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Barcelona dice no al Hermitage y Madrid se interesa por el proyecto

El equipo de Ada Colau rechaza la sede del emblemático museo ruso tras cuatro informes desfavorables

28 enero, 2020 12:28

Después de meses de campañas a favor y en contra, el Ayuntamiento de Barcelona ha rechazado finalmente acoger una sede del Museo del Hermitage en la nueva bocana del puerto. Cuatro informes encargados por el consistorio que rige Ada Colau han aconsejado dar carpetazo al proyecto por riesgos de seguridad, problemas de circulación, dudas sobre su viabilidad económica y ausencia de un plan cultural que genere interacción con los ciudadanos de Barcelona.

Tras la negativa de Barcelona al emblemático museo ruso de San Petersburgo, Madrid ha dado un paso adelante para interesarse por el proyecto. Fuentes del Área de Cultura del Ayuntamiento de Madrid, que dirige Andrea Levy, confirman a El Cultural que la intención del consistorio madrileño es "iniciar hoy mismo conversaciones" con el museo para conocer si al Hermitage le interesa Madrid y si a Madrid le puede interesar el proyecto. En esa conversación, dicen, es importante determinar si el acuerdo se produciría mediante la cesión de un espacio ya construido o de un terreno para construir un edificio desde cero.

La sede barcelonesa del Hermitage iba a estar alojada en un edificio que sería construido por el arquitecto japonés Toyo Ito, ganador del premio Pritzker, y estaría ubicado en una zona del litoral barcelonés que se ha visto muy afectada por el temporal Gloria hace solo una semana, con desperfectos millonarios. El informe específico sobre cuestiones de movilidad también ha desaconsejado dar luz verde al proyecto en esta ubicación debido a su desconexión con los sistemas de transporte público, muy alejada de la parada de metro más cercana.

En cuanto a la viabilidad económica, el informe correspondiente considera que las previsiones de visitantes son excesivamente optimistas, ya que calculaban 850.000 personas solo el primer año y aumentaban la cifra a 1,5 millones dentro de 13, superando al Museo Picasso de Barcelona o al Thyssen de Madrid.

Sede principal del Hermitage en San Petersburgo

Josep Ramoneda, director del CCCB durante dos décadas, ha sido el encargado de evaluar la propuesta cultural, y su veredicto ha sido implacable: "Es un ejemplo típico de cultura de franquicia: nombres conocidos, proyecto banal". Con ejemplos como la sede del Louvre en Abu Dabi o, sin salir de España, el Guggenheim de Bilbao y las sucursales del Pompidou y el Museo Estatal Ruso en Málaga, el debate sobre las franquicias de museos sigue candente. En un artículo publicado por El Cultural, el artista Rogelio López Cuenca se mostró muy crítico con este tipo de iniciativas: "[Los franquimuseos] forman parte del mismo programa de creación o ampliación de otras infraestructuras, como las de transporte —aeropuertos, alta velocidad…—, hoteles, o palacios de ferias y congresos. Todo al servicio y para beneficio de la industria turística. Estos dizque museos —expresos monumentos al colonialismo cultural— son la enseña de la subordinación de la cultura a los requerimientos del capitalismo neoliberal, que no entiende ni valora más que el precio, ni contempla cosa otra que no sea mercancía".