Image: Chema de Francisco

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El Cultural

Chema de Francisco

"Estampa busca la inversión personal y no financiera"

10 octubre, 2013 02:00

Chema de Francisco, director de Estampa

El director de Estampa Arte Múltiple inaugura hoy la 21 edición de la feria en Matadero Madrid

Lleva Chema de Francisco (Madrid, 1969) tres años al frente de Estampa, la feria de arte múltiple que cumple ya 21. Alcanzada una mayoría de edad más que suficiente, es una cita obligada para el público interesado en el arte contemporáneo que, además, desde la pasada edición, puede disfrutarla en Matadero Madrid, un entorno atractivo para ver lo último de la edición, de la fotografía, el vídeo, la obra sobre papel, el arte sonoro, el diseño y, sobre todo (y aquí hace hincapié el director), el dibujo, "una vuelta a la mano".

Hablamos con el responsable del evento cuando acaba de salir de la sala que este año la feria dedica a Jaume Plensa, artista invitado a realizar la imagen del evento. Es en la Nave 1: "impresionante, un espacio oscuro, con el tiempo marcado en las paredes, en los desconchones... y las esculturas de bronce dormidas allí, acompañadas por el juego de luces. Ha quedado francamente bien". Esto y todo lo demás, se puede visitar hasta el domingo 13.

Pregunta.- Este año la feria ocupa literalmente el Matadero expandiéndose no solo por la Nave 16, donde está el programa general de galerías y editores, sino también a la Nave de la Música (el arte sonoro de Sound In) y Cineteca (el videaorte de Insight), así como las actividades en la Casa del Lector.
Respuesta.- Y en el taller de Matadero se desarrollará el foro sobre archivos y libros de fotografía al que viene entre otros Timothy Prus, director del Archive of Modern Conflict de Londres... Sí, hemos crecido, con 81 expositores, 60 de ellos en el programa general, y nos estamos expandiendo en Matadero de forma natural y cómoda, trabajando con su equipo de manera conjunta.

P.- ¿Cuál es el objetivo de esta edición?
R.- Nuestro objetivo es fomentar la iniciación en el coleccionismo y el consumo de cultura implicando al ciudadano a través de la compra, haciendo que adquiera un compromiso a través de la compra de un disco, un dibujo, un grabado. Esa implicación del comprador con el galerismo, con el artista, es lo que busca Estampa.

P.- ¿Y la novedad?
R.- Sin duda el dibujo. No tanto por novedad como por interés. Gracias al dibujo hemos logrado atraer este año a galerías que no se habían planteado venir antes como Ivorypress, que presenta una serie de Jerónimo Elespe creada para la feria, o a los jóvenes artistas que trabajan con el dibujo en Ángeles Baños, Rafael Pérez Hernando o Adora Calvo. Con el programa Drawing Up hemos querido darle un empujón a este soporte que está despertando tanto interés. Habrá jornadas en la Casa del Lector con Luis Gordillo, quizá el maestro contemporáneo del desarrollo de la línea, y Fernando Sinaga, y un programa dedicado al estímulo de compras de dibujo contemporáneo. Se ha desplazado el centro de interés de la obra sobre papel al dibujo expandido: dibujo en el libro (ilustración) y en vídeo (animación). Hay unas acuarelas preciosas de Juan Uslé (Ivoypress), un muro intervenido por Pello Irazu (Moisés Pérez de Albéniz), un coche Opel que Jesús Galiana ha usado como soporte de su dibujo o las instalaciones que Ignacio Llamas (Adora Calvo) va a montar en el patio de butacas del Teatro Valle Inclán.

P.- No hay duda, el dibujo está por todos lados: se han celebrado importantes exposiciones internacionales y la mítica colección de Phaidon, Vitamine D, ha dedicado al dibujo su última edición. ¿Por qué esta recuperación ahora?
R.- Creo que hay una vuelta a la mano. Plensa dice que la emoción en el arte hay que volver a buscarla en la aproximación personal y humana... Vinculado al desarrollo económico ha habido mucho despliegue tecnológico y creo que estamos saturados de tecnología, por la competitividad de la imagen, el 3D, la manipulación digital... y nos gusta volver al cuaderno, al boceto, al mundo de los procesos y de las ideas. Los artistas quieren comunicar más y el dibujo, que tiene tanta proximidad a la escritura, cumple esa función.

