Image: Daniel Canogar traduce la sociedad digital

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Arte

Daniel Canogar traduce la sociedad digital

El artista reflexiona sobre el cambio tecnológico en 'Fluctuaciones', exposición que inaugura en la Sala Alcalá 31

28 noviembre, 2017 01:00

YouTube es ese lugar en el que se acumula todo. La plataforma registra millones de búsquedas diarias y a través de sus canales se difunde todo tipo de información. Desde la visualización de los goles de Cristiano Ronaldo hasta la receta de la tortilla de patatas. Para Daniel Canogar (Madrid, 1964) está acabando una época y YouTube es "un revuelto líquido en el que cabe de todo". De hecho, una de sus obras está conectada a esta red social a tiempo real y retransmite los 100 últimos resultados de algunas búsquedas establecidas de antemano que se convierten en un movimiento líquido que da como resultado una obra abstracta en movimiento. Cannula (2016) es una de las piezas que forma parte de Fluctuaciones, una muestra de 24 obras en la sala Alcalá 31 que reflexiona sobre el cambio tecnológico en el mundo digital que actualmente se nos ha adherido como una segunda capa de piel.

La rápida evolución de la tecnología hace que los dispositivos creados hace unos años como una revolución sean ya objetos obsoletos. Es el caso del DVD, uno de los soportes favoritos para la venta y alquiler de películas durante años. Ahora, la proliferación de plataformas de streaming está haciendo que los videoclubs vean disminuida la afluencia de cinéfilos ocasionando el cierre de muchos de ellos. Pero el artista, amante del cine y de este soporte ha recuperado 2.400 títulos de todos los géneros y procedencias para crear la espectacular Sikka Ingentium. Esta pieza, dispuesta entre cuatro paredes negras y a oscuras, está compuesta por cinco proyectores, cinco reproductores multimedia, dos altavoces, dos subwoofers y las 2.400 películas.

"En cada uno de los discos se proyectan fragmentos de todas esas películas con una acústica basada en las bandas sonoras de las mismas, que se reproducen por 12 canales diferentes de audio formando una melodía", explica el artista. La pared que se contrapone a la escultural obra refleja la pieza creando un juego onírico que se convierte en el particular homenaje de Canogar a este objeto. También lo entiende como "una despedida para este medio que está ya obsoleto". Los estuches de estas películas internacionales, "compradas en mercadillos y encontradas en la basura", se encuentran recopilados en la pared del pasillo representando "una biblioteca de archivo matérico que da paso a Cannula".

Cannula, 2016

En el pasillo opuesto a los estuches se disponen las obras que se pudieron ver el pasado mes de febrero en la galería Max Estrella. El conjunto de cuatro obras que forman Echo subraya "nuestro énfasis de representar el mundo" pero las pantallas se agotan y, por eso, las dobla creando formas curvas. Cada una de ellas, además de estar sometida a los caprichos del ser humano, está conectada a diferentes fuentes de información digital y responde cuando la información que recibe fluctúa. Magma reacciona frente a las actividades volcánicas, Basin a las precipitaciones de las 195 capitales de los países que componen la ONU, Troposphere a la contaminación atmosférica de Madrid y Ember a la cantidad de incendios activos en todo el planeta. El movimiento y sus cambios de colores, por tanto, muestran que los indicadores, para bien o para mal, han cambiado.

También dependientes del movimiento, pero en este caso del viento, son las tres piezas que concluyen el recorrido de Fluctuaciones. Una de ellas toma palabras de la Carta Magna, uno de los textos fundacionales de la democracia, que se firmó en 1215 en Londres, una segunda fluctúa según el viento que sopla en Pensilvania, lugar en el que se gestó la Constitución americana en 1878 y, la última, responde a los cambios que suceden en París, ciudad en la que se firmó la Declaración de los Derechos Humanos en 1948. Cada una por separado cambia de colores y formas según el viento que corre haciendo que sus palabras (en latín, inglés y francés) se distorsionen al igual que su vigencia "se está poniendo en entredicho", explica Canogar.

'Sikka Ingentium', 2017

El artista madrileño se erige como un narrador de la cronología de los cambios tecnológicos y, como tal, merodea entre la fragilidad humana, su pérdida de memoria y la fugacidad de los cambios. Según la comisaria de la muestra, Sabine Himmelsbach, destacan cuatro aspectos en la obra de Canogar: por un lado la memoria que se divide en dos tipos; la personal y la colectiva, la melancolía, la materialidad y el sistema de datos en sí mismo. En ese sentido estamos tan sumergidos en nuestras pantallas móviles que disfrutar de la vida real y en directo cada vez se vuelve más difícil. Además, un apagón general supondría la pérdida de todos los datos que guardamos en la nube (a merced, por otro lado, de las empresas que pueden cotejar nuestra información).

La fugacidad y la desmemoria campan por una exposición que se puede entender como la visibilización del paso de los sistemas electromecánicos a los digitales. Es en nuestra posición frente a este campo fértil donde incide el artista, al que no le preocupa hacer obras de carácter perecedero ni la conservación de las mismas porque, cree, ese es asunto de los coleccionistas. Su labor, dice, es "reflexionar y entender los cambios tan rápidos que estamos viviendo en la sociedad" y nuestra postura frente a ellos.

@scamarzana