Image: Kopystiansky, lo que el viento se lleva

Image: Kopystiansky, lo que el viento se lleva

Exposiciones

Kopystiansky, lo que el viento se lleva

Incidents

1 abril, 2004 02:00

Incidents, 1996-97. Vídeo transferido a DVD

Distrito Cu4tro. Bárbara de Braganza, 2. Espacio Distrito Cu4tro. Plaza de las Salesas, 9. Madrid. Hasta el 15 de mayo. De 5.200 a 105.000 euros

Svetlana e Igor Kopystiansky, nacidos respectivamente en 1950 y 1954, se dieron a conocer internacionalmente en los inicios de los años noventa cuando, coincidiendo con el final de la Unión Soviética, adquirió por fin una mejor visibilidad un grupo realmente importante de artistas encabezado por figuras como Ilya Kabakov o Erik Bulatov. El trabajo de los Kopystiansky, matrimonio y pareja de artistas, con obras independientes o en colaboración, pudo verse por primera vez en España ya en 1990, en una excelente muestra de artistas rusos que visitó el CAAM de Las Palmas. Después, en diciembre de 1994, aparecerían en Madrid, seleccionados en la exposición Cocido y crudo, del Museo Reina Sofía. Desde entonces, viviendo entre Berlín y Nueva York, han ido consolidando su presencia en la escena artística internacional, en la que ocupan un lugar destacado.

Trabajando ambos en una línea conceptual que siempre prestó una atención especial a los aspectos plásticos y formales, adquirieron bastante notoriedad las obras de Svetlana sobre el lenguaje, la escritura y los libros convertidos en objetos escultóricos, o las intervenciones de Igor en museos de pintura clásica utilizando los lienzos pintados como mobiliario y contraste, en un eco inquietante de esa idea límite del ready-made recíproco que Duchamp formulara en su momento: utilizar un Rembrandt como tabla de planchar.

Su presentación ahora en Madrid, para la que han elegido exclusivamente obras en los formatos de impresión fotográfica, diapositivas y vídeo, articula una magnífica exposición, cuyo eje de gravedad está constituido por una intensa visualización poética del paso del tiempo, a partir de los movimientos de las personas en la ciudad, los indicios de sentido que desvelan los pequeños objetos y las sombras, o el carácter volátil y transitorio de los desechos que incesantemente produce la gran ciudad.

Hay un notable salto de épocas en las obras que vemos. Una serie de fotografías en blanco y negro, de formato medio, realizadas en colaboración, nos llevan a la atención por lo pequeño: las llaves, el número, las sombras o la máquina de escribir abandonada en el jardín. Otra, similar, que lleva por título An Underground Play, consiste en un recorrido de fragmentación visual por el metro de Moscú. Ambas series están fechadas en 1978. Directamente relacionadas con ellas están las dos películas, realizadas en 1979 y transferidas ahora a DVD, en las que vemos en un caso un trazado fragmentario del cielo de la ciudad, de las formas y líneas que lo atraviesan (Steps Sole Sound), y en el otro un proceso continuo de construcción y deconstrucción de una pequeña y frágil figura geométrica que actúa como una alegoría de la casa (Architektion).

El resto de las obras seleccionadas son, en cambio, trabajos realizados en los últimos años. The Day Before Tomorrow (1999) consiste en una serie doble de diapositivas proyectadas sobre la pared, que muestran en ambos casos un mismo lugar de Nueva York, por donde pasan personas o solitario, en un lento proceso de deslizamiento, de consideración de la fugacidad de las presencias humanas o los acontecimientos. Lo interesante es que las imágenes que se proyectan en el lado izquierdo han sido tomadas por Svetlana, mientras que las del derecho son de Igor, en una sutil interrogación plástica que nos recuerda el juego visual de las diferencias. La misma idea y distribución espacial se repite en una serie de tres dípticos fotográficos de gran formato, realizados en 2002, que comparten el mismo motivo: paquetes de periódicos, bolsas de basura y paquetes de cartón amontonados. Una vez más, el resto, los desechos de la ciudad, pero vistos bajo un prisma constructivo y como expresión de su impronta humana tanto en su producción como en su abandono.

He dejado para el final Incidents (1996-1997), el vídeo en soporte DVD, que da título a la muestra, y a la vez articula su sentido. Es un trabajo en colaboración, en blanco y negro, que nos muestra todo un conjunto de restos: papeles de periódico, envoltorios, vasos de cartón, cubiertos de plástico, envases para huevos, o los típicos paquetes de cartón de las hamburgueserías..., todos ellos arrastrados por el viento en el suelo de la gran ciudad. El resto cantable es aquello que Paul Celan consideraba el material de la poesía. Aquí, el resto, el desecho visual, el detalle inadvertido en nuestras vidas, que implacablemente arrastra el viento, como signo de la fugacidad, del pasar inevitable que los seres humanos somos.