Image: José Ramón Encinar

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El Cultural

José Ramón Encinar

"Los conciertos deben potenciar su dimensión escénica y audiovisual"

29 septiembre, 2015 02:00

José Ramón Encinar

El director de orquesta ha ideado un ciclo de conciertos teatralizados en los Teatros del Canal de Madrid patrocinado por la Fundación BBVA.

Cree José Ramón Encinar (Madrid, 1954) que el futuro de los conciertos de música, en una sociedad dominada por la imagen como la nuestra, pasa por fortalecer su dimensión audiovisual y escénica. El director de orquesta, que estuvo al frente de la Orquesta y Coro de la Comunidad de Madrid entre 2000 y 2013, ha ideado un ciclo de conciertos titulado El mundo de ayer en el que pone en juego esta idea. Con el patrocinio de la Fundación BBVA, Encinar emprenderá en los Teatros del Canal de Madrid tres viajes musicales a las vanguardias del siglo XX, rescatando obras importantes en la historia de la música que no han llegado al gran público.

Poemas, diálogos, el uso de la iluminación y la proyección de piezas audiovisuales creadas por la realizadora Elisa Encinar conforman una dramaturgia en torno a la música que recrea el contexto histórico en el que se compusieron o estrenaron las obras incluidas en el programa, de autores como Schoenberg, Falla, Stravinski o Poulenc. La primera sesión, que con el título Berlín y París con Florencia al fondo se celebrará este martes 29 de septiembre, recreará los estrenos absolutos en estas tres ciudades del Pierrot Lunaire de Arnold Schoenberg, un conjunto de canciones basadas en 21 poemas del francés Albert Giraud. Este concierto teatralizado contará con la mezzosoprano Marta Knörr, los actores Ángel Saiz y Felipe García-Vao, el violinista Víctor Arriola, el pianista Alberto Rosado y el grupo Koan 2, heredero de la formación que Encinar dirigió entre 1973 y 1992.

En el segundo espectáculo del ciclo, Du bord d'abîmes (25 de noviembre), las obras de Messiaen, Stravinski y Poulenc proponen un viaje dramatizado por los dos conflictos bélicos que marcaron la historia de Occidente en el pasado siglo. El tercero, Una soirée chez la Princesse de Polignac cerrará el ciclo el 24 de enero de 2016. Se trata de una visión coral del Gran Salón parisino de Winnaretta Singer, que se convirtió en uno de los centros neurálgicos de la creación musical de la primera mitad del siglo pasado, merced a la amistad de esta mecenas con autores como Falla, Ravel, Stravinsky o Weill.

Pregunta.- ¿Cómo tuvo la idea de este ciclo de conciertos teatralizados y cuál es su propósito?
Respuesta.- Hace ya tiempo que empecé a darle vueltas a un proyecto de este estilo, que desarrollara el componente visual que tiene cualquier obra musical y el propio hecho del concierto. He hablado de esto muchas veces con mis conocidos del mundo del teatro y la mayoría ha coincidido conmigo en la necesidad de potenciar esta parte escénica y visual del hecho musical.

P.- Habrá quien piense que añadir una dimensión audiovisual a la música puede ser un elemento de distracción.
R.- Lo mismo sucede con la ópera. Aunque ahora todos los implicados en el mundo de la ópera se empeñan en hacer ver que lo importante es la escena, lo importante es la música y lo otro debe ocupar un segundo plano. Algunos aficionados a la ópera me dicen que la puesta en escena les distrae y les impide seguir la música. En el espectáculo que presentamos (no me gusta llamarlo concierto), el núcleo sigue siendo la música, y además aquel no sustituye a la audición de las obras. Son experiencias diferentes.

Ensayo del concierto Berlín y París con Florencia al fondo

P.- Con el montaje escénico y audiovisual recrea los acontecimientos históricos que tienen que ver con la composición o los estrenos de las obras interpretadas.
R.- Tratamos de verter una serie de informaciones, algunas fundamentales, otras anecdóticas, sobre la historia de la música. En la primera sesión, recreamos los estrenos absolutos del Pierrot Lunaire de Schoenberg en Berlín, París y Florencia.

P.- La parte escénica del espectáculo consta de diálogos, poemas, piezas audiovisuales y sobre todos ellos usted destaca la importancia del uso de la luz. ¿Por qué?
R.- La luz juega un papel indispensable en cualquier espectáculo. En nuestro caso es un elemento clave en la construcción de la dramaturgia, junto con la parte dialogada y la audiovisual.

P.- Van a presentar obras poco conocidas de las vanguardias del siglo XX, compuestas por Schoenberg, Stravinsky, Poulenc y Falla, además de fragmentos de otros autores. ¿Rescatar estas obras para el público actual era uno de sus objetivos?
R.- Aunque no era la intención principal, espero que así sea. Las obras que hemos contemplado como núcleo de los espectáculos son importantísimas en la historia de la música. No son muy conocidas debido a su formato camerístico, más que sinfónico, ya que en España no se celebran muchos conciertos de música de cámara. Pero el fin primordial de cualquier espectáculo debe ser entretener, si puede ser, con una base intelectual importante. Si no la tiene, a mí como oyente no me interesa.

P.- La formación que acompañará a los solistas es Koan 2, sucesora del grupo Koan que usted dirigió hace décadas.
R.- Durante 20 años dirigí el grupo Koan original. Ahora, sin abandonar mi actividad como director sinfónico, trabajar con Koan 2 me permite idear una serie de espectáculos con las características de los que presentamos en este ciclo, sin necesidad de orquestas grandes. La base de todo esto consiste en retomar el afán de unir música de vanguardia y arte escénico que durante muchos años defendimos Koan en Madrid y Joan Guinjoan, con su grupo Diabolus in Música, en Barcelona.

@FDQuijano