Image: El arte, mejor en casa

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Arte

El arte, mejor en casa

26 julio, 2017 02:00

Imagen de la intervención en Jaén de Jorge Galindo

Cuando la crisis inmobiliaria de la década pasada asoló Estados Unidos y la bolsa se desplomó llegó el drama: miles de personas se quedaron sin trabajo y muchas obras de edificios paralizadas. En ese momento un grupo de artistas decidió organizarse para exponer sus piezas en estos lugares deshabitados e incompletos y bajo el nombre de No Longer Empty empezaron a invitar a comisarios que dieran sentido al proyecto. Se fue expandiendo la idea por diferentes barrios de Nueva York y el artista Isidro Blasco tuvo la oportunidad de participar en el que tuvo lugar en Harlem en el año 2010. Un año más tarde, esa idea que germinó en su cabeza la llevó a cabo por su cuenta. Junto a Sarah Jay, su mujer, compró una casa en el barrio de Fish Town (Filadelfia) y allí puso en marcha la misma idea. "Invité a algunos artistas amigos y transformamos el interior. Después de esto, lo volví a hacer en dos casas más en el estado de Nueva York, cada vez un poco más organizado y con un poco más de tiempo", cuenta Blasco.

Así es como, unos años más tarde, esta propuesta ha llegado a un pequeño pueblo de Jaén, Sabiote, bajo el nombre de Intervenciones 4. Varios artistas actuales se han hecho con el lugar y han expuesto allí sus obras creando un contraste "pronunciado entre la gran ciudad y esta localidad", apunta. Si su experiencia en Harlem fue reveladora porque pudo usar los materiales que los trabajadores se habían dejado, este nuevo contexto "está aportando la idea de qué es arte contemporáneo y cómo y dónde puede verse".

Obra que expone en Jaén Felicidad Moreno

En el arte no hay límites, ya sabemos. El cubo blanco parece que ahora está en crisis y hay que renovarse. Isidro Blasco, por su parte, es de los que opina que "poner el arte en lugares estériles es una realidad de un época concreta, sobre todo de mediados del siglo XX, pero ni antes fue así ni creo que lo sea en un futuro cercano". En esta casa de Jaén da la bienvenida Jorge Galindo con "revistas de los años 60 que estaban en la casa con las que ha empapelado varias paredes desde el techo al suelo". Le sigue Felicidad Moreno con cuatro círculos con cerámicas en la superficie, Fernando Quesada que, con cintas de No pasar, "dibuja en el espacio una cadencia y en el patio está la obra de Moneo-Brock Studio". En el cuarto de las tinajas se sitúa "el dibujo de líneas y telas hecho por Catarina Leitao y también hay un 'muro de barro' realizado por padre e hijo alfareros, los Tito de Úbeda", explica Blasco, propulsor del proyecto y artista. Arriba los muebles reflectantes del espacio que ha rodeado Marta Jarabo, las máquinas sonoras de Alfredo Morte, las figuras geométricas colgadas del techo de Sofía Jack y el papel pintado de Maite Camacho.

Todos ellos se lanzaron al proyecto sin pensarlo. ¿Qué puede haber más atractivo para un artista que un espacio que intervenir sin premisas y sin miedos? En ese espacio podían pintar, romper, modificar todo lo que había, desde puertas a ventanas pasando por los muros. La casa, además, tiene su historia y es que antes de ser comprada por Blasco y Jay fue habitada por tres solteras muy celosas de su intimidad. Ahora que está abierta ha servido para que los habitantes del pueblo se acerquen hasta allí y hablen de lo que saben de la misma. "Vamos poniendo piezas en la imagen de lo que fue la vida anterior de esta vivienda y su relación con el resto de la población. Pero sobre todo les parece positivo que hagamos esto, aunque no les llegue del todo". Cada intervención va llevando de una estancia a la otra de manera natural y es que "donde mejor se ven las obras de arte es en el estudio de los artistas, en la calle donde se producen en el caso murales, en los feeds de Instagram". Porque para Blasco, "ponerlos en lugares neutros ha sido, sobre todo para, darles un valor económico añadido, pero el arte es mucho más que eso, es lo que hace el ser humano casi sin darse cuenta".

Intervención de Catarina Leitao

Sin embargo, "una gran parte del arte ha tenido esta idea de separarse, de ser elitista. Antes de la era contemporánea porque representaba al poder y daba la imagen necesaria para dominar; en nuestros tiempos se le añade el valor necesario para convertirse en objetos de intercambio que valen muchísimo dinero", concluye Blasco.

@scamarzana