Image: José Antonio Garriga Vela

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El Cultural

José Antonio Garriga Vela

“Los premios te ayudan a seguir adelante”

27 febrero, 2014 01:00

José Antonio Garriga Vela. Foto: Nacho Alcalá

El escritor publica El cuarto de las estrellas (Siruela), Premio de Novela Café Gijón 2013.

José Antonio Garriga Vela (Barcelona, 1954) se alzó el año pasado con el Premio Café Gijón por su última novela, El cuarto de las estrellas (Siruela). Un jurado compuesto por Mercedes Monmany, Antonio Colinas, José María Guelbenzu, Marcos Giralt Torrente y Rosa Regás concedió el premio al escritor catalán por "una novela inusual, que supera el realismo tradicional con imágenes y situaciones de gran calidad expresiva que van creando una atmósfera de misterio extraordinariamente sugerente". Ambientada en la inhóspita La Araña (Málaga), el autor se introduce en los misterios, silencios y secretos de una familia a través los recuerdos de infancia y juventud de un hombre que, por un golpe de cabeza, sufre un trastorno en la memoria. Una experiencia que vivió el propio Garriga Vela mientras escribía el libro y que introdujo como motor narrativo.

Pregunta.- Enhorabuena por el Premio Cafe Gijón ¿Qué significa para usted haber recibido este premio?
Respuesta.- Siempre tengo muchas dudas cuando publico un nuevo libro porque vivo exclusivamente de lo que escribo. Un reconocimiento como el Premio Café Gijón lo interpreto como que, lo que he hecho, no está mal. Que haya gustado a un jurado de esta categoría da tranquilidad y me permite seguir hacia adelante.

P.- Al igual que el narrador de El cuarto de estrellas, usted sufrió un traumatismo en la cabeza que le provocó pérdida de memoria ¿Fue este percance el origen de la novela?
R.- No, ya la había comenzado. De hecho ocurrió un día que estaba escribiendo y, necesitado de un poco de aire, salí a dar una vuelta. Sin motivo aparente tuve un mareo y, aunque lo lógico hubiese sido sentarme hasta que se me pasara, seguí andando hasta que me caí. Me di en la sien y ya no recuerdo nada. Estuve ingresado un mes en la planta de neurología.

P.- ¿Y qué secuelas le dejó el golpe?
R.- Pues no recordaba los acontecimientos más recientes mientras que los más lejanos brotaban con fluidez. Además, el golpe me hizo perder el olfato y el gusto. Y me ha ocurrido algo bastante sorprendente: no he vuelto a detectar los olores malos, como la basura o el humo, pero sí huelo perfectamente por ejemplo las plantas. Los médicos sin embargo me tranquilizaron y me dijeron que cuando remitiera el hematoma recobraría el recuerdo. Y así fue.

P.- ¿Cuándo pudo retomar el libro?
R.- Cuando me acerqué a él, dos meses más tarde, ni siquiera recordaba de que trataba. Y, ¿dónde cree que dejé al protagonista? Por primera vez en mi vida había escrito que uno de mis personajes iba al neurólogo, fue lo último que había escrito. Y justo después me pasé un mes ingresado en la planta de neurología.

P.- Vaya casualidad...
R.- Pues fue completamente verdad. Pensé en utilizarlo para la novela pero creo que el lector habría pensado que era rizar el rizo. Pero continué con la trama de mundos cerrados que había comenzado, incluyendo a un personaje que le ocurre lo que a mí respecto a la alteración de los recuerdos y que, a partir de ese percance, relata la historia de su familia.

P.- ¿Qué más hay de su vida en este libro?
R.- No hay mucho más. Quizás al ser la más intimista de mis novelas vuelco sentimientos respecto a temas como las relaciones amorosas. Son historias que puedo sentir, detalles en los que puedo pensar...

P.- ¿Es la memoria el tema principal de la novela?
R.- Quizá sí. Uno de los temas fundamentales desde luego. Aunque creo que priman los secretos familiares en un entorno pequeño y asfixiante como es La Araña.

P.- Hábleme de ese lugar tan peculiar donde transcurre la historia...
R.- Es un lugar muy novelesco. Aunque no especifico en la novela donde se ubica es un lugar real. Está situado a las afueras de Málaga, de hecho es un barrio de la ciudad. Es un espacio desértico prácticamente inhabitado porque hay una cementera. El lugar es La Araña, la fábrica se llama Goliat... Nombres que me atraían un montón. Era difícil resistirse.

P.- ¿El dinero da la felicidad?
R.- Al menos no a los protagonistas de mi libro. Cuando el padre gana la lotería decide regalar a la familia un viaje a Nueva York pero no se lo regala tanto a ellos como a sí mismo. Es su lugar ideal principalmente por ser el escenario de muchas de sus películas preferidas. Sin embargo, un íntimo amigo de la familia muere en La Araña mientras están de viaje, que además es uno de los personajes implicados en estos secretos familiares.

P.- Las referencias al cine son importantes en la novela...
R.- Sí lo son. Por ejemplo, cuando la familia se encuentra en Nueva York, el funambulista Philippe Petit tiende un hilo entre las Torres Gemelas (historia narrada en Man on Wire). Esto me permitía hacer muchas metáforas.

P.- ¿Qué proyectos tiene para el futuro?
R.- Seguir escribiendo. Estoy con una novela pero necesito apartarme y no pensar en otras cosas.

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