Qué libro tiene entre manos?
Estoy leyendo dos a la vez: Utopía para realistas, de Rutger Bregman, y Ana, de Roberto Santiago.

¿Ha abandonado algún libro por imposible?
Alguno, pero en estos momentos no me acuerdo del título [risas]. Si lo hice, fue porque no me interesaba.

¿Con qué personaje le gustaría tomarse un café mañana?
Compartiría una infusión encantado con Obama. Ha hecho mucho por la política a escala mundial.

¿Recuerda el primer libro que leyó?
Sí, Siddhartha, de Hesse. Tengo muy buen recuerdo, me siento muy identificado con el protagonista.

¿Cuáles son sus hábitos de lectura: es de tableta, de papel, lee por la mañana, por la noche...?
Me gusta leer en papel, eso no quiere decir que no lo haga en el iPad, en el ordenador o en el móvil. Pero me gusta leer en papel... y si es un libro, mucho más. Normalmente por las noches, que es cuando más tiempo tengo.

Cuéntenos alguna experiencia cultural que cambió su manera de ver la vida.
Crear la empresa Pentación hace casi 30 años, que en su momento supuso un antes y un después en el modelo de producción teatral de este país.

Como programador, ¿hay algo más satisfactorio que ver lleno el imponente Teatro de Mérida?
Lo dudo. Estamos hablando del espacio escénico más grande de nuestro país y eso, realmente, produce mucha satisfacción: verlo lleno y con el público disfrutando.

¿Cuál cree que ha sido la clave para alcanzar las cifras de público de los últimos años?
Son varias pero muy bien definidas: haber programado espectáculos que interesan a la ciudadanía por su temática, repartos y títulos; y una buena comunicación para que el público sepa qué ver y cuándo.

¿Se ve muchos años al frente del Festival de Mérida?
De momento existe la posibilidad de prórroga hasta el 2019. A partir de ahí ya se verá...

¿Hay que tener algo de temerario para hacerse empresario teatral?
Es una profesión, como la definen los banqueros, de alto riesgo. Y todo lo que es de alto riesgo es temerario.

Una vez bajado el IVA, ¿cuál es la principal reivindicación pendiente de satisfacer para la ‘patronal' escénica?
Una ley de mecenazgo, las bajadas del IVA del cine, de los cachés que pagan los teatros municipales... Hay muchas y hace falta que el Gobierno tome medidas.

¿Entiende, le emociona, el arte contemporáneo?
Entiendo lo que veo y, muchas veces, me emociona. Soy una persona que observa mucho.

¿De qué artista le gustaría tener una obra en casa?
De Picasso.

Ejerza do crítica de la última exposición que ha visitado.
He visto una exposición del pintor Paco Celorrio y me gustó su nueva etapa. Tengo algunas obras suyas en casa y creo que ha evolucionado para bien en la nueva concepción que tiene en estos momentos de cómo tratar el color.

¿Le importa la crítica? ¿Le sirve para algo?
Me importa la crítica si es constructiva. Si es destructiva, no la tengo en cuenta.

¿Recuerda la película que ha visto más veces?
La vida es bella, de Roberto Benigni.

¿Qué obra de teatro debe ver urgentemente el presidente del Gobierno?
El padre, protagonizada por Héctor Alterio, sobre el alzheimer. Hay que invertir mucho más en investigación.

¿Le gusta España? Denos sus razones.
Mucho. Es un conjunto de lugares muy dispares, llenos de diversidad de norte a sur y de este a oeste. Es un excelente país para vivir.

Regálenos una idea para mejorar la situación cultural de nuestro país.
La cultura no es un gasto, es una inversión. Los poderes públicos deben invertir en cultura.