Image: Cine español bajo diagnóstico

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Cine

Cine español bajo diagnóstico

Barroso, Gutiérrez, Mañá y Herrero, entre otros, compiten en el 8 Festival de Málaga

21 abril, 2005 02:00

El calentito, de Chus Gutiérrez

Al Festival de Cine Español de Málaga le han bastado ocho años para ganarse un hueco importante en la industria. Cada año acuden al certamen malagueño los trabajos españoles pendientes de estreno, en la confianza de que el festival les dé el necesario empujón para resistir en cartelera. A partir de mañana, once películas competirán por la Biznaga de Oro, entre ellas los últimos trabajos de Mariano Barroso, Chus Gutiérrez, Gerardo Herrero, Laura Mañá o Rafael Salazar, así como varias óperas prima, como el estreno tras las cámaras del actor Federico Luppi. Luis G. Berlanga recibirá el máximo galardón del certamen, que también homenajeará a Carlos Saura, Gerardo Vera y Verónica Forqué.

No están todos los que son, pero son todos los que están. Naturalmente, el cine español todavía tiene más bazas que ofrecer que la anunciada sección competitiva del 8 Festival de Málaga -como el último filme de Montxo Armendáriz (Obaba)-, pero seguramente reservan su alternativa para plazas de más categoría. Y no es que Málaga sea un ruedo a despreciar -aunque sobre el papel este año desmerece en comparación con otros-, pues en su octava edición se ha ganado un puesto entre los certámenes de cine más esenciales del panorama español; sino que tiene un carácter exclusivamente nacional, de ahí la necesaria existencia de este festival como escaparate de presentación y promoción de las producciones españolas que pretenden hacer vida en cartelera durante la segunda mitad de año. Algo extraordinario, desde cierto punto de vista, pues algunos de los trabajos que se presenten, lamentablemente no encontarán hueco en otras pantallas grandes (y tendrán suerte si llegan a estrenarse).

Termómetro insustituible
Málaga será a partir de mañana, por tanto, la carta de presentación de la reciente cosecha nacional, por un lado, y el insustituible termómetro de nuestra cinematografía, por otro. Si por ejemplo a un finlandés le interesa conocer el estado de salud del actual cine español, Málaga es el lugar donde debe acudir. Allí podrá establecer en apenas nueve días un diagnóstico bastante fiable, pues casi todo lo que acaba de salir de los hornos cinematográficos españoles -de largometrajes a documentales, pasando por TV Movies, videocreación y cortometajes- tendrá cabida en el foso malagueño. Además, el improbable finlandés no quedará confundido con la energía internacional de Almodóvar y Amenábar, grandes excepciones a la regla de nuestra querida industria, sino que se encontrará de frente con el grueso de la producción media española, es decir, con los últimos y respetables trabajos de Mariano Barroso, Chus Gutiérrez, Gerardo Herrero, Laura Mañá o Rafael Salazar, y la presentación de diversos debutantes (aquí se han estrenado primeras películas tan interesantes como Torremolinos 73 o Smoking Room), cuyo número no deja de aumentar año a año. En esta edición, las óperas prima representan el 45% de los filmes a concurso. Y es que nuestro cine siempre se ha caracterizado por dar entrada a nuevas miradas (aunque luego, insistimos, no todas encuentren su lugar en la cartelera).

Aunque por extraño que parezca no ha programado nada en torno a los 400 años del Quijote (algo que le hubiera encantado al finlandés), no hay que poner en duda el compromiso del certamen con los clásicos de su cine, pues sí ha preparado sendas retrospectivas dedicadas a las filmografías de Carlos Saura (Premio Retrospectiva), Gerardo Vera (Premio Ricardo Franco) y Verónica Forqué (Premio Málaga), así como una proyección especial de El verdugo en la noche dedicada a Luis G. Berlanga, quien recibirá el Roel de Honor, máximo galardón del certamen. La actriz y ex-presidenta de la Academia Aitana Sánchez Gijón presidirá el Jurado de la Sección Oficial, encargado de conceder la Biznaga de Oro a una de las doce películas a competición. (NOTA: la biznaga es "una planta que crece sin cultivo en terrenos áridos"... muy apropiada para premiar nuestro cine)

Presencia habanera
Abrirá la fiesta el último trabajo de Mariano Barroso, Hormigas en la boca, una endiablada y laberíntica trama de exiliados españoles, gangsters y vividores en la Cuba prerrevolucionaria basada en la novela homónima de Miguel Barroso, cuyo hermano ha puesto en escena con notable factura y con el protagonismo de Eduard Fernández, Jorge Perrugoría (más villano que nunca) y Ariadna Gil, entre otros. Una película de género en toda regla, por tanto, inaugurará mañana la Sección Oficial a concurso, que también traerá los colores de La Habana a sus pantallas -como ha hecho el cine español este año también de la mano de Benito Zambrano y lo hará de la de Manuel Gutiérrez Aragón- con la ópera prima del cómico Alexis Valdés, Un rey en la Habana, que no sólo dirige, también escribe y protagoniza. La comedia, a unas semanas del Festival de Peñíscola especializado en el género (que tiene en Málaga a su máximo adversario), será el género favorito de esta edición, por aquello de que los productores sólo parecen confiar en el humor como billete hacia el éxito de su producto en las salas comerciales (si es que pueden mantenerse más de una semana en ellas).

