El Cultural

"Lo que necesita el novelista"

El calor sentimental de las ideas

13 junio, 2001 02:00

Centenario de la muerte de "Clarín"

Clarín, acaso el crítico literario más respetado y temido de su tiempo, reflexionó también sobre el oficio de escritor, los secretos de la novela y de la crítica:

"Lo que necesita el novelista es ser buen gramático, no en el sentido de respetar hasta lo excesivo las meticulosidades de los desocupados académicos, sino en el de conocer bien el genio del lenguaje nacional y los tesoros de su diccionario. Cuando se saben muchas palabras y se ha pensado reflexivamente en su significado, es posible llegar a la exactitud y a la concisión, que tanto sirven para dar al estilo elegancia, verdad, relieve, fuerza, sus principales y más sólidas bellezas".
"La crítica propiamente literaria, la que juzga, la que empieza a ser despreciada por la llamada crítica científica, lejos de morir, revive, se transforma, se extiende y llega a ser preocupación muy seria de los mismos ingenios creadores, y de los filósofos, y de los sociólogos, y de cuantos tienen, por un concepto o por otro, que atender a la vida del arte".
"Es preferible el novelista que produce la ilusión de la realidad en tal grado que el lector olvide el medio literario por el cual se le comunica el espectáculo de la realidad imitada, y piense que directamente asiste a los sucesos que se narran en el lugar en que se suponen. Las más patéticas escenas, los más correctos rasgos de carácter de las novelas más famosas están expresados en ese estilo que recomiendo, sencillo, severo, exacto, fuerte, en el cual la retórica no es más que un medio y no un fin, como en la oratoria clásica".
"Si a mí me han llamado crítico y hasta erudito, y cosas así, no tengo yo la culpa. A otros se lo llaman, y tampoco lo son. Sin embargo, entendámonos: si crítico es el que juzga por sí mismo y no habla de los libros sin leerlos, y no comulga con ruedas de molino, y tiene su malicia literaria en su armario, crítico me soy"
"Con motivo, triste motivo, de las últimas vacantes de la Academia, se ha hablado de multitud de candidatos para llenar esas plazas... y hasta se ha hablado de autores ilustres que no han escrito ningún libro, o han escrito alguno muy malo, cuya revisión sería cosa de verdadera gracia"
"Entre nosotros [...] por una debilidad de funestas consecuencias, se deja que entre cualquiera en el ruinoso templo de la fama y que se arrincone en cambio el mérito verdadero, o por cábalas de la envidia o por el hastío de los necios [...] Críticos hay entre nosotros que muestran grandísimo talento en todo menos en aplicar justicia distributiva a los autores"

CLARíN