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Arte

Cinco obras fundamentales de Modrian en el Reina Sofía

Hans Janssen, el comisario de la exposición del Reina Sofía 'Mondrian y De Stijl', desentraña las cinco obras imprescindibles entre el centenar que componen este viaje a la abstracción

10 noviembre, 2020 09:39

Naturaleza muerta con naranjas, 1900

Desde muy joven Mondrian se sintió atraído por la tradición realista holandesa del siglo XVII, que combinó con otras influencias como la de la pintura francesa del XIX y su simplificación de elementos en la imagen.

Paisaje Grande, 1907-1908

Con 70 años, Mondrian escribió que en los paisajes de su juventud buscó el dinamismo de la naturaleza en contraposición a la organización de la ciudad. Se deleitó en la luz y el color, introduciendo cada vez más contrastes que, para los críticos, le alejaban del realismo holandés.

Composición Nº. II, 1913

En 1911 Mondrian se traslada a París y trabaja en lo que llamó un nuevo realismo partiendo de antiguos dibujos de paisajes. “La realidad sólo puede expresarse a través del equilibrio, el movimiento de formas y el color”, escribió más tarde. Nacía un nuevo lenguaje plástico, bautizado después como Neoplasticismo: el arte de De Stijl.

Georges Vantongerloo: Composición derivada de la hipérbola equilátera xy = k con armonía de verde y rojo, 1929

Otros artistas de De Stijl fueron más sistemáticos. Vantongerloo transformó una fórmula matemática en pintura y dedicó años a tratar de descifrar la “fórmula estética” de Mondrian, algo que a éste le divertía mucho, pues quizá había un código, pero él no lo sabía.

Pintura II 1936-43, con amarillo, rojo y azul, 1936-1943

En 1940 Mondrian cumple su sueño de emigrar a Estados Unidos, el país de la vida moderna y del jazz que tanto amaba. Nueva York le golpeó de inmediato y los bloques de color comenzaron a moverse libremente por sus lienzos, algo que buscó hasta el final de su vida.