El humor, obviamente, tiene muchos rostros, y si el de Alexis Valdés apuesta por los personajes extravagantes y los diálogos ingeniosos, las directoras Inés Paris y Daniela Fejerman (responsables de la notable A mi madre le gustan las mujeres) concentran la carcajada en las situaciones fuera de norma, como muestra el argumento de su segunda comedia romántica, Semen, una historia de amor, que sitúa su acción en un centro de reproducción asistida y basa la historia en los efectos inesperados de la inseminación artificial. Por su parte, Chus Gutiérrez edifica sus comedias desde una base dramática y cierta mirada documental, tal como se espera de su nueva propuesta, El calentito, un filme de carácter autobiográfico sobre un grupo femenino de música punk en el corazón de la movida madrileña de los años ochenta. En la misma década de apertura social y de incontrolables estímulos sitúa Gerardo Herrero su último trabajo, Heroína, título que enlaza la droga más letal de los ochenta con el personaje interpretado por Adriana Ozores, Pilar, una mujer que emprendió una lucha heroica contra el poder y la sociedad por cambiar la mentalidad de su tiempo respecto a los narcotraficantes y drogadictos.

Más cineastas a concurso: Rafael Salázar presentará su segundo largometraje después de Piedras. Con no menos pretensiones que su primer trabajo, el director malagueño ha orquestado en 20 centímetros un musical que bebe de las premisas argumentales de Bailar en la oscuridad y Chicago, es decir, la música y su puesta en escena surgen de la mente del personaje protagonista, en este caso de los ataques de sueño de Adolfo, que en realidad quiere llamarse Marieta y sufre narcolepsia. Musa del cineasta, la actriz Mónica Cervera encabeza de nuevo el reparto, mientas que Najwa Nimri es la directora musical del proyecto. No menos interesante se presenta el tercer largometraje de Laura Mañá, Morir en San Hilario, un viejo proyecto de la actriz, guionista y directora que reincide en su gusto por el humor negro, los ambientes pseudobuñuelescos y el culto a la muerte, temas que sin duda el finlandés encontrará muy españoles.

óperas prima
Pueden dar la sorpresa varias óperas prima, empezando por el estreno detrás de las cámaras del actor argentino Federico Luppi. Su película Pasos comparte con las de Chus Gutiérrez y Gerardo Herrero que está situada en la España que asistió al frustrado golpe de Estado de Tejero, centro de una trama en la que conviven tres parejas que han crecido bajo las complejas y contradictorias condiciones del franquismo. La interesante Tapas también es una historia coral, orquestada por José Corbacho y Juan Cruz, co-directores del filme, el primero de ellos conocido por su estimable labor como presentador y director del programa de televisión Homo Zapping. En igualdad de condiciones, estrenarán sus primeros largometrajes Pilar Ruiz Gutiérrez (Los nombres de Alicia) y José Antonio Victoria (Vorvik). La directora de los cortos Blanco perfecto y El infanticida da el salto al largo con un relato estival cargado de misterios y ambientes enrarecidos, la problemática convivencia de una estudiante extranjera en el seno de una familia española. De razones oscuras también se alimenta el thriller Vorvik, en el que Sofía (María Valverde, Goya a Actriz Revelación por La flaqueza del bolchevique) hereda el imperio de su padre, fallecido en extrañas circunstancias que ella tratará de resolver. Ya fuera de concurso, y como broche a la Seccion Oficial, los espectadores asistirán al estreno de Ojos de cristal, del romano Eros Puglielli, un trabajo que revela el creciente gusto de la industria por las coproducciones europeas.

Para poder realizar un diagnóstico completo, sin embargo, el finlandés no deberá perderse la sección dedicada a los documentales (también a competición), que probablemente ofrecerá lo más estimulante de la programación. De obligada visión serán el último trabajo deJavier Corcuera, Invierno en Bagdad, un documento en primera línea de la guerra de Irak, producido por el inasequible Elías Querejeta; ni tampoco la película que inaugura la sección, El cielo gira, de Mercedes álvarez, una cinta que con una mirada muy especial asiste a la lenta extinción de un pueblo soriano. Y si aun así al finlandés le aburre el cine español (o simplemente no lo entiende, ya que las proyecciones no tienen subtítulos en lengua extranjera), siempre puede dejarse caer por la "Zona DJ" del certamen, una terraza ‘chill-out’ con más DJ’s invitados que películas a concurso. Por aburrimiento, que no sea.