Exposiciones

Los otros mundos de Phil Collins

El retorno de lo real

7 septiembre, 2006 02:00

El retorno de lo real, 2005. vídeo

Com.: l. Vergara. Sala Rekalde. Alameda de Recalde, 30. Bilbao. Hasta el 1 de octubre

No. El otro. No el músico que usted conoce, estrella del show business, sino el que justamente se dedica a desmontar el mundo con que los medios han ido sustituyendo aquello que antes solía llamarse realidad.
Los críticos utilizan, para referirse a su obra, términos que van desde el simple "videoartista" o "fotógrafo" a "neo-conceptualista", pasando por "corresponsal extranjero". Pero es que definir tanto la obra, que escapa al simple uso de los distintos medios audiovisuales y formas de exhibición, como el modo y los fines en que son y para los que son utilizados, escapan a toda posibilidad clasificatoria. Phil Collins (Runcorn, Inglaterra, 1970) es un producto crítico de la cultura de los medios.

El proyecto que puede verse en la sala Rekalde fue presentado en 2004 durante la Bienal de Estambul. Una rueda de prensa en un hotel de la ciudad, en la que intervinieron personas que habían participado en programas de tele-realidad para narrar cómo el haber aparecido en televisión cambió sus vidas; posteriormente, fueron grabadas las entrevistas mantenidas con algunos de los participantes con el director de uno de los programas de ese género más conocidos en el país. La exposición consiste en una serie de retratos de los intervinientes en la rueda de prensa más cuatro de las entrevistas, exhibidas cada una de ellas mediante dos canales de vídeo, que muestran en cámara fija la imagen de entrevistador y entrevistado proyectadas en paredes opuestas de la sala. De este modo, Collins enfrenta al visitante a unas condiciones de visualización que hacen perceptible el mecanismo de construcción de la realidad y su conversión en espectáculo que está en la esencia misma de los medios. Resulta físicamente imposible ver a la vez a entrevistador y entrevistado. Podemos ver a uno y escuchar al otro a nuestras espaldas. Sólo en la imagen que muestra al entrevistador aparece un monitor de televisión con el rostro del entrevistado. Pero las grabaciones se realizaron con la promesa de que nunca serían mostradas en Turquía, para preservar la intimidad de los entrevistados. Así que, para poder seguir la conversación, dependemos de los subtítulos, que hay que leer. Resultado: siempre obtenemos una visión (y versión) parcial de la entrevista. Parcialidad que se refuerza con el guirigay que implican cuatro conversaciones emitidas a la vez en la misma sala.

Pero vemos algo más. Los entrevistados están situados contra un fondo azul de los utilizados para el chroma-key (sistema que permite superponer a la imagen de un personaje un fondo cualquiera), mientras el entrevistador aparece junto a la cámara que graba al otro, más parte del aparato propio de los estudios de televisión. Sus espacios están separados por algo más que el de la sala. Son los espacios de lo visible y lo no visible. El entrevistado desgrana su vida y su experiencia, se vacía en un espacio vacío mientras es observado por la cámara. El entrevistador, que se mantiene del lado del aparato de poder, es quien le guía a través de ese vacío, lo manipula y lo construye.

Para su proyecto en Turquía, Collins toma el título del libro homónimo de Hal Foster. Una obra que, quizá por el oportunismo de su anuncio, ha tenido un éxito tan excesivo como poco profundas han sido sus lecturas. Mientras Foster busca en la obra de artistas como Warhol, Kiki Smith o Mike Kelley la aparición de un real inaprensible, mostrado a veces través de lo que Lacan define como lo traumático, muchos han visto en su texto una especie de indulgencia plenaria para las distintas formas de documentalismo. No está lejos de esta actitud la marejada de realidad en la que la tv ha encontrado un auténtico filón, comenzando por el archiconocido Gran Hermano, supuesta transcripción de una realidad que no es sino una creación de supuestos personajes que posteriormente alimentarán esa maquinaria de sustitución de la realidad a la que llamamos medios de comunicación.