Image: Eva Hesse, la caja de Pandora

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Arte

Eva Hesse, la caja de Pandora

Eva Hesse. Trabajos del estudio

25 junio, 2010 02:00

Eva Hesse: Sin título (S-123), 1968

Comisarios: Briony Fer y Barry Rosen. Fundación Antoni Tàpies. Aragón, 255. Barcelona. Hasta el 1 de agosto.

No hace falta presentar a Eva Hesse (1936-1970), artista de culto y con una larga proyección en el arte contemporáneo. Recordemos simplemente que Hesse, junto a otros creadores de los años sesenta, introdujo materiales insólitos en la escultura, como el caucho, la fibra de vidrio y el textil, excluidos hasta entonces por la crítica formalista y el minimalismo. Pero quien dice nuevos materiales dice también una nueva sensibilidad: la subjetividad, el formato aleatorio, el azar, el inacabado, el proceso como generación de la forma... En todo caso, se observa una dimensión inquietante y extraña en su obra. Amorfa y ajena a cualquier idea de orden, estructura o configuración, alude al cuerpo con connotaciones sexuales. Como en alguna ocasión se ha señalado, el modo en que Eva Hesse manipula el caucho -con su textura semitraslúcida y su color carne- remite necesariamente a la piel.

La exposición que presenta la Fundación Tàpies no es una antológica al uso. Se trata de una singular muestra que reúne pequeñas piezas que se han calificado como "prototipos", "estudios", "modelos", "experimentos"… Frágiles, precarias, realizadas manualmente y en los materiales más diversos, se diría que esas piezas forman parte del proceso o trabajo preparatorio de la obra definitiva. El mismo título de la exposición deja entrever esta nueva perspectiva. Más allá de cualquier definición, lo que vemos son los Trabajos del estudio, es decir, los objetos que se localizaban en el lugar donde Eva Hesse operaba.

Y es que la exposición pretende, precisamente, interrogarse sobre la naturaleza y entidad de este tipo de material cuyo estatus no queda claro. Aproximarse a los trabajos del estudio es un procedimiento tradicional de investigación. Significa explorar el lado más íntimo del proceso creativo, buscar el origen, donde se supone que está inscrito su desarrollo posterior. Desde siempre, ha existido una fascinación o cierto fetichismo por el estudio del artista ya que, en ese misterioso lugar, se encierra el secreto de la creación. Ésta es la magia de las fotografías del taller de Rodin, Giacometti o Gaudí, por poner algunos ejemplos. Y ésta es también la lógica de esta exposición.

Entre los "trabajos del estudio" se presenta el contenido de una caja que hasta ahora no se había exhibido y que consiste en unas "formas" de papel maché. Significativamente, esta caja -según explica la comisaria de la exposición Briony Fer- había permanecido cerrada porque no se sabía qué hacer con ella. Pues bien, la exposición consiste en eso, en abrir una caja -o el estudio- para investigar las raíces de la creación.

Pero llegados a este punto, la conclusión es que los trabajos del estudio y la propia Eva Hesse siguen apareciendo al espectador como algo opaco y de difícil lectura. Lo que me resulta fascinante es la laboriosa construcción de Briony Fer en su texto del catálogo. Y puestos a hacer preguntas, la más impertinente sería si el texto de la comisaria es una obra de arte en sí o no, que en mi opinión lo es. Esta problemática, la de los usos y los límites de la interpretación, es la caja de Pandora que abre la muestra.