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Mariana Enriquez: "Muchos lectores encuentran sosiego en ficciones muy oscuras"

Agobiada por la cuarentena, Mariana Enriquez (Buenos Aires, 1973) confiesa estar “muy dispersa”, a pesar de encontrarse enredada en la promoción de 'Nuestra parte de noche', último Premio Herralde

20 abril, 2020 02:44

¿Qué libro tiene entre manos?

El retrato de Dorian Gray, porque tengo que escribir un prólogo para una edición. En este momento, con la ansiedad por la pandemia, no puedo concentrarme para leer más que de trabajo, y bien poco.

¿Qué le hace abandonar la lectura de un libro?

Me cuesta abandonarlos por obsesiva pero últimamente si no me gusta, lo dejo. Bastante sencillo.

¿Con qué personaje le gustaría tomar un café mañana?

¡Estoy en cuarentena, así que con cualquiera! Pero con Richard Laing, el protagonista de High-Rise de Ballard.

¿Recuerda el primer libro que leyó?

No, probablemente alguna antología de mitos. Quizá el primero que recuerdo es La historia interminable de Ende.

¿Cuáles son sus hábitos de lectura: es de tableta, de papel, lee por la mañana, por la noche…?

Leo en cualquier horario, pero sobre todo a la mañana y a la noche. Prefiero papel, pero no tengo prejuicios contra el electrónico.

Cuéntenos alguna experiencia cultural que cambiara su manera de ver la vida.

La música en general, escuchar de muy joven a Nick Cave y David Bowie.

¿Como nació este tratado de la maldad que es su última novela, Nuestra parte de noche?

Nació con una idea muy vaga sobre una secta, un dios que devoraba el dolor… Después, empecé a pensar en la relación entre un padre y un hijo; así aparecieron los personajes, un poco pensando en La carretera de Cormac McCarthy y Ojos de fuego de Stephen King, en ambos casos un padre enfermo que se pregunta sobre el futuro y, en ese sentido, se cuestiona la paternidad. Lo empecé escribir y creció con referencias a la música, al ocultismo, a la religiosidad popular argentina…

¿Es una novela sobre el deseo, sobre la paternidad…?

Creo que es una novela sobre el poder y la herencia. En ese sentido, sí es una novela sobre la paternidad que piensa cuestiones del deseo y la crueldad. Yo creo que es un novela de terror; en cualquier caso, es una novela de género, una novela fantástica con los pies en el realismo.

¿Podría tener otro escenario que no fuese Argentina?

No lo pensé. Habla de nuestras clases altas, de nuestros inmigrantes y uso bastante nuestras creencias populares. Pero posiblemente podría ser adaptada a otro país latinoamericano.

¿Acentúa la crisis del coronavirus la sensación de Apocalipsis que tiene el lector con su libro?

No lo sé. Creo que este momento es muy real y muy distinto. Depende del lector, muchos encuentran sosiego en ficciones muy oscuras.

¿Le importa la crítica?¿Le sirve para algo?

Sí. Me ayuda a pensar en lo que escribí. Dudo que los autores lo tengan tan claro, a veces los críticos lo ven mejor. Por supuesto una mala crítica me pone de mal humor, como a todo el mundo.

¿Entiende, le emociona el arte contemporáneo?

Entiendo bastante; me gustan algunos artistas, me emocionan pocos.

¿De qué artista le gustaría tener una obra en casa?

Me gustan surrealistas como Leonora Carrington, Remedios Varo, Bellmer; ilustradores como Kubin o Félicien Rops; también me gustan Richter y Francis Bacon. También una artista sudafricana muy joven que se llama Ruby Swinney y la polaca Aleksandra Waliszewska.

¿Qué música escucha en casa?

Mucha para listar, pero sobre todo rock. Soy fan de Nick Cave, David Bowie, Suede, Cat Power, Iggy Pop, Rufus Wainwrigh, Led Zeppelin…

¿Cuál esla película que ha visto más veces?

Mullholand Drive de David Lynch y Apocalipsis Now de Francis Ford Coppola.

¿Le gusta España? Denos su srazones.

Mucho. Me gusta el estilo de vida y la comida. Y además es un país muy hermoso.