Image: Genial y provocativo

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Cine

Genial y provocativo

Charlie, la vida y arte de Charles Chaplin, un documental esclarecedor

10 mayo, 2007 02:00

El Cultural regala el próximo jueves el excelente documental narrado por Sidney Pollack Chaplin: la vida y arte de Charles Chaplin. Se trata de un filme de más de dos horas en el que se analiza profusamente la filmografía y agitada vida del genio británico. Woody Allen, Martin Scorsese o Johnny Depp aportan una visión actual del mito.

El documental que El Cultural regalará a sus lectores como introducción a la Filmoteca dedicada a Charles Chaplin no es un simple reportaje televisivo de carácter propagandístico. Es muchísimo más. Charlie: La vida y arte de Charles Chaplin es al mismo tiempo un intento de análisis cinematográfico serio del legado, inmenso, del que con toda certeza es el cómico más brillante del siglo XX, además de un retrato de su convulsa vida privada, plagada de romances con mujeres jóvenes y marcada por sus firmes ideas políticas.

Dos aspectos que el trabajo del director Richard Schickel, con experiencia en este campo gracias a sus documentales sobre cineastas tan preeminentes como Woody Allen o Frank Capra, trata con el rigor deseado en el primer apartado y sin la tendencia al efectismo demonizador en el segundo. Poco hay aquí de ese supuesto Chaplin malévolo y cruel escondido detrás de un simpático personaje que los españoles conocen desde hace décadas con el nombre de Charlot. Una creación genial que en el documental se presenta como metáfora de la dualidad de un artista millonario que, como él mismo admitió, paradójicamente había construido su fortuna dando vida, candor y espíritu a un personaje vagabundo. El mismo que le dio una fama universal y masiva que puso de relieve el poder que habían alcanzado en el mundo contemporáneo las estrellas de cine. Basta verlo en algunas imágenes del documental subido a un coche como si fuera de los Beatles en 1965.

Maestro de maestros. Se suceden los testimonios sobre personas que conocieron a Chaplin. Como el de David Raskin, arreglista musical, que recuerda el perfeccionismo del artista y su costumbre de revisar todos y cada uno de los detalles de las películas, asumiendo tal cantidad de trabajo (como director, protagonista, especialista, compositor, montador y hasta inventor) que su magisterio era inabarcable. Para Martin Scorsese, aunque sea un "tópico" incidir en el cuidado del detalle para halagar una obra, insiste en que esa exigencia que lo llevaba a repetir el mismo plano 20 veces si hacía falta hasta darlo por bueno es lo que convierte a sus filmes en obras de arte que, como señala Woody Allen en repetidas ocasiones: "Seguirán siendo graciosos y maravillosos dentro de 1.000 años. Han pasado casi cien y todo sigue siendo tan fresco como si lo hubieran hecho esta mañana".

La mirada crítica. En realidad, viendo el documental uno recupera muchas sensaciones que habían permanecido grabadas en algún lugar de la memoria, ya que los filmes de Chaplin pertenecen al subconsciente colectivo. Así, uno se reencuentra con las imágenes, incorporadas muchas veces desde la infancia, de El Chico, Tiempos modernos, El gran dictador o Luces de la ciudad. A las que habría que añadir los primeros cortos de dos rollos protagonizados por Charlot, un prodigio de creación plástica que en la película son profusamente analizados por académicos de gran prestigio en Estados Unidos. De esta manera, el historiador David Thomson, recalca que para Chaplin, acturar era "el centro emocional de un hombre". Su biógrafo Jeffrey Vance apunta que "la transposición cómica, la idea de que una cosa sugiere a la otra, era uno de sus grandes talentos. Por ejemplo, en Charlot, prestamista le piden que examine un reloj y en sus manos él se convierte en médico y el reloj en paciente". Sidney Pollack asegura que Chaplin pertenecía al "surrealismo".

Los escándalos que jalonaron la vida (y la leyenda) del genio también son explicados, aunque sin ahondar en los aspectos más escabrosos. Mujeriego como pocos, se casó cuatro veces, siempre con mujeres más jóvenes, en dos ocasiones de edades tan tempranas como 16 y 17. Un aspecto de su trayectoria envuelto en controversias que no disminuye el legado de un artista insuperable cuya obra no ha perdido vigencia.

Las mejores caras de un icono eterno

El gran dictador (Charles Chaplin, 1936). Considerada unánimemente una de las mejores películas de la Historia, Chaplin quiso denunciar el fascismo que campaba a sus anchas por Europa con esta falsa comedia terriblemente premonitoria cuyo discurso final sigue poniendo los pelos de punta. Aún hoy sorprende la valentía y lucidez de esta obra maestra.

