Image: El nuevo Rijksmuseum: pasen, admiren y difundan

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Arte

El nuevo Rijksmuseum: pasen, admiren y difundan

A nueve días de su reapertura oficial, el museo nacional neerlandés invita a la prensa internacional para dar a conocer los detalles de su reforma

4 abril, 2013 02:00

Galería del siglo XVII. Foto: Iwan Baan, cortesía del Rijksmuseum.


Aunque la reapertura oficial es el día 13, el Rijksmuseum está sacando un excelente partido mediático a su esperado renacimiento tras diez años de reforma. La semana pasada, La ronda de noche, de Rembrandt, una de las más importantes joyas de su colección, fue devuelta a su legítimo hogar en medio de una gran expectación y una cuidada puesta en escena. Y hoy, el museo nacional holandés abre sus puertas a la prensa internacional para que admire su nuevo aspecto, obra del despacho sevillano de arquitectos Cruz y Ortiz, y difunda a los cuatro vientos la buena nueva de su resurrección.

Las obras en la casa de Rembrandt, Vermeer, Hals y el resto de los orgullos nacionales neerlandeses del siglo XVII se prolongaron cinco años más de lo previsto y su presupuesto se vio largamente sobrepasado, llegando el coste total a los 375 millones de euros. Los arquitectos españoles han realizado un trabajo de gran magnitud modernizando el museo pero a la vez recuperando muchos elementos del aspecto original diseñado por Pierre Cuypers en 1885, que se encontraba "dramáticamente alterado e irreconocible", afirman los arquitectos.



Uno de los cambios más celebrados es el aprovechamiento de dos patios interiores que estaban en desuso mediante su unión, creando una plaza central de 3.000 metros cuadrados de acceso libre para el público.

Alrededor de 500 periodistas procedentes de todo el mundo han visitado hoy una de las partes estrella del proyecto: el nuevo Atrio, informa Efe. En un diseño en el que la luz y el espacio han sido la hoja de ruta, los patios originales cubiertos se han convertido en una nueva entrada en la que es protagonista especial "el candelabro", estructura metálica que cuelga de la claraboya tamizando la luz y ayudando al aislamiento acústico.

En esta "catedral del arte holandés" se exhiben, a lo largo de 80 salas, 8.000 objetos que narran 800 años de la historia de los Países Bajos, desde la Edad Media hasta Mondriaan. En un relato ordenado cronológicamente a lo largo de cuatro plantas, se presentan de forma conjunta pinturas, estampas, dibujos, fotografías, objetos de plata, porcelana, cerámica, muebles, joyas, armas, ropas y otras piezas.



El arquitecto parisino Jean-Michel Wilmotte ha sido el responsable del diseño interior de las salas, en el que destaca el juego de luces creado por las diferentes tonalidades de grises con las que han sido pintadas las paredes, así como con la iluminación, tanto la natural que entra por los lucernarios, como la artificial que proporciona modernas lámparas de hierro negro que cuelgan de los altos techos.

Gris antracita ha sido el color elegido por Wilmotte para la galería de honor, la "capilla" más importante de esta "catedral", la que muestra en su "altar" la emblemática pintura de Rembrandt La ronda de noche , la única que ha conservado el lugar que ocupaba antes de la remodelación.

Para llegar a esta gran obra, que fue introducida a través de una trampilla situada delante de la pared de la que cuelga, el visitante tiene que atravesar una serie de pequeñas capillas situadas en los laterales en las que se pueden contemplar algunas de las obras maestras del museo.

La lechera o Mujer leyendo una carta, de Johannes Vermeer; El alegre bebedor de Frans Hals; El alcalde de Delft con su hija de Jan Steen junto con otras pinturas de Rembrandt como La novia judía o Autorretrato de joven, hacen de este espacio un punto neurálgico del Rijksmuseum al mostrar el Siglo de Oro holandés.

En el amplísimo recorrido por el museo, en el que los nombres de los benefactores del mismo figuran en las cristaleras situadas en dos de los espacios comunes, se exhiben piezas de la Edad Media y el Renacimiento, mostradas en el ambiente especial que crean las numerosas bóvedas de pequeña altura.

Tras pasar por el siglo XVIII, caracterizado por el refinamiento y el buen gusto, el visitante accede al siglo XIX, con obras de Vincent van Gogh, George Breitner o Jan Willem Pieneman; en este espacio se muestran también obras de arte del periodo napoleónico, con la presencia de Francisco de Goya autor del retrato de Ramón Satué.

Novedad en el Rijksmuseum es el siglo XX. Pinturas, muebles, fotografías, películas, un avión o un vestido de Yves Saint Laurent inspirado en una pintura de Piet Mondriaan, dan una imagen del arte y la cultura de los Países Bajos en el siglo pasado; Mondriaan, Karel Appel o Le Corbursier, autor de la Maqueta para el Pabellón Philips situado junto al museo, dan cuenta de ello.

Un espacio completamente nuevo diseñado por Antonio Cruz y Antonio Ortiz, el Pabellón Asiático, muestra la importante colección de arte asiático que posee el museo. Construido con piedra natural, grandes ventanales y rodeado, en un futuro, de agua, el pabellón alberga 350 objetos procedentes de China, Japón, Indonesia, la India, Vietnam y Tailandia, entre ellos una impresionante colección de quimonos.