El Cultural

El Cultural

El Cultural

Autoestima

Concurso de micropoemas conducido por Joaquín Pérez Azaústre

6 abril, 2020 13:09

¡Buenos días!

Han estado muy cerca de ganar los siguientes poemas:

Belisario Domínguez
La brisa desordena las constelaciones
y el árbol
gira sin soltar la hoja.

Ya el primer verso es un poema en sí mismo de elegancia y equilibrio en la apertura al mundo que nos muestra, esa vida ofrecida con su punto de armonía y “desorden”. El punto de referencia es fragilidad máxima, desde la hermosura de esa delicadeza.

La quesera de Oter
Y morir en tan pequeño espacio de tierra
regar este alcorque diminuto
tras haber recorrido el universo.

Este recorrido por la vida podría definirnos a cualquiera de nosotros: vamos hacia un instante de pequeña finitud, y la última conquista bien puede ser “regar este alcorque diminuto”. Pero todo merecerá la pena si antes hemos “recorrido el universo”. Grande.

Ada Peñalver
Esta noche los corzos bajaron de las cumbres.
Hoy regresó la vida a sus huertos tempranos.
El hombre es ese hueco sin sombra en la alameda.

Versos de trazo largo y plasticidad corpórea, con autonomía en cada uno de ellos, pero que se potencian entre sí. Entre la extrañeza de la noche animal y primera luz salvadora del alba, el hombre encuentra su espacio en esta poesía con ritmo y cadencia musical.

Pero el ganador es

Lagarto
El fuego que amanta nuestras noches
El vino que quema nuestros sueños
El hambre que devora la sal de las paredes.

Cada verso aquí es una declaración, una afirmación de vida y esperanza, de desesperación y de anhelo. Efectivamente hay un fuego nocturno que nos cubre y desde luego un “vino que quema nuestros sueños”, sin don de la ebriedad. Pero sobre todo el tercer verso es una portentosa definición poética del confinamiento, con su lírica fuerza.

Tema de esta semana: “Autoestima”. Para quien la posea o quien la haya perdido. Para quien la desee. Hay que fomentarla y darle duro al fuelle de los brillos dormidos de los años en los que éramos reyes, porque ningún pasado regatea la fruición del presente, en cuero y nervio vivos. Estamos conviviendo con las sombras que nos esperan dentro del espejo: el pulso entre lo que soñamos ser y lo que somos, el cielo que podríamos tocar. Escribamos sobre esto, en 3 versos y no más de 140 caracteres: sobre la imprescindible autoestima, con su néctar de luz y su punto cortante de respeto interior.