Image: Curanderos de los primeros pasos

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Arte

Curanderos de los primeros pasos

17 marzo, 2017 01:00

Generaciones 2017. Rosana Antolí: F=P.E/1, 2017

Las convocatorias de arte suelen ser la primera oportunidad de los artistas jóvenes de presentar su trabajo en el marco de instituciones artísticas y de contar con un presupuesto de producción que les permita dar el salto en su carrera. Son varias, atienden a criterios como el lugar y la fecha de nacimiento y no superan el corte de los temidos 35.

Los artistas las tienen bien marcadas en su calendario de applications. Entre todas, la más top es Generaciones, de la Fundación Montemadrid, que tiene el presupuesto de producción más generoso: 10.000 € frente a los 2.000 € que ofrecen otras convocatorias como Circuitos, de la Comunidad de Madrid, o los 6.000 € máximo -que en la práctica son siempre menos- de las Ayudas de producción de obra de Injuve, de ámbito estatal. Hemos hablado de ello con los comisarios de las tres muestras que pueden verse ahora mismo en Madrid: Ignacio Cabrera (Generaciones, La Casa Encendida), Miriam Estrada (Injuve, Sala Amadís) y Virginia Torrente (Circuitos, Sala de Arte Joven de Avenida de América). Entre las tres exposiciones suman más de treinta artistas, entre los que encontramos nombres como Rosana Antolí, June Crespo, Julia Llerena, PLAYdramaturgia, François Vanneraud o Ian Walder.

La primera cuestión que descoloca es cómo encajar la figura del comisario en un contexto en el que los artistas y los proyectos vienen ya dados o, en el mejor de los casos, se eligen en negociación con otros miembros del jurado. Virginia Torrente lo tiene muy claro: "No existe una idea curatorial, eso es lo primero y fundamental. En este caso, el trabajo del comisario consiste en ser cuidadoso con los artistas, curar las piezas desde su idea y su desarrollo hasta su exposición en la sala según lo que el artista quiere presentar. El trabajo curatorial es, por tanto, obligatoriamente silencioso, aséptico… dedicación máxima para que las piezas en la exposición se expresen y se expliquen por sí solas lo mejor posible. Hay un trabajo importante de psicólogo y de diseñador de sala, de acompañamiento de las obras y de sus autores".

Circuitos 2016. Ana Esteve Reig: El oráculo, 2016

Otro reto es cómo conseguir que estas obras, independientes entre sí, entablen un diálogo que tenga sentido en el espacio expositivo que las acoge. ¿Cómo? Es complicado. Para Ignacio Cabrero el trabajo se parece más a "cuando un comisario realiza un trabajo específico individual de un artista para una institución... La idea es presentar los 10 proyectos de la manera más adecuada posible". Hay hornadas en las que intuitivamente se abren ventanas de diálogos entre muchas de las obras y otras en las que esto resulta prácticamente imposible. ¿Se puede entonces hablar de tendencias? Difícilmente. "Más que de tendencias, se pueden percibir actitudes de creación comunes que reflejan rasgos pertenecientes a un mismo contexto generacional: empeño, adaptabilidad, hiperactividad, capacidad resolutiva y aprovechamiento de los recursos. Son personalidades creativas que se han gestado en plena crisis por lo que su posicionamiento ante el reto de la producción artística es diferente a la percibida por los creadores de generaciones anteriores" apunta Miriam Estrada.

¿Y el dinero?

Crecen los proyectos que no se quedan sólo en exposiciones estanco y que generan más cosas a su alrededor. Desde hace un par de años, Circuitos rebasa los límites de su sede en Avenida de América organizando actividades paralelas que trascienden este espacio a propuesta de los artistas. Además, después de la cita de Madrid, la exposición se desdobla y viaja a Laboral Gijón y a la Sala Borrón de Oviedo. Injuve, por su parte, tiene la peculiaridad de que no sólo incluye en su convocatoria la producción, si no también las Ayudas de movilidad de obra y creadores, y las de emprendimiento de proyectos culturales. Estas dos modalidades son muy interesantes y necesarias pero pierden su sentido al presentarse en el marco de una muestra en la que sólo se pueden ver los resultados, las obras, y no los procesos. En el caso de Generaciones, nos cuenta su comisario, "se invita a los artistas a participar en otras actividades programadas por La Casa Encendida como el Proyecto Chimenea de Tania Pardo".

Injuve 2017. Vista de sala

Todas estas convocatorias son fundamentales para aupar a los artistas en sus primeros pasos profesionales y, además, son también un apoyo económico para lanzarse a producciones de mayor envergadura. Para Virginia Torrente lo más importante es precisamente la gestión que los autores hacen con estos recursos: "saber administrarlos y cuánto cuesta producir una pieza. De dinero no se habla nunca y es la base del trabajo: remuneraciones, producciones de obra… estos primeros dineros son fundamentales en su aprendizaje".

¿Y luego qué? ¿Hay vida después de los 35? Depende de la suerte que tenga cada uno. Como comenta Miriam: "En cualquier otro sector, una persona de 35 años debería estar de sobra profesionalizada pero es cierto que la profesionalización de la creación está muy debilitada y es de valorar que haya instituciones que fomenten y estimulen la consolidación profesional del trabajador cultural". A lo que Virginia añade una reflexión de un artista middle career que se quejaba amargamente de que una vez que las ayudas a los jóvenes prescriben por edad, ya no se tiene acceso a ninguna otra. Algo que la comisaria extiende al campo del comisariado: "El veterano, al igual que el emergente, también necesita ayudas o trabajo a lo largo de toda su carrera y no sólo en el arranque de la misma".

Queda claro que la estabilidad es uno de los principales retos de nuestro gremio. Mientras ésta llega, que sean muchos los certámenes de arte joven que aúpen y apoyen esta lucha por la profesionalización.

@luisaespino4