Tiempos modernos (Charles Chaplin, 1936). Otra obra maestra. Rotundo alegato contra la alienación a la que conduce la era industrial, Chaplin también realiza un bellísimo canto a la dignidad de los marginados a través de las correrías de un personaje al que el destino no tiene la costumbre de sonreír. La imagen del actor dando vueltas en un mecanismo de tuercas es todo un icono del siglo pasado.

Candilejas (Charles Chaplin, 1952).Con esta película, de enorme sensibilidad, Chaplin quiso homenajear sus inicios como artista de music hall (profesión que también desempeñaron sus padres). A partir de una pareja de artistas fracasados (Chaplin y una bailarina interpretada por Claire Bloom), el filme reflexiona sobre la nostalgia y el miedo de todo intérprete a perder a su público.

El chico (Charles Chaplin, 1921). No por casualidad, este filme es uno de los más populares del genio. La imagen de Charlot con un niño de la calle ejemplifica a la perfección el espíritu entre bohemio, tierno y algo grotesco de su personaje fetiche. Una vez más, un poema visual en el que brilla la dignidad de los olvidados con bellísima ternura.

La quimera del oro (Charles Chaplin, 1925). Otro clásico incontestable. Chaplin parodia en esta ocasión la codicia, aunque a partir de un pobre personaje que vive en la más extrema pobreza, retratada con la dulzura de quien sabe que la verdad poco tiene que ver con el dinero. La escena de la casa al borde del abismo, es absolutamente deslumbrante.

Monsieur Verdoux (Charles Chaplin, 1947). Una de sus mejores composiciones actorales, muy alejado de Charlot, como hombre que se gana la vida matando a las mujeres con las que se casa. Un excelente melodrama con toques de thriller que demuestra su versatilidad.

Luces de la ciudad (Charles Chaplin, 1931). Orson Welles la consideraba la mejor película de todos los tiempos. Cuenta la historia de amor entre Charlot y una chica ciega que malvive vendiendo flores. Su escena final, en la que ambos se reencuentran, jamás se olvida.

Chaplin, una mujer de París (Charles Chaplin, 1923). Chaplin la rodó a mayor gloria de su mujer de la época, Edna Puirviance. Cuenta la historia de una joven que cree haber sido abandonada por su amante y con el que se topa pasados los años. Chaplin sólo tiene un pequeño cameo.

El circo (Charles Chaplin, 1928). Lo mejor del arte de Chaplin está en esta película: una dulce y hermosa historia romántica repleta de candor, la compasión con la que trata a sus personajes más desvalidos, los desternillantes gags visuales y, de trasfondo, una historia tan dura como la violencia doméstica.

Chaplin reveu (Charles Chaplin, 1959). El propio autor restauró tres piezas de sus inicios (Vida de perro, Armas al hombro y El peregrino) añadiendo nueva música, imágenes no utilizadas en el montaje original y una nueva narrativa.

Charlot se va de juerga. Vol. 1. 1915. (Charles Chaplin, 1915). Este volumen reúne los primeros trabajos de Chaplin como Charlot realizados en 1915. Se complementa con los cortos Charlot en el parque, Charlot trabajando de papelista y Charlot marinero. Lo extraordinario de las entregas con los primeros trabajos es que muchos de ellos son muy difíciles de encontrar en España, por lo que su publicación adquieren carácter de acontecimiento.

Carmen. Vol. 2. 1915. (Charles Chaplin, 1915). Segundo volumen consagrado a los cortos de 1915. También incluye Charlot en el teatro, Charlot cambia de oficio y His Regeneration.

La fuga de Charlot. Vol. 3, 1915 (Charles Chaplin, 1915). Esta entrega que reúne películas realizadas en el prolífico 1915 se amplía con las piezas Charlot perfecta dama, Charlot en la playa y Charlot campeón de boxeo.

Aventuras de Charlot. Vol. 4, 1915 -1916 (Charles Chaplin, 1915/16). El DVD recoge cortometrajes clásicos de 1915 y 1916 como Charlot vagabundo, Charlot portero de banco y Charlot licenciado en presidio.

El conde. Vol. 5, 1916 (Charles Chaplin, 1916). Otros trabajos de 1916, Charlot prestamista, Charlot encargado de bazar y Charlot bombero.

Charlot en la calle de la paz. Vol. 6, 1916-1917 (Charles Chaplin, 1916/17). La entrega también contiene Charlot emigrante, Charlot en el balneario, Charlot tramoyista de cine.