El Cultural

A Miguel Moya, director de El Liberal

13 junio, 2001 02:00

Carta manuscrita de "Clarín"

Centenario de la muerte de "Clarín"

Teresa, la única obra de teatro de Clarín estrenada, recibió un furibundo ataque del crítico de El Liberal, a la que el escritor respondió con exasperada réplica. Escrita en forma de carta al director del periódico, Miguel Moya, solicita incluso "el amparo de la ley" para que sea publicada. Parece que al final se arrepintió y no llegó a enviarla. Poco después (se publicó el 13 de abril de 1895) escribió un palique para el Madrid Cómico en el que responde a todas las críticas recibidas. A Moya le dedica unas líneas que son una versión reducida y atenuada de la carta anterior: "Así como Sagasta explicó la crisis... bebiendo vasos de agua, usted debía explicarme (pero no lo necesito) por qué después de solicitar mi colaboración años y años sin decirme que la deje, se deja de publicar mis cuentos... y se publican esas cosas de Arimón y de Blasco contra mí"

Oviedo, 6 de Abril 1895

Mi querido amigo: invoco la amistad, que entre nosotros es bien firme, para la publicación de este comunicado; pero si usted no puede insertarlo en El Liberal sólo por invocar yo ese título, pido lo mismo al amparo de la ley y en las condiciones todas por ella determinadas.

Si el Sr. Arimon no escribiese en periódico que tanto circula, bien libre estaba de que yo me acordase del santo de su nombre. Escriba críticas de letras el Sr. Arimon en El Tiempo, o en El.Siglo, y yo le dejaré tranquilo, así cuando me pregunta a mí por qué no se divorcia Teresa, como cuando trata de igual a igual al Sr. Galdós y le dice que no ha escrito más que otros o contra novelas aceptables. Pero mientras el Sr. Arimon tenga la confianza de la corona, como él dice (corona que es persona jurídica, no física, colectiva, no individual) yo no puedo menos de molestar el amor propio del Sr. Arimon, declarando públicamente que no le creo digno, por ser [ilegible] literaria, de ser, como si dijéramos, el Sorcey o el Faguet o el Lamaitre de España; pues El Libera lviene a ser, por ejemplo, el Journal des Debats o Le Temps de la prensa madrileña. Y es verdad, sí, que mis propósitos, no por celos mal reprimidos, sino por amor al arte, tienden hace mucho tiempo a intrigar para que el Sr. Arimon deje que hablen de teatros en El Liberal otros que yo juzgo más idóneos. Y hasta puede ser que el Sr. Arimon supiese algo de estas intenciones mías hace tiempo; verbigracia desde el extremo de Realidad que tanto le gustó aI Cavia y le gustó poco al Sr. Arimon.

(Digo siempre al Sr. Arimon por evitar la cacofonía). Por cuanto legítimamente pudieron subir al punto las quejas fundadas de Arimon contra la mala voluntad que yo le tenía a su manera de entender la estética, fue cuando el famoso prólogo de los Condenados me hizo aludir, en varios artículos, al crítico de El Liberal y otros semejantes, en términos, valga la verdad, nada limpios.

De modo que el Sr. Arimon está cargado de motivos para alegrarse de que Teresa haya tenido mal éxito; y no es de eso, ni de que no aduzca razones para explicar por qué el drama es tan malo, de lo que yo me quejo. Me quejo, sí, y pongo el grito en el cielo, de que El Liberal no tenga un especialista para la crítica de drama y comedias. Porque el Sr. Arimon también entiende de ópera y de zarzuela y lo mismo juzga a Eehegaray que a la Ira Pretel o a Mazzini y... ya se sabe, pluribus intentus...

Arimon sigue sin explicar por qué es mala, Teresa; su único argumento es el fracaso; pero para, ese viaje no necesitábamos crítico. Así, dicho sea, sin ofensa, juzga un acomodador.

Con cierta malicia, poca (porque el Sr. Arimon ser, es bueno; probablemente mejor que yo) quiere desvirtuar la fuerza que pudiera tener a favor de mi ensayo el voto favorable de Echegaray, Galdós, Balart, Menéndez y Pelayo, Lucinda Simóes, María Guerrero; y al efecto indica que ninguno de esos señores y señoras ha salido a defender en letras de molde mi Teresa Lucinda Simóes y María Guerrero creo que tienen excusa hasta en el sexo. Los otros señores no tienen por oficio ni por costumbre defender ni atacar comedias que se estrenan en artículos de periódico. Además, contra el fallo del público no hay defensa posible, y contra Arimon y consortes... no la necesito. Sin contar que, más o menos, otros me defienden como verbigracia el Sr. E Aurioles, en el Correo; Kasabal en La Ilustración Ibérica, París en El Español, La Publicidad de [ilegible], Tarfe en El Comercio de Gijón, y el mismo Sr. BustiIlo en La Ilustración Española y Americana pues su comedida y relativa, censura, junto a elogios que estimo, defensa es comparada con los [ilegible] de Arimon. P. Ditin y otros vocales del Horror. Además, Arimon da a entender que Echegaray, Galdós, Balart y Picón me hablaron bien de Teresa después del estreno y por vía de consuelo.

No fue así, y al testimonio de todos ellos me mito. Balart me felicitó, abrazándome, en un sayo, y a mis dudas y temores contestó reptidas veces animándome y asegurándome e para él aquello era dramático y hermoso. ¿Cree el Sr. Arimon que lo que el Sr. Balart sería era que me cogiese el toro? -Echegaray apadrinó mi obra por telégrafo, con entusiasmo, en términos que la modestia me impide estampar aquí; y después no dudó ni un momento. Lucinda Simóes elogió a Teresa de
mo que me llenó de confianza, en los ensayos; María Guerrero.... la hizo cosa suya, creía en ella más que yo, Menéndez y Pelayo, que no la vio hasta el estreno me dijo: Me ha gustado muchísimo... lo que me han dejado oír; crea usted que hay confabulación.