P.- ¿Cree que falta la gran exposición del dibujo en España?
R.- Nos falta ese espaldarazo que da la gran institución, que de carta de naturaleza a una práctica habitual. Aunque espacios como la Fundación Juan March llevan haciendo cosas con el dibujo y la documentación mucho tiempo. Quizá tenga que ver con la búsqueda de la exposición de relumbrón por parte de los grandes centros. El dibujo necesita mucha atención.

P.- ¿Y esto encaja con el público de Estampa?
R.- El público en general cada vez es más culto y, sobre todo, los públicos del arte, y por eso vienen algunas galerías a la feria. En ese sentido, queremos abandonar la feria profesional, esa que está junto a la feria de frutas o de muebles. ARCO está muy bien y es muy importante pero ya están ellos. La nuestra debe integrarse mucho más con la gente. Y por eso Matadero es un sitio ideal.

P.- Dibujo, fotografía, vídeo, ¿dónde han quedado los tiempos en los que Estampa era la feria del grabado?
R.- En otros tiempos en los que la técnica del grabado era la manera de hacer obra múltiple. Cuando el tórculo y la serigrafía se han ido modificando ha llegado la fotografía digital, el vídeo, la experimentación con sonido. Y aquí la publicidad juega un papel importante porque va normalizando y contribuye a la aceptación de determinados códigos.

P.- La continuidad de Estampa ha sido posible gracias a la iniciativa privada pero la sociedad no se acostumbra a esto, ¿cree que hay mucha gente que podría apoyar y que no lo hace? ¿Cómo lo podríamos solucionar?
R.- Los coleccionistas privados están desarrollando muchas alternativas a la gestión cultural a la que estábamos acostumbrados por parte de la administración. Window in Berlin, Ediciones la Bahía, formas diferentes de producción, participación, coleccionistas que pueden dedicarle cierto presupuesto y que gestionan de otra manera. Hay formas alternativas al mecenazgo a partir del coleccionismo de arte, ideas con pasión y con una gestión rentable, razonable y eficaz.

P.- Es importante, además, involucrar a los coleccionistas en la feria, como en la sección de Cineteca dedicada al videoarte, con muestra de colecciones de Jaime Sordo, Carlos Vallejo, Ángel y Clara Nieto y Teresa Sapey entre otros, ¿por qué?
R.- Por supuesto que esto es algo atractivo para las galerías pero no es sólo eso, aunque algunos además compren en la feria. Es importante porque son el modelo en los que se van a ver determinados públicos. A través de ellos se desmitifica la persona del coleccionista y se normaliza. Ellos hablan de la prioridad de compra en un presupuesto familiar, algunos hacen un esfuerzo y demuestran que no hay que ser millonario para comprar arte.

P.- ¿De qué precios hablamos?
R.- Pues en Alicia Rey Gallery, por ejemplo, hay piezas desde 25 euros, aunque no es lo habitual. Un dibujo maravilloso de Jesús Zurita puede costar unos 700 euros o se puede comprar un buen libro de artista por 500. Creo que a partir de 500 se adquiere una pieza original con la que disfrutar. Las obras más clásicas llegan hasta los 35.000. Hay que hacer que el visitante disfrute de la feria y tener obras de calidad, sólo así uno puede hacer una inversión personal y no inversión financiera.

P.- ¿El éxito de Estampa depende de las ventas o de algo más?
R.- Depende de todo, por supuesto las ventas son importantes. La inversión del galerista no es descomunal y tienen margen para la comunicación, la participación y la proyección en el mercado. El año pasado fue flojo de ventas, no puedo negarlo, y a pesar de ello tenemos más expositores. La conexión con el público es imprescindible y creo que aquí se logra.

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