Image: Mar Coll nos invita a pasar Tres días con la familia

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Cine

Mar Coll nos invita a pasar Tres días con la familia

Con Eduard Fernández a la cabeza, la directora catalana se llevó con esta ópera prima la Biznaga de Plata a la mejor dirección en Málaga

25 junio, 2009 02:00

Fotograma de Tres en días familia.

EFE
El infierno está en la Tierra y se llama familia, un castigo helador cuando sus miembros son incapaces de comunicarse. Esa es una de las ideas de partida de Mar Coll en Tres días con la familia, una ópera prima que triunfó en el Festival de Málaga y que se estrena el viernes con Eduard Fernández a la cabeza.

Coll (Barcelona, 1981) ha presentado hoy en Madrid el filme acompañada de Fernández y el resto de los protagonistas, Naussica Bonnin, Philippine Leroy-Beaulie, Ramón Fontseré y Francesc Orellá, y ha presumido de que con los dos años y medio de trabajo que le ha dedicado ha hecho, finalmente, "la película que quería hacer".

La directora, que decidió quedarse a vivir en México tras disfrutar allí de una beca de seis meses de la Escola Superior de Cinema i Audiovisuals de Catalunya (ESCAC) -que produce la película junto a Escándalo Films, TVE y Televisio de Catalunya-, explica que su historia sobre la familia Vich i Carbó es su visión personal sobre un entorno que conoce bien pero que no es el suyo.

"No es mi familia ni es autobiográfica", subraya Coll para distanciarse de una trama, escrita a medias con Valentina Viso, que comienza cuando el abuelo de Lea fallece súbitamente y ella tiene que viajar a Gerona, donde le espera su familia, a la que no ha visto desde que se marchó al extranjero.

Los tres días que dura el velatorio, el funeral y el entierro del patriarca de los Vich i Carbó son un retablo, más descriptivo que dramático, de las "costumbres" de una familia burguesa en la que reina el disimulo, la incomunicación y la soledad.

A Coll le parece que la familia es "un asunto muy parecido" en todas partes y que "a todo el mundo le cuesta mucho a veces sobrellevarla" aunque quizá en Cataluña la burguesía sea "más austera, disimule más para quedar bien".

"Lo llevamos en la masa de la sangre", acota Fontseré -miembro de Els Joglars-, que cuando leyó el guión no se enteró "de nada" pero al conocer a Coll y decirle ella que quería ensayar le gustó "muchísimo" y cree que no es "ni joven ni inexperta" sino que está dotada de "una maestría impresionante".

Eduard Fernández, que lleva una férula y cabestrillo porque se ha roto una mano, coincide en que Coll es una gran directora "porque tiene un punto de vista muy claro"; a Leroy-Baulieu le parece que el guión es de una calidad "increíble" y ella "inteligente y sutil"; a Orellá le cautivó su "convicción" y a Bonnín su "tino".

La película, que recibió en Málaga los premios a la mejor dirección, al mejor actor (Fernández) y a la mejor actriz (Bonnin), se ha rodado en catalán y francés, con subtítulos en castellano, porque eso "refleja la situación lingöística del lugar donde transcurre", y además se ha hecho una versión doblada.

"Es una pena que en España siga teniendo tanta importancia el doblaje y que el circuito de versión original sea tan reducido. En México, por ejemplo, una película doblada es como un chiste para ellos, algo que desprecian", afirma Coll.

Sobre la encuesta difundida ayer que revela que el cine español no atrae a los espectadores a los cines, la directora ha dicho que quizá sería bueno invertir más en la promoción de las películas para llevarles a las salas a lo que Fernández ha agregado que "lo único que importa es ver buenas películas".