Image: Vicente Aranda

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El Cultural

Vicente Aranda

“Francamente, perdono a todo el mundo y pido perdón”

11 septiembre, 2003 02:00

Vicente Aranda, por Gusi Bejer

Vicente Aranda (Barcelona, 1926) quiere quitarse la fama de "Don Berrinche". Todavía reciente la polémica con Juana la Loca en Italia, Aranda no ha salido muy bien parado con el productor de Carmen, Juan Alexander, a quien le acusa de intromisión y de haber intentado cortar la película. Carmen, protagonizada por Paz Vega y Leonardo Sbaraglia, se estrena el 3 de octubre.

Pregunta: Va a polémica por película. ¿Le pide el cuerpo no callarse nada?
Respuesta: Mire, a mí me deben dinero de las siguientes películas: Amantes (Pedro Costa), Intruso (Pedro Costa y Enrique Cerezo), El amante bilingöe (Lolafilms), La pasión turca (Lolafilms), La mirada del otro (Lolafilms), Juana la loca (Enrique Cerezo). No sólo no me pagan, sino que se niegan a darme por escrito una liquidación para que no sepa lo que realmente me deben. Y dicen que yo soy conflictivo. ¿Y ellos? ¿Qué son ellos?
P: ¿Se considera el terror de los productores?
R: En la lista anterior, no están todas las películas que he hecho, ni mucho menos, y ello por una razón bien elocuente: hay productores que cumplen con los contratos que firman. Por el momento, y a pesar de lo conflictivo que soy, los productores -algunos productores- siguen proponiéndome proyectos a los que me veo obligado, por exceso, a decir que no. Se sabe que me comporto con seriedad y que cumplo con lo que firmo. Y sobre todo porque mi dirección es extremadamente considerada con las necesidades de producción.
P: Todos quieren "suavizar" sus contenidos. ¿Qué tiene que siempre escandaliza?
R: Vivo en un mundo que escandaliza. Yo bien quisiera que fuese de otra forma, pero abundan los pozos de culebras.
P: ¿Puede un director tener mal carácter?
R: Ayer vi un documental sobre Bette Davis donde actuaba de presentadora Jodie Foster. La Davis no tenía reparo en decir que tal o cual director era un tirano. Yo creo que un director, normalmente, en una película está sometido a tal presión moral y física, y al mismo tiempo es tan radicalmente responsable del resultado, que tiene fácil acceso a la histeria y de aquí hay poco trecho para el mal carácter y aun para la tiranía. Pero no es mi caso. Tengo fama -salvo por lo que respecta a algunos productores- de hombre que escucha, que dialoga, que tolera y que ayuda a los demás, sobre todo a actores y técnicos.
P: ¿Qué personaje legendario tiene ahora en el cajón ?
R: Tengo en proceso un guión para Tirante el Blanco. Es un proyecto que persigo desde hace años. De nuevo enfrentado a una película ambiciosa que exige la colaboración con un productor. Confío en la inteligencia del productor que sostiene este proyecto, y estoy seguro de que no se producirá ninguna situación conflictiva.
P: ¿Qué crítico recibe su último "piropo"?
R: Después de los "productores" que han caído sobre mí, me parece tan venial lo de la crítica... Francamente, perdono a todo el mundo y pido perdón. Que me critiquen y me dejen criticar. Así es la vida.
P: Dicen que ha perdido fuerza erótica en sus películas. Defiéndase.
R: Hice El amante bilingöe con la intención de acabar con mi fama de erotómano. Me dije que las cosas acaban cuando se parodian, y en esa película yo parodié el sexo. Que si quieres... Me lo tomaron en serio. Hay en mí un deseo de sustituir esa "fuerza erótica" por algo más acorde con mi edad. Quiero dar testimonio, quiero contar la vida y el mundo..., quiero que mi cine sea útil. No es tan fácil. Se me sigue exigiendo que diga cosas sobre el sexo. No me cuesta mucho. Es un tema complaciente para mí. Carmen ha hecho que suba esa "fuerza", dentro de un orden, el que me da la reflexión y la experiencia.
P: Desde el cisma con Victoria Abril cambia de musa con facilidad. ¿Huye de la rutina?
R: Sigo la vena que me señala la película, que es quien me dice la actriz o el actor que conviene.
P: ¿Aguantará el desdoblamiento de ser productor y director?
R: Lo excepcional para mí no es ser director y productor a un tiempo, sino ser solamente director y que me echen de la película cuando la acabo, como ha sucedido en Carmen. Es como no terminar una película. Cuando un productor dice: "La película es mía, no suya" está contraviniendo a la vez una ley y el sentido común. Está cometiendo un intento de usurpación. Yo sé que tengo un determinado techo en cuanto audiencia. Tal vez no sea muy alto, pero sea el que sea, solamente a través de ese fermento inicial se puede levantar el gusto por una película. ¿Quién hará ese trabajo por mí?
P: ¿Considera justos los últimos oscars españoles?
R: Ni siquiera tengo idea de quiénes son.
P: ¿Produciría a Amenábar?
R: "No quisiera estar allí" (Woody Allen).
P: Ya que su película no va al Festival de San Sebastián, ¿qué mensaje les mandaría en una botella?
R: "¿Por qué no va Carmen al festival? ¿Qué ha pasado? Yo no sé nada, nadie me ha dicho nada".
P: Recomiéndeme sin socarronería una película española reciente...
R: Parece ser que cuando Hemingway se veía obligado a leer una novela de otro escritor y se le pedía la opinión, ponía una mano en el hombro de su interlocutor y hacia un ruido con la nariz equivalente a "Hummmm". Pues eso. Sin socarronería...