Arte

El origen del mundo ya tiene rostro

El mayor experto en la obra de Courbet certifica en la revista Paris Match que el retrato de una mujer hallado en París corresponde a la parte superior de uno de los lienzos más famosos de la historia

7 febrero, 2013 01:00


No hay duda de que El origen del mundo pintado en 1866 por Gustave Courbet (1819 - 1877) es una de las pinturas más famosas de todos los tiempos. El sexo femenino en primer plano, desprovisto de toda intimidad, apenas sin pecho, sin rostro, tan sólo el tronco desnudo sobre unas sábanas blancas. Su dureza y realismo aún hoy causan cierto pudor. Pues bien, la mujer desconocida de la pintura, desde hoy tiene rostro.


El origen del mundo de Courbet

La revista francesa Paris Match publica hoy una sorprendente historia: un comprador que prefiere mantenerse en el anonimato habría adquirido en 2010 un pequeño cuadro (33 x 41 cm.) por 1.400 euros, en un anticuario. Al llegar a su casa se dio cuenta de que el cuadro presentaba un corte en la parte de atrás, como si hubiera formado parte de una tela mayor. Además, en el reverso del lienzo que refleja el retrato de una mujer, el comprador descubre una fecha: 1860. Y tras varios años de pesquisas y estudios, ha logrado que uno de los expertos en Coubert certifique que la pintura es del pintor francés.

Los colores y las proporciones, en efecto, se corresponden perfectamente con el cuerpo de El origen del mundo. Y las radiografías y rayos X a los que se ha sometido así lo corroboran. Este descubrimiento también sirve para confirmar lo que ya sospechaban los expertos: el cuerpo de esta pintura corresponderían a la modelo irlandesa Joanna Hiffernan, amante del pintor. Estas conclusiones confirman la intuición del comprador: El origen del mundo y el retrato forman parte de una misma obra y serán inscritos en el tomo III del Catálogo razonado que prepara Jean-Jacques Fernier para el próximo otoño.

Desde que Courbet lo pintara en 1866, El origen del mundo pasó por varias manos, aunque siempre permaneció oculto. Tras la muerte de su último dueño, Jacques Lacan, en 1981, pasó a manos del Estado francés como pago del impuesto de sucesiones, y desde 1995 puede verse expuesto en el Museo D'Orsay.