Tengo una cita por Manuel Hidalgo

Los hoteles de Eduardo Berti

6 julio, 2017 12:41

[caption id="attachment_1483" width="560"] Eduardo Berti[/caption]

 

El escritor argentino Eduardo Berti (Buenos Aires, 1964) ha compilado en Vidas de hotel (Adriana Hidalgo editora) unos treinta cuentos de muy diversos autores, casi en su totalidad fallecidos y ya clásicos, cuya acción transcurre en hoteles.

Berti, además de las notas, ha escrito un sustancioso e informativo prólogo, en el que, resaltando las cualidades de los hoteles como escenario de argumentos y tramas, dice: “Las posibilidades son vastísimas: la habitación de hotel como símbolo de refugio y de encierro, como lugar secreto para lo prohibido, como morada para lo excéntrico o para lo siniestro, como hogar fuera del hogar, como escenario para crímenes o infidelidades, como escondite para un prófugo, como marca o indicio social, etcétera.”

En efecto, etcétera también. Berti resume en estas líneas el amplio abanico de posibilidades narrativas que tienen los hoteles de toda condición como escenario de toda clase de peripecias, con lo que apunta a los contenidos argumentales de la selección de cuentos que él mismo ha realizado, unos más realistas y otros más imaginativos y fantásticos, y a los diversos géneros novelescos que tienen a los hoteles como lugares emblemáticos y cuyos cultivadores principales, en apretada visión panorámica, él mismo menciona en el prólogo, muy centrado en novelistas y en novelas.

La lectura del prólogo detecta, como es inevitable, ausencias en el resumen, pero no es cosa de subrayar tales ausencias como de reconocer que Berti incentiva la memoria del lector, que completará las citas en función de sus recuerdos y que pensará en el bonito libro que podría escribirse sobre novelas cuya acción transcurre en hoteles y sobre escritores –asunto que trata- que vivieron o/y escribieron sus libros en hoteles.

Con la selección de cuentos hecha por Berti, lo lógico, igualmente, es atenerse a los resultados –más que destacar carencias desde la subjetividad de cada cual-, y los resultados son buenos y placenteros. Berti ha tenido, a mi juicio, el acierto de elegir relatos breves, por lo general, lo que excita la curiosidad y el ritmo de lectura –ávidos- del lector.

Hay en esta antología piezas estupendas firmadas por Slawomir Mrozek, Ricardo Piglia, Katherine Mansfield, Dino Buzzati, O. Henry, Guy de Maupassant, Luigi Pirandello o Ambrose Bierce, por no hablar de las escritas por Roald Dahl, Julio Cortázar, Francis Scott Fitzgerald o Henry James, entre otros. Como se ve, el espectro es amplio y en él predominan los especialistas en narrativa breve. Berti introduce cada cuento con una reseña biobibliográfica sobre su autor.

Hay algunas peculiaridades debidamente justificadas por Berti como la presencia de un texto de William Somerset Maugham –con cualidad de autónomo- procedente de sus diarios o de un fragmento de las Antimemorias de Alfredo Bryce Echenique. Todavía no acabo de comprender -¿lectura precipitada?- qué tiene que ver con los hoteles el cuento Los extraviados, de Antón Chéjov. El origen de todos los cuentos está detalladamente consignado en una nota final.

Al lector español tal vez le sorprenda encontrar solamente a un autor español en toda la selección, que no es otro que Leopoldo Alas “Clarín”, de quien se ofrece el muy romántico, crepuscular, ingenioso y triste cuento titulado El dúo de la tos, uno de mis preferidos de la antología junto al titulado El pasillo del gran hotel, del gran Dino Buzzati. Otros autores españoles (Roas, Muñoz Rengel, Merino) aparecen, no obstante, dentro de la selección de una experiencia de microficciones, editada en 2014, que debían de tener menos de 201 palabras y cuya acción debía suceder en la habitación 201 de un hotel.

Eduardo Berti completa Vidas de hotel –donde abunda el humor, el absurdo, lo fantástico y lo negro- con las jugosas reseñas de seis hoteles del mundo célebres, entre otras razones, por estar vinculados a escritores. Estos seis hoteles son: el Savoy de Londres, el Ritz de París, el Chelsea y el Algonquin de Nueva York, el Roma de Turín y el Lutetia de París.

Vacaciones, hoteles, ¡buena lectura!

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