada en los bajos fondos de su Boston natal. Entonces, el director adaptaba una novela de Dennis Lehane, el gran escritor americano de thrillers. Lehane le dio suerte a Affleck y el cineasta, que ya había ganado un Oscar junto a Matt Damon por el guión de El indomable Will Hunting (Gus Van Sant, 1997) sorprendió al mundo con su buen pulso para dirigir un cine negro que recuperaba la maestría de los clásicos y que convertía el género en un tenso retrato social. Con su siguiente filme The Town. Ciudad de ladrones (2010), Affleck regresaba al mundo del noir, esta vez de la mano de una novela de Chuck Hogan. Los mejores augurios se confirmaban con un thriller eléctrico en el que brillaba la capacidad del cineasta para crear personajes de carne y hueso. Dos años después, Hollywood coronaba a Affleck por la vibrante Argo, una parodia de las relaciones internacionales con la crisis de los rehenes vivida con Irán en los 70 como telón de fondo. La ex estrella juvenil se convertía en un autor de prestigio.



Han pasado cinco años y a Ben Affleck le han caído muchos palos por Vivir de noche, en la que regresa a Lehane con una historia sobre el papel perfecta para el director: el hijo de un policía (él mismo) se pasa al lado oscuro y comienza a trabajar para un mafioso en plena Ley Seca (años 20) haciendo contrabando de alcohol. Según explica es "una carta de amor al cine de los años 30 y 40". La película lo tiene todo: el conflicto freudiano entre padre e hijo, una reflexión sobre la línea que separa la ley del hampa (un tema que le gusta mucho a Affleck) y una alambicada historia amorosa con una peligrosa femme fatal (Sienna Miller) así como un retrato social de las tensiones religiosas y raciales en Florida. Ambiciosa y desmedida, Affleck maneja con buen pulso su historia ofreciendo un fresco por momentos excesivo pero casi siempre brillante sobre un país en llamas en el que prospera tanto la violencia como el fanatismo religioso, encarnado por esa "niña santa" llamada Elle Fanning. Y en medio del espectáculo, el propio Affleck se reserva el papel de estrella de la función con un personaje "affleckiano" hasta la médula, ese buen chico descarriado en el que se dan de la mano lo violento y lo romántico. Sin embargo, el propio Affleck es lo peor de la función, no solo porque en momentos parece absorto, sino por un empeño suicida por dar vida a un chaval de veinte años, lo que le confiere a su personaje un aspecto más parecido al de una estrella de Beverly Hills operada que al de un matón del Boston de principios de siglo.



Sienna Miller en Vivir de noche

@juansarda