Cine

Treme, bailar para resistir

27 mayo, 2011 02:00

Un momento de la serie Treme.

Los creadores de The Wire vuelven a hacer historia con Treme, serie en la que se muestran los efectos devastadores del huracán Katrina. Ahora se publica su primera temporada en DVD y Bluray.

Puertas que se abren a la desolación. Treme arranca allá donde terminaba The Searchers (Centauros del desierto; John Ford, 1956). La puerta que se cerraba a espaldas de John Wayne, condenándole a vagar con el peso de saber que nunca podrá retornar al hogar es la puerta que se abre (metafórica y literalmente) en los primeros capítulos de la nueva serie del creador de The Wire. Tres meses después del huracán Katrina que arrasó Nueva Orleans, la ciudad recibe a los pocos habitantes que inician el viaje de regreso a sus barrios. El plano negro con el que se clausuraba The Searchers, una puerta cerrada, da paso a otras puertas que se abren, dejando ver hogares, casas, bares arrasados por la riada y el huracán. Vidas arrastradas bajo el agua, puertas que se abren a hogares que ya no lo son. Treme arranca en la conciencia de que es imposible volver al hogar para contar la historia de los que, pese a todo, creen que merece la pena resistir y seguir intentándolo. Si no es posible volver al hogar, por lo menos intentemos reconstruirlo. Por lo menos sigamos bailando y tocando hasta que se agote el día.

Pero de manera más concreta, Treme arranca allá donde terminaba The Wire. Después de cinco temporadas construyendo una red audiovisual capaz de captar la esencia de la ciudad, el retrato coral de Baltimore se clausuraba con una secuencia en la que los personajes de ficción iban dando paso a los rostros de los auténticos ciudadanos. Y es ahí donde arranca Treme: imágenes del huracán y de la riada se alternan con fotografías de las marcas del agua en las paredes de las casas y secuencias documentales de bandas tocando jazz hasta perder la vida por los trombones. Nuevamente, una ficción que parte de lo real para intentar comprenderlo a través de la impostura. De ahí la necesaria repetición de los créditos capítulo a capítulo, en los que no aparecen personajes de ficción: son el auténtico punto de partida, el anclaje imprescindible para este canto capitular a la resistencia y el auténtico gozo de vivir.

Siguiendo una construcción en red similar a la de The Wire (quizás la única posible para retratar en su complejidad la vida contemporánea), evitando la centralidad y construyendo narraciones fragmentadas, de tiempos dilatados y sin espacios físicos sobre los que organizar la serie, Treme es una oda a la resistencia política, un retrato (continuación del ya iniciado en The Wire) de la descomposición del tejido social llevado a cabo por el capitalismo, un fino análisis de cómo la uniformidad ideológica se consigue minando las comunidades de base y destruyendo los espacios públicos.

"Convertir la indignación en resistencia", ha dicho José Luis Sampedro sobre las recientes revueltas juveniles, y eso es lo que retrata Treme, la resistencia de una comunidad por mantener sus raíces arrasadas por huracanes y riadas más económicas que naturales. Una resistencia que tiene poco de panfletaria y más de artística, social y política (demostrando que el auténtico arte es público, y por tanto político). No en vano, la singularidad de Treme es la importancia que concede a la música, y el respeto con el que la incluye en toda su variedad y riqueza, desde las expresiones más tradicionales al jazz más contemporáneo, de la calle a los escenarios, de la radio a los bares; siempre como la expresión de una identidad colectiva, siempre como un espacio de resistencia y goce. Músicos auténticos de la escena del jazz, junto a cameos de figuras com Elvis Costello, Allen Toussaint o Steve Earle, y miembros de bandas callejeras, participan en una serie que recoge el joie de vivre de una ciudad que no se resigna a morir entre sus escombros, y baila, toca y canta hasta el amanecer.