El Cultural

José Antonio Marina

"Hemos asistido a la idolatría de las culturas. Todas eran igual de valiosas, lo cual es una estupidez"

24 diciembre, 2010 01:00

José Antonio Marina. Foto: Juan Hidalgo

Esta época tiene para los jardineros un encanto espacial: es el momento de cavar y preparar la tierra antes de que lleguen las fuertes heladas. Podría parecer que hablo en sentido metafórico, que tanto frecuentra José Antonio Marina cuando escribe, pero no. Este cultivador de pensamientos mima tanto o más a su jardín que a cualquiera de sus libros, que no son cosas tan distintas. En el último, como ya anticipaban los estratos de su biblioteca, aborda Marina Las culturas fracasadas. El libro es una apuesta apasionada para impulsar la inteligencia social.

A José Antonio Marina le ocurre lo que a Sartre: que también quiere ser una mezcla de Stendhal y de Spinoza. Admira la capacidad narrativa del primero y la capacidad sistematizadora del segundo. Además, le estimulan enormemente los problemas y enigmas de nuestro tiempo. Es un rastreador nato, un curioso impenitente, un "detective cultural" que busca, disecciona y nos explica el cómo y el porqué de muchas de las cosas que están pasando. "Los enigmas que se engarzan como cerezas, que uno lleva a otro, resultan para mi una gran aventura".
En Las culturas fracasadas, Marina habla del talento y la estupidez de las sociedades. De ciudades triunfantes, de inteligencias compartidas... Se hace infinidad preguntas, recala en múltiples autores, y propone, y sugiere, y nos lleva de un sitio a otro de la mano de la inteligencia, y con humildad y alegría.

Cree José Antonio Marina que, para empezar, hay que lograr recuperar el pensamiento pre-ilustrado, el que impulsó a la Ilustración. Pero, ¿cómo ?
- Creo que hay que inventar un pensamiento "ultrailustrado", que aproveche el talento para lo universal de la ilustración, con el gusto por lo biográfico del postmodernismo; la razón y el sentimiento.

- ¿Vivimos en una sociedad estúpida, fracasada, que no sabe resolver los problemas?
- Vivimos en una sociedad inteligente pero precaria, sometida a vaivenes terribles. No me cabe duda de que la humanidad ha progresado éticamente, pero eso no nos asegura que vayamos a continuar así. Tenemos experiencia de grandes colapsos sociales y debemos mejorar nuestra inteligencia colectiva para evitarlos.

- ¿Y la estupidez colectiva aumenta en tiempos de crisis?
- Normalmente sí, porque el miedo aumenta la desconfianza y los comportamientos de "sálvese quien pueda". Sin embargo, habría que pensar que es el aumento de la inteligencia social, del capital social, lo que nos permitiría salir de la crisis.

La inteligencia social
Para José Antonio Marina siempre es la inteligencia creadora la que nos salva, y si es una inteligencia social y compartida, mucho mejor. Cree el escritor que la inteligencia se vuelve torpe cuando se deja llevar por la pereza, el miedo o el resentimiento, y cuando se equivoca de marco de referencia. "Por ejemplo, dice, la razón individual no sirve para resolver problemas sociales, porque puede justificar el egoísmo más feroz".

- Usted mismo se lo pregunta en el libro: ¿Cómo podríamos liberarnos de la estupidez colectiva y llegar a ser sociedades más inteligentes?
- La "inteligencia social" va a ser el tema del futuro. Ahora empezamos a conocer sus mecanismos. Es el tema del momento. Creo que debemos conocer la genealogía de las culturas, conocer los mecanismos de interacción entre las personas, aquellas relaciones que amplían nuestras posibilidades intelectuales y afectivas, y aquellas que las cercenan. Hemos asistido a una idolatría de las culturas. Todas eran igualmente valiosas. Y esto es una estupidez. Todas las culturas se han tenido que enfrentar a nueve problemas básicos, y unas los han resuelto mejor que otras.

Entre esos nueve problemas básicos, o morales, de los que habla está el de reconocer el mismo valor a todas las vidas humanas, "que ha exigido un larguísimo proceso porque o era obvia esa equivalencia"; la distribución de los bienes, "los grandes moralistas ingleses consideraron que la propiedad era imprescindible para el progreso social"; el ejercio del poder, las relaciones del individuo con la comunidad, y viceversa, la familia, el cuidado de los débiles, el trato con los extranjeros...

- Dice que la cultura necesita también ser colectiva y lograr una cierta duración. ¿Y si una cultura se encanalla?
- Si se encanalla provoca en los miembros de una sociedad un encanallamiento, a no ser que nos hayamos provisto de un pensamiento crítico que nos proteja. "¡Qué difícil no caer cuando todo cae!", escribió Machado. En efecto, es terrible la facilidad con que nos habituamos a cualquier cosa. Debemos repetirnos una y otra vez: ¡"No quiero acostumbrarme!"

El buen ejemplo de Wikipedia
- ¿Por qué las sociedades toman decisiones que llevan a su autodestrucción?
- Casi siempre porque no son capaces de comprender que los hechos sociales son efectos no queridos -pero previsibles- de actos individuales. Por ejemplo, los veraneantes que salen de vacaciones el 1 de agosto no quieren formar un atasco de tráfico, pero, de hecho, lo forman. Nadie ha decidido el embotellamiento. La inteligencia individual es impotente para resolver problemas colectivos. Sólo la inteligencia compartida, mancomunada, social, o como queramos llamarla, puede hacerlo.

No solo eso, Marina cree que al ser humano se le ocurren siempre más cosas en compañía que solo. Que el equipo estimula la inteligencia.Y pone el ejemplo de Wikipedia, uno de los fenómenos, a su juicio, más interesantes desde el punto de vista intelectual de los últimos tiempos. "Es un ejemplo de inteligencia social espontánea. Decenas de miles de participantes colaboran para hacer una valiosa obra común. Eso mismo puede hacerse en muchas otras situaciones".

- En cierta medida, echa por tierra la idea extendida de la soledad del creador.
- Cada creador aparece en un entorno cultural, al que hereda y transforma. No hay creadores espontáneos. Una de las razones de la decadencia del arte en el siglo XX es que hay demasiados artistas apresurados, que piensan que no tienen nada que aprender. Se han convertido en artistas ingeniosos, y producen la misma diversión y el mismo tedio que los chistes.

- Dice usted también que vivimos por encima de nuestras realidades. Explíquenoslo.
- Somos lo que somos, más el conjunto de nuestras posibilidades. Por eso podemos hacer proyectos, ampliar nuestras posibilidades, inventar cosas, crear en suma. Crear es hacer realidad una posibilidad valiosa.

- Parafraseándole, ¿cómo podemos hablar de progreso ético de la humanidad si hemos vivido el siglo más feroz e inhumano, y el XXI no parece haber comenzado mejor?
- Porque, afortunadamente, conseguimos enderezar el rumbo. En general, si comparamos la situación actual con la de hace cincuenta años, nuestro modo de vida es más justo.

-Termina el libro invitando al lector a participar en la mejora de la inteligencia social: ¿dónde hay que apuntarse?
-Es un experimento que ojalá tenga éxito. Las nuevas tecnologías nos lo permiten. Puesto que los lectores forman parte de la sociedad, les invito a que mejoren la "inteligencia social" que nos influye a todos. Necesitamos vivir en una sociedad más inteligente.