Laila Ripoll. Foto: Antonio Martínez Xoumanova

Estrena el 31 con su compañía Micomicón la obra 'Santa Perpetua'

Tras dirigir Paseo Romántico con Blanca Portillo y José Coronado, Laila Ripoll (Madrid, 1964) presenta Santa Perpetua, su nuevo texto que ha llevado a escena con su compañía Micomicón. Lo sobrenatural anima la obra que Ripoll enlaza con otras suyas como Atrabiliso Los niños perdidos. La estrena el día 31, en el Teatro García Lorca de Getafe, dentro del Festival Internacional Madrid Sur, y a mediados de noviembre se representará en la Cuarta Pared.

PREGUNTA.- ¿Qué me puede decir de su nueva obra?
RESPUESTA.- Gira en torno a un personaje, una anciana que tiene muchos, muchos años y que vive "encamada".

P.- ¿Por qué?
R.- Está inspirado en un caso real que conoció Marcos León, el actor que interpreta a Santa Perpetua. Antes era habitual encontrarse con mujeres que cuando sufrían tragedias, como perder un hijo o desgracias de otro tipo, como que las dejaba el novio, se "encamaban". Son casos que tienen que ver con la depresión profunda o la agorafobia.

P.- ¿Y aquí por qué lo está?
R.- No se sabe, se intuye. Son cuatro personajes que viven en un ambiente opresivo, cerrado, y Perpetua es una visionaria, tiene poderes para ver más allá. Recuerda el pasado y sabe lo que ocurrirá en el futuro.

P.- ¿De qué ha querido hablar con un personaje así?
R.- De todo, pero principalmente de la culpa, porque ella recuerda todo excepto lo que le hace daño. No se sabe la edad que tiene, pero sí que nació a finales del siglo XIX y, claro, eso me permite situar al personaje a lo largo del siglo XX e, inevitablemente, aparece España.

P.- ¿Cómo afecta la crisis a su compañía Micomicón?
R.- Pues muy mal, hay mucho menos trabajo y el nivel de morosidad de los ayuntamientos es altísimo. Muchas compañías están cerrando. Y luego está el asunto ya antiguo de los circuitos autonómicos, muchos de los cuales solo programan compañías locales. Antes podías vivir de esto, pero ahora...

P.- ¿Y no tienen un plan B?
R.- El plan B que se nos ocurre es trabajar en otras cosas para invertirlo en lo que nos gusta. Porque lo que hacemos en Micomicón, lo hacemos porque es el aire que respiramos.

P.- ¿Y qué otras cosas hace?
R.- Bueno, pues los encargos que me hacen y, además, doy clases de interpretación en La Lavandería, una escuela de teatro de Madrid.

P.- ¿No aspira a presentarse al concurso para dirigir la Compañía Nacional de Teatro Clásico?
R.- Pero el concurso todavía no ha salido. Además, no puedo, formo parte del Consejo de las Artes Escénicas. Pero no, para eso hay que valer. A mí me montan una huelga los técnicos como la que ha padecido Eduardo Vasco y me corto las venas, me voy a mi casa y que los aguante quien quiera.