Alcaraz, durante el partido contra Norrie.

Alcaraz, durante el partido contra Norrie. REUTERS

Tenis

Alcaraz y una sombra bajo techo: así se explica que el 75% de sus últimas 40 derrotas sean en indoor o en horario nocturno

El tenista español no está cómodo en esta superficie donde tiene un 70% de victorias y en la que ha sufrido el 20% de todas las derrotas de su carrera.

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Carlos Alcaraz es el mejor tenista del mundo sobre tierra batida, hierba y pista dura al aire libre. Pero cuando las luces artificiales se encienden o un techo cubre la cancha, el murciano se transforma en un jugador más vulnerable, muy lejos del dominador implacable que conocemos.

La última demostración llegó en París. Alcaraz cayó remontado ante Cameron Norrie en segunda ronda del Masters 1.000, acumulando 54 errores no forzados en uno de sus peores partidos del año. La derrota no fue casualidad: es el reflejo de un patrón estadístico alarmante.

El español nunca encontró soluciones sobre la pista cubierta del AccorHotels Arena. Perdió por 4-6, 6-3 y 6-4 ante un rival que llegaba con dudas y sin grandes resultados recientes. El contraste con su versión dominante en otras superficies resultó evidente y preocupante.​

Las estadísticas del partido de Alcaraz contra Norrie.

Las estadísticas del partido de Alcaraz contra Norrie.

"Ha sido uno de los peores partidos del año. No he encontrado soluciones, incluso en el primer set que gané no he tenido las mejores sensaciones", reconoció Alcaraz con gesto abatido tras el partido, visiblemente frustrado por su rendimiento.​

París continúa siendo su torneo maldito. En sus cuatro participaciones nunca ha superado los cuartos de final, y en esta ocasión se despidió en su debut. La derrota revela un patrón preocupante: el 75% de sus últimas 40 derrotas han ocurrido bajo techo o en horario nocturno.​

Esta tendencia confirma que la pista dura cubierta es su superficie menos favorable estadísticamente. Alcaraz suma 31 victorias y 13 derrotas en indoor, un porcentaje del 70,5% que contrasta dramáticamente con su rendimiento en otras superficies.​

Los números no engañan. En tierra batida Alcaraz registra un 84% de victorias, en hierba supera el 89%, y en pista dura al aire libre alcanza el 77%. Sin embargo, en pista cubierta apenas roza el 70,5%, su peor marca por superficie.​

Más revelador aún es que el 20% de todas sus derrotas profesionales han ocurrido en indoor, a pesar de jugar menos partidos en esta superficie que en cualquier otra. Esto evidencia una vulnerabilidad desproporcionada bajo techo.​

Su primer título en pista cubierta llegó en febrero de 2025, cuando conquistó Rotterdam tras superar a Alex de Miñaur en la final. Anteriormente había alcanzado semifinales en Basilea y las ATP Finals, pero nunca una final ATP indoor.​

De sus últimas 40 derrotas, 30 llegaron en pista cubierta o en sesiones nocturnas. La combinación de luz artificial, humedad y condiciones más lentas altera el comportamiento de la pelota, favoreciendo a rivales con mayor control de ritmo y potencia constante.​

Las razones

Las razones técnicas son claras. Las pistas cubiertas son más rápidas y producen un bote más bajo y "muerto" de la pelota, lo que limita la efectividad del liftado de Alcaraz, una de sus armas más letales en otras superficies.​

"La pista es muy rápida para mí. Creo que si fuera un poco más lenta sería más entretenido, con más intercambios y más tenis que ver", explicó Alcaraz tras un partido en París 2024, dejando clara su incomodidad con las condiciones indoor.​

Los jugadores con golpes más planos y saques potentes se benefician enormemente del menor desgaste del suelo cubierto. Alcaraz reconoce esta realidad: "No diría que soy malo jugando en cubierta. Creo que hay otros jugadores mejores que yo en ese tipo de tenis".​

Alcaraz, durante el partido ante Norrie.

Alcaraz, durante el partido ante Norrie. REUTERS

Tácticamente, el indoor reduce el tiempo de reacción y limita las variaciones que Alcaraz necesita para desplegar su juego completo. Su capacidad para cambiar ritmos y efectos pierde eficacia cuando la superficie favorece la potencia directa y los intercambios rápidos.​

La experiencia también pesa. Alcaraz ha jugado muchos menos partidos bajo techo que en otras superficies, lo que se traduce en menor adaptación acumulada tanto a nivel técnico como de sensaciones. El propio jugador lo señaló como asignatura pendiente antes de esta temporada.​

El número 1, en peligro

La derrota en París tiene consecuencias directas para el liderato del ranking ATP. Alcaraz se mantiene con 11.250 puntos, mientras Jannik Sinner suma 10.510 justo antes de iniciar su andadura en el torneo parisino.​

Si Sinner levanta el trofeo en París, sumará 1.000 puntos y alcanzará los 11.510, recuperando el número uno mundial que perdió hace semanas. Sin embargo, este cambio sería temporal antes de las ATP Finals de Turín, donde el italiano defiende 1.500 puntos como campeón.​

La verdadera batalla es por acabar 2025 como número uno del año. Alcaraz lidera la Race to Turin con 11.050 puntos frente a los 9.010 de Sinner, una diferencia de 2.040 unidades que le otorga ventaja matemática.​

Para asegurar el número uno a final de temporada, Alcaraz necesita ganar tres partidos en las ATP Finals de Turín, sin importar qué haga Sinner. Si el italiano no gana París, el escenario sería aún más favorable para el español.​

La ironía es cruel: Alcaraz debe demostrar que ha superado su mayor debilidad precisamente en el momento más importante. Las ATP Finals se disputan entre el 9 y el 16 de noviembre en pista cubierta, la superficie donde acumula el 75% de sus últimas derrotas.​

El desafío está servido. Alcaraz tiene talento, juventud y versatilidad suficientes para dominar cualquier superficie. Pero la sombra bajo techo persiste, y solo conquistándola podrá consolidar su reinado como número uno del mundo en 2025.​