Image: Ester Partegàs, a través de la grieta

Image: Ester Partegàs, a través de la grieta

Exposiciones

Ester Partegàs, a través de la grieta

Invasores

3 enero, 2008 01:00

Eclipse, 2007

Museo Reina Sofía. Producciones. Santa Isabel, 52. madrid. Hasta el 18 de febrero.

El éxito crítico y público internacional de Ester Partegàs (La Garriga, Barcelona, 1972) se asienta en una sólida reflexión sobre la vida del urbanita contemporáneo y el desvelamiento de sus pautas, sus querencias, sus deseos y temores en un despliegue multidisciplinar que incluye el dibujo, la pintura, los murales, la fotografía tratada, la escultura objetual, el vídeo y las instalaciones. Para el desarrollo de sus argumentaciones se sirve tanto de la imagen como de la maniobrabilidad del lenguaje y las derivas de su sentido, en una suma que conjuga a la vez sensación y discurso.

Se ha insistido mucho en que sus obras destilan una lúcida crítica de la sociedad de consumo y es bien cierto que ésta, así como los logos más populares y muchos de sus ritos intervienen activa y permanentemente en su trabajo -en ocasiones desde una óptica tan conceptual como Detours, de 2002, en otras más objetuales como los electrodomésticos construidos con sus embalajes o los dibujos de ciudadanos reconocibles únicamente por las bolsas de sus compras-. Pero, a mi juicio, su trabajo va más allá y abarca no sólo el consumo, sino todos los dispositivos del sistema social en el que más o menos voluntariamente venimos a integrarnos.

Dos de sus motivos ya conocidos conforman su participación en el ciclo Producciones del Reina Sofía: el árbol y las basuras. Un árbol de ramas caídas, artificiosamente pintadas de colorines, entre los que predomina uno como de carne sucia. árbol despojado de toda su mitología y capacidad simbólica, reducido a la inane condición del mobiliario urbano, del que únicamente cuelgan, como frutos del desecho, unos jirones de plástico. Eclipse, árbol que se contrapone o complementa a otros, igualmente artificiosos, que forman parte de instalaciones como Samesation, de 2002, un simulacro de cajero automático rodeado de falsos árboles y plantas geometrizados.

La basura cual metáfora de lo que somos, evidenciado en aquello de lo que nos desprendemos y de cómo hacemos visible en nuestro modo de arrojarlo una manera de construir no-lugares, los del detritus. La basura, según Amelie Aranguren, coordinadora del programa, como grieta por la que se entreve un modo del existir o como grano que brota y crece en la ciudad apolinea. A la vez, esos acúmulos amontonados como esculturas en desarrollo o como naturalezas muertas, vanitas contemporáneas -no puedo evitar emparejar estas piezas con los retratos de Warhol, vanitas a su vez del retratado- o, como quiere su autora, como Invasores del espacio ciudadano.

Partegàs, retrata esos no-lugares, los proyecta sobre grandes placas de metacrilato y pinta en negro contenedores a los que añade gestos de color. El resultado de esas placas superpuestas que se extienden por las paredes de la sala es un recinto que incluye al espectador y su reflejo en la pieza. Un simulacro empleado desde los orígenes de la serie, en 2004, cuando la mostró en la galería Helga de Alvear, con el descriptivo título de Barricadas, sobre la que afirmaba: "Lo que me interesa en la basura de Barricadas es lo antropomorfo, y no sólo a nivel físico, sino, y sobre todo, a nivel político y emocional".