Image: Mariza

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El Cultural

Mariza

"El fado no puede vivir al margen de los cambios de este mundo"

23 junio, 2012 02:00

La cantante portuguesa de fado Mariza.

Este domingo cierra el Festival Internacional de Fado en los Teatros del Canal

La II edición del Festival Internacional de Fado no podía tener mejor broche. El domingo por la tarde aparecerá en el escenario de los Teatros del Canal la imponente Mariza, la mujer que ha convertido este género portugués en un fenómeno masivo en su país, y que lo ha llevado fuera de sus fronteras, como su embajadora más reconocida y eficaz (el año pasado fue declarado Patrimonio Inmaterial de la Humanidad). Regresa a Madrid dos años después de su último concierto aquí, en el Auditorio Nacional, junto a Miguel Poveda. Esta vez viene con su disco Fado tradicional bajo el brazo, un trabajo en el que ha vuelto a la taberna que su padre tenía en el barrio de Morería, donde se empapó de los cantes más puros de la Lisboa decimonónica. Esa reivindicación de la tradición tendrá también su réplica, porque Mariza también pretende regalar a público madrileño un repertorio con sus temas más populares. Nos lo confiesa desde Lisboa, al otro lado del teléfono, mientras su hijo, de apenas un año, la interrumpe cada cierto tiempo.

Pregunta ¿Qué vamos a escuchar este domingo en los Teatros del Canal?
Respuesta El concierto tendrá dos partes. En la primera saldrán a relucir los temas más populares y que le gustan a la gente. A la mitad del concierto daré un golpe de timón hacia territorios más íntimos. Será cuando cante las canciones del disco Fado tradicional.

P Este disco suyo es un retorno a las raíces del fado. ¿Por qué sintió la necesidad de volver a esa época?
R Yo fui la embajadora de la candidatura del fado para que la Unesco lo nombrara Patrimonio de la Humanidad. Esa candidatura decidimos basarla en este disco, que busca perpetuar el fado tradicional de cara al futuro. Para ello buceé en mi infancia y mi juventud, en lo que escuchaba en la taberna de mi padre en el barrio de Moreria, en las asociaciones de fado a las que iba... Intenté recoger aquellas voces que me nutrieron y me han hecho la fadista que soy. El disco era una forma de mostrarles mi gratitud.

P Si usted está en esta línea de garantizar la pureza del fado del siglo XIX, ¿porque hay voces en Portugal que le reprochan una presunta falta de ortodoxia?
R Bueno, yo no he escuchado esas voces. Yo creo que todo cantante de este género debe tener dominada la base del fado tradicional, el que se cantaba, más o menos, hace 120 años en los barrios. Yo me he criado en uno de ellos, he respirado ese fado puro, pero creo que hay que tener también una flexibilidad. El mundo está cambiando mucho y el fado no puede vivir al margen de esos cambios, también tiene que evolucionar sin perder de vista su pasado.

P¿Cuando canta fuera de Portugal se siente más libre de improvisar y de seguir los cánones clásicos del fado?
R No, yo canto igual en Portugal que en Sidney, Madrid, Singapur, Nueva York... Pero sí improviso, el fado es pasión y ésta no se puede calcular.

P¿Cree que en España realmente entendemos el fado, que lo sentimos con hondura?
R Yo en España me siento como en casa y veo mucho interés por el fado. Hay un público muy entendido y muy receptivo. Lo bueno de ese interés por el fado es que luego se transmite a otros aspectos de la cultura portuguesa.

P De la música española ¿cuáles son sus fetiches?
R Me encanta Paco de Lucía, claro. He de reconocer, sin embargo, que no soy ninguna experta en música española. Hay un grave problema de incomunicación en este sentido. Mucho de lo que se hace en España no llega a Portugal y viceversa. Por eso sé que me pierdo muchas cosas. Conozco algunos de los cantantes apadrinados por Javier Limón, como Concha Buika. También sigo a Carmen Linares, Estrella Morente, Mercé... Camarón también me gusta mucho, por supuesto. Pero reconozco mi ignorancia.

P¿En qué sentido cree que le marcó en su estilo el hecho de que su madre sea africana?
R Bueno, yo me siento muy, muy portuguesa. Al fin y al cabo aunque nací en África mi infancia ya la pasé aquí en Lisboa. Mozambique me queda muy lejos. De África tengo más influencia de países como Angola o Cabo Verde. Mi madre me ha abierto mucho los gustos musicales, porque ella ponía en casa y en la taberna música antillana, argentina, brasileña... Pero ya digo que cuando canto fado concentro en el fado únicamente.

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