Galdós.... Galdós todavía cree en que Teresa puede tener buen éxito, hechas algunas modificaciones. No; señor Arimon; no se trata de consuelos, de honras fúnebres. Consuelos cariñosos los he recibido de otros, aunque el Sr. Sellés, el Sr. Simarro, cuyo texto no invoco porque no sé si es favorable a mi obra, aunque ellos sean tan buenos amigos. ¿Quiere el Sr. Arimon mayor lealtad?

¿No ve, además, que si insiste en dudar de la sinceridad con que me animaron y alabaron mi trabajo todas aquellas ilustres personas, a quien ofende es a ellos?

Y basta. Como estéticamente no considera mi drama el Sr. Arimon, pues decir que al público no le conmovió es poco para ser crítico, no tengo por qué presentar argumentos. Además, de ningún modo discutiría yo con Arimon; me limito a pedir a Dios... y a la Corona (basta la mayoría) que... pase del Sr. Arimon ese cáliz. Por último, porque el Sr. Arimon vea que a pesar de todo, no le quiero mal, le anuncio que la suya será la primera semblanza que publiquen en la colección que titulo "Vivos y muertos". Por supuesto, va en la sección de los vivos.

Le anticipo las gracias, querido director, y soy su leal amigo

LEOPOLDO ALAS "CLARíN"

Zamora, 1852...

1852 Nace el 25 de abril en Zamora.

1859 Se traslada con su familia a Oviedo, tras unos años en León.

1868 Nace su periódico manuscrito Juan Ruiz. Colabora con varios periódicos ovetenses. Se declara republicano.

1869 Estudia Derecho en Oviedo.

1871 Termina la licenciatura. Marcha a Madrid para doctorarse y estudiar Letras. Entre sus profesores estarán Urbano González Serrano, Castelar, Francisco Giner de los Ríos...

1872 Junto a Tomás Tuero, Pío Rubín y Palacio Valdés saca tres números de Rabagás, "periódico audaz" de contenido político y tono satírico.

1875 Estrena el seudónimo "Clarín" en el periódico madrileño El Solfeo.

1878 Comienza su "mala fama ovetense" a raíz de un artículo publicado en la revista Ecos del Nalón titulado "La verdad suficiente", que no sentó muy bien en la capital asturiana.

1879 Es elegido miembro del comité de la Unión Democrática Republicana de Oviedo.

1881 Se publica Solos de Clarín, colección de artículos de crítica literaria, con prólogo de Echegaray. Comienzo de sus colaboraciones en el semanario satírico Madrid Cómico.

1882 Se le concede la cátedra de Economía Política y Estadística de la Universidad de Zaragoza. Contrae matrimonio en febrero.

1883 Se traslada a la Universidad de Oviedo como catedrático de Prolegómenos, Historia y Elementos de Derecho Romano.

1884 Su mala salud se va agravando. Muere su padre.

1885 Aparecen los dos tomos de La Regenta. El obispo de Oviedo arremete contra la novela en unas líneas añadidas a una carta pastoral, provocando un gran escándalo en la ciudad. A finales de año publica Sermónperdido, conjunto de críticas, a propósito del cual dirá Pereda: "¡Cuan tísima gracia y cuantísimo garrotazo! La verdad es que buena falta hace".

...1901, Oviedo

1886 Funda su revista Folletos literarios. Publica Pipá, libro de cuentos.

1887 Es elegido concejal de Oviedo por el Partido Republicano Histórico de Castelar. Publica dos folletos literarios: Cánovas y su tiempo y Apolo en Pafos, y el volumen de críticas Nueva campaña.

1888 Luis Bonafoux publica el folleto Yo y elplágiario Clarín, donde le acusa de plagiar a Zola, Flaubert e Isidoro Fernández Flórez. Clarín responde con Mis plagios.

1889 Publica Mezclilla, volumen de crítica; la novela corta Superchería y una semblanza de Galdós.

1890 El cura ovetense ángel Rodríguez le somete a una persecución escrita que durará lista 1895. Clarín contesta desde periódicos locales, con gran regocijo de los lectores de uno y de otro.

1891 Publica la novela Su único hijo. Continúan los ataques contra él.

1892 Edita Doña Berta, Cuervo, Superchería y Ensayos y Revistas. Polémica con Fray Candil que acaba en duelo. Clarín sale del lance con una ligera herida en un labio. Fray Candil diría después: "Lo que yo padecí, nadie lo sabe. ¡Tener que matarme con un hombre a quien yo quería y admiraba!". Aparece en ElLiberal el cuento "¡Adiós, Cordera!".

1893 El Señor y lo demás son cuentos.

1894 Edita Palique, colección de críticas. Es cicerone de Galdós durante la visita del canario a Oviedo.

1895 Estreno en el Teatro Español de Teresa, ensayo dramático en prosa, con mala acogida por parte de público y crítica.

1896 Aparece Cuentos morales.

1898 Apoya la creación de la Extensión Universitaria en Oviedo, convirtiéndose en uno de los pioneros de las actividades extrauniversitarias.

1901 Prepara dos libros que aparecerán ya póstumos: Elgallo de Sócrates (cuentos) y Siglo pasado (ensayos). Muere el 13 de junio a las siete de la mañana, en su casa de Oviedo, víctima de una tuberculosis intestinal.