La obra de William Kentridge es una de las más sugerentes del panorama internacional. Dibujos, grabados, animaciones y vídeos componen esta interesantísima muestra australiana.

William Kentridge es ahora uno de los artistas más reconocidos y aclamados del escenario internacional pero a mediados de la década de los noventa era un auténtico desconocido en el mundo del arte contemporáneo. Lo más probable es que esto se deba al boicot casi global al que ha sido sometido el país sudafricano en el periodo tardío del apartheid o, simplemente, por esa prepotencia que durante siglos ha mostrado el arte occidental ignorando todo lo realizado más allá de sus fronteras. Con la apertura de miras hacia la creación de otros rincones, la obra de Kentridge emergió a finales de los noventa en el panorama internacional conmo una obra coherente y de gran atractivo visual.

El Museo de Arte Contemporáneo de Sidney presenta hasta finales de noviembre una exposición que está compuesta por alrededor de setenta piezas que incluyen la práctica totalidad de su repertorio artístico. Entre ellas destacan sus animaciones como "Tide Table", en la que el protagonista vuelve a ser Soho Eckstein, un personaje que vive en Johannesburgo a través del cual, Kentridge propone una visión de la realidad diaria en Sudáfrica, de los tiempos turbulentos que vivió su país durante el apartheid. Es, en definitiva, una visión del individuo en el que se vierten diferentes nociones históricas relativas a las décadas finales del siglo XX en Sudáfrica. La obra de Kentridge está centrada en el dibujo. Sus trabajos pueden ser meros dibujos al carboncillo o también animaciones, por las que se ha hecho famoso. El artista va filmando la superficie del papel a medida que va dibujando, esto es, una suerte de bidimensionalidad que se desplaza en el tiempo. El artista no suele utilizar más de veinte papeles para cada filme. Para ello utiliza un mecanismo de dibujar y borrar con los que construye sus historias. Pero el talento de Kentridge no se limita a estos dibujos y a su posterior animación sino que ha estado desde hace tiempo vinculado al teatro ya sea como actor o diseñador o colaborando con la Handspring Puppet Company, una compañía de teatro surafricana con la que lleva trabajando desde 1992 en la realización de escenografías. Los dibujos de Kentridge sirven como fondo para las vivencias de personajes realizados con madera tallada. Esto fue precisamente lo que presentó en la Documenta11, una pieza llamada "Confessions of Zeno".

Porque desde mediados de los noventa Kentridge ha participado en muchas de las grandes citas artísticas, desde las Documentas X y 11, hasta las Bienales de Venecia y La Habana. En España, el Museo de Arte Contemporáneo de Barcelona le dedicó una interesante exposición en 1999. Esta muestra australiana está organizada por el Castello de Rivoli y ha itinerado al K20 de Dusserldorf. SU comisaria ha sido la Chief Curator del Castello Carolyn Christov-Bakargiev, gran especialista en la obra de William Kentridge.