gatopardo

gatopardo

El Cultural

La aristocracia: finalistas

Concurso de microrrelatos conducido por el escritor Juan Aparicio Belmonte

7 octubre, 2021 17:18

Hola, amigos.

Como ya sabréis, se acaba de fallar el premio Nobel de literatura en Estocolmo, la bella ciudad escandinava (merece la pena visitarla). El millón de euros se lo ha llevado un tanzano (afincado en Reino Unido, es importante saberlo) de nombre difícil de pronunciar: Abdulrazak Gurnah. Casi acierto: yo dije que se lo darían a un autor haitiano. Hay que celebrar que no se lo hayan concedido a un bob dylan de por ahíen cualquier caso. Mi lema es: los premios literarios para los literatos. Pero, oh, amigos, ¿qué es la literatura? Nos pasamos el día con ella en la boca y ni siquiera sabemos a ciencia cierta cuáles son sus límites ni qué la representa. Según la Real Academia de la Lengua, literatura es el arte de la expresión verbal. ¿Y para vosotros? A partir del lunes. 

Veamos, entre tanto, quiénes son los finalistas de la semana dedicada a la aristocracia. 

Tíscar
Su padre, el conde, solucionó el problema rápidamente: a ella la recluyó en un convento; al lacayo lo cargó de cadenas y lo arrojó al foso.

Sito
En algún momento me saldrá la sangre azul —pensaba el hijo pequeño del Rey, apretándose su rodilla desollada.

Versus
Cesó el interés del duque por la atractiva joven tras enterarse de que no era plebeya, sino una simple aristócrata.

Elizeus
Cuando escuchó en el pasillo dos eructos seguidos, el ayuda de cámara sonrió. Su Majestad ha desayunado ya.

El duque 
Usted tiene cáncer, dijo el doctor. El paciente lanzó una carcajada estentórea y refutó: Imposible, yo no soy un cualquiera.

Androide
¿Será posible arreglar mi cabello y colocarme la corona?, preguntó la reina en el estrado y el verdugo, maravillado, no supo qué contestar.

Elizeus
Mientras el rey consorte, con ardiente pasión, se solazaba con la reina, esta solo pensaba: "Todo sea por amor a mi reino".

Sito
No preocuparos, yo a él siempre lo he tenido en un pedestal —dijo el secuestrador del Rey a la policía.
Al liberarlo lo bajaron con cuidado.

Morber
El rey convocó a los líderes de la revuelta. Les dio títulos nobiliarios y tierras, adelantándose a lo que en años harían si lo derrocaban.

Marco Tulio Anzola
Algo que la joven condesa admiraba de su campesino y amante era la habilidad que tenían sus manos callosas para desnudarla.

Jaque
Por insolente, el Rey ordenó ejecutarla, pero en el cadalso el verdugo cortó la cabeza del monarca. La rea cogió su guadaña y se marchó.

El duque
La duquesa cayó desmayada luego de que su hija, recién graduada, anunciara que había conseguido empleo.

Elizeus 
El rey se disfrazó de vagabundo para mezclarse con el pueblo y oír qué opinaban de él. Había tanto odio que él mismo organizó la revolución.

gpm 
El conde y su antiguo chófer volvían a reencontrarse en un taxi. “¿A dónde le llevo?”, preguntó, con un hilo de voz, el conde.

Arch & Bald
Cuando su gato llegó con un ratón entre los dientes, el marqués lo miró decepcionado. Aún no entendía que para eso ya estaban los criados.

Tíscar
Mató al dragón, se casó con la princesa y se pasó la vida pensando en lo feliz que era cuando pastoreaba las ovejas de su padre.

Azul
Pensó en abdicar cuando vio su sangre por primera vez.

Jorge Alonso Curiel
Al entrar los insurgentes en el palacio, el rey estaba enfrascado en la escritura de su primera novela fantástica. 

Maravedí
La duquesa se despertó angustiada; había soñado que su hija se enamoraba del mozo de cuadra, privándola a ella de tan solícito amante.

Maravedí
"Tú no necesitas creer en cuentos de hadas", dijo la condesa, instando a su pequeña nieta a que soltara al sapo que tenía entre sus manos.

Y uno, de regalo: 

Onliyú  
La proliferación de príncipes encantados hizo que se dictase un edicto prohibiendo besar a los sapos para preservar la especie.

Para aparecer con nombre y apellidos en caso de ganar, escribid a cuenta140@elcultural.es

Gracias

Saludos cordiales