Image: Caleidoscópico Joan Brossa

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Arte

Caleidoscópico Joan Brossa

19 septiembre, 2017 02:00

Joan Brossa

El MACBA rinde homenaje al artista y poeta catalán Joan Brossa con una exposición monográfica que, con 800 obras y una amplia selección de documentación, permite ahondar en una trayectoria sin atender a las etiquetas academicistas.

Leer a Joan Brossa (Barcelona, 1919-1998) en su conjunto es el objetivo principal con el que se ha organizado la muestra que el MACBA inaugura este martes. La monográfica, que incluye 800 obras y una selección de documentación, permite ahondar en su trayectoria estableciendo un recorrido que huye de las etiquetas academicistas que se le han atribuido. "El objetivo ha sido disolver las categorías y periodos que la academia ha ido dándole y leerlo como un poeta que te apela de forma directa", apunta Pedro G. Romero, comisario de la muestra junto a Teresa Grandas.

El artista comenzó su producción a partir de los años 40 en un momento en el que el país estaba sumergido en pleno franquismo y la innovación no estaba entre las preocupaciones de los creadores. En esa época conoció al poeta J. V. Foix, al filósofo Arnau Puig y a los artistas Modest Cuixart, Joan Ponç, Antoni Tàpies y Joan-Josep Tharrats. Fueron ellos quienes fundaron la revista de vanguardia Dau al Set (1948), donde colaboró con textos surrealistas que se convirtieron en el inicio de obra literaria que utilizaba el lenguaje como medio de experimentación. "Cuando se plantea la ruptura con la manera de hacer tardosurrealista su voz ya está construída", apunta el comisario de Poesía Brossa.

Escanyapobres, 1989. Foto: Martí Gasull

La obra de Brossa, que incluye poesía, teatro, cine y artes de acción, "tiene muchos meandros y nos permite sacarlo sin complejos para reafirmarlo como poeta". El depósito que en 2011 hizo la Fundación Joan Brossa a la pinacoteca, formado por 50.000 documentos, 6.000 libros, 5.700 revistas, 100 publicaciones de artista, 130 poemas visuales (muchos de ellos inéditos), 1.000 fotografías, 150 instalaciones y 1.000 carteles, ha permitido establecer un completo recorrido que se divide en cinco apartados.

El artista, que participó en el ejército de la República, hizo murales de la "30ª división en los que se ve que el collage ya estaba presente en las obras de un Brossa miliciano" . En el primer apartado, Sí, me hizo Joan Brossa, se reúnen los primeros escritos de este poeta que trabajó en el cruce de caminos entre diferentes lenguajes. Se ve cómo opta por Miró frente a Dalí, su giro materialista afín al desplazamiento informalista de Tàpies o la influencia de João Cabral de Melo. Le sigue Juegos con imágenes, donde "se establece un punto de vista clave con una selección de Suites y Poemas habitables que no son más que materiales artesanos, bocetos y apuntes. Es su poesía seminal", indica G. Romero. En ella Brossa añade elementos en forma de juegos y diálogos con la página que dan como resultado un lenguaje poético basado en intervenciones mínimas.

En el tercer capítulo "Brossa se muestra político y se relaciona con Carles Santos y con la vanguardia musical catalana". Tras haber leído gran parte de su poesía, Pedro G. Romero destaca un poema breve en el que Brossa dice que Cataluña necesita una policía propia por lo que ahora no "puedes dejar de pensar en el momento que se está viviendo", reflexiona el comisario. Pero no solo hay política en este apartado sino que también se revisa su poética través del transformismo y de lenguajes como la música, el cine, el humor y la danza; además de otros no considerados convencionalmente artísticos pero que él incluye en su gramática personal, como el estriptis y la magia.

Kembo, 1988. Foto: Martí Gasull

Una recapitulación visual muestra las piezas con un diseño inspirado en tres exposiciones realizadas en 1988 y 1989. "Hemos reconstruido aquellos años de los 80 en los que se empezaron a realizar las primeras ferias de arte y Brossa critica los objetos mercancía", añade. En la última sección, sin embargo, se amplían las referencias hacia otros artistas con los que Brossa evidencia numerosas coincidencias temáticas y formales: el belga Marcel Mariën, el escocés Ian Hamilton Finlay y el chileno Nicanor Parra. "Los tres se relacionan entre sí con obras en las que tratan los mismos temas. Hay simetrías y cacofonías", afirma G. Romero. En los tres se ve el conflicto que surge entre la imagen y la palabra. Y es entonces cuando surge la poesía visual.

Política, economía y comunicación están unidas en el MACBA por un poema-instalación que recorre todas las salas. Se trata de "un campo de cucarachas que lo invade todo". Además, en uno de los espacios se montará una especie de teatro en el que diferentes artistas interpretarán sus piezas teatrales. Joan Brossa es, en definitiva, la suma de acciones, imágenes y objetos que actualmente podemos detectar en la obra de artistas como Jordi Colomer, Perejaume, Rogelio López Cuenca, Pepe Espaliú y David Bestué.

@scamarzana