Novak Djokovic, durante la semifinal de Wimbledon ante Jannik Sinner

Novak Djokovic, durante la semifinal de Wimbledon ante Jannik Sinner Reuters

Tenis

Novak Djokovic trata de superar uno de sus momentos personales más duros: "Me invadió una sensación de vacío"

El serbio se despide con emoción de Nikola Pilic, a quien consideraba su "padre tenístico", tras el fallecimiento del histórico jugador y entrenador croata.

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El mundo del tenis atraviesa un momento de luto tras conocerse el fallecimiento de Nikola Pilic, figura clave en el desarrollo deportivo de Novak Djokovic.

El croata, que murió a los 87 años, no solo fue un tenista destacado en su época, sino también un mentor fundamental para el número uno del mundo, que hoy se enfrenta a una de las pérdidas más duras de su vida personal.

Pilic alcanzó la final de Roland Garros y disputó una final de dobles en Wimbledon antes de retirarse en 1978, pero su influencia más profunda llegó desde los banquillos.

Fundó una academia de tenis en Múnich que acabaría convirtiéndose en un refugio para un joven Djokovic de apenas 12 años, en tiempos de guerra y dificultades en Serbia.

Desde entonces, el vínculo entre ambos se consolidó más allá del deporte y fue clave en el crecimiento de Nole.

Nikola Pilic

Nikola Pilic Reuters

Gratitud y dolor

La noticia golpeó a Djokovic mientras se encontraba entrenando. A través de sus redes sociales, compartió un sentido comunicado en el que dejó ver su desgarro emocional.

"Querido señor Niko, recibí hoy la triste noticia mientras estaba en la pista, terminando mi entrenamiento. Me invadió una sensación de vacío y de tristeza", comenzó el tenista en una declaración que rápidamente generó reacciones en todo el circuito.

En su mensaje, Djokovic recordó cómo Pilic y su esposa Mija lo acogieron como a un hijo en momentos especialmente delicados.

"Siento una gratitud eterna hacia ti y tu maravillosa esposa Mija por aceptarme como a un hijo cuando tenía 12 años. Mis padres y hermanos siempre os han sentido como parte de la familia", escribió con evidente emoción.

El serbio rememoró también aquellos días en los que su país sufría los bombardeos y cómo su mentor fue decisivo para que pudiera seguir luchando por su sueño.

"Cuando casi todos nos dieron la espalda y mientras nuestro país era devastado, vosotros nos tendisteis la mano de apoyo para que mis hermanos y yo pudiéramos seguir viviendo nuestro sueño", confesó.

Más que un entrenador

La figura de Nikola Pilic ha quedado inscrita en los libros de historia del tenis, no solo por sus resultados como jugador, sino también como descubridor y formador de talentos.

Fue seleccionador de la Copa Davis y colaboró en el desarrollo de varias generaciones de jugadores balcánicos.

Sin embargo, en palabras de Djokovic, lo más importante no fueron los títulos o los reconocimientos, sino el vínculo humano que se construyó.

"Para mí, lo más importante es que puedo decir con orgullo que eras 'mi padre tenístico'", señaló el campeón de 24 Grand Slams.

La frase resume de forma nítida lo que significó Pilic en la trayectoria de un joven que, gracias a ese apoyo, pudo alcanzar la cima del tenis mundial.

La visión de Pilic

El propio Pilic siempre se mostró orgulloso de su discípulo. En 2021, en una entrevista para medios croatas, no dudó en calificar a Djokovic como el mejor de todos los tiempos.

Además, dejó entrever que el éxito del serbio generaba incomodidad en determinados sectores. "Creo que su éxito ha molestado a Occidente de una manera diferente".

"Según su entendimiento, el nivel que Djokovic ha alcanzado estaba reservado para alguien de allí. Y entonces aparece un chico de un país pequeño para dominar el mundo del tenis", declaró.

Estas palabras, hoy recuperadas tras su fallecimiento, reflejan la visión crítica de Pilic y su orgullo por haber contribuido al desarrollo de un jugador que rompió todas las barreras y que situó a Serbia en el centro del mapa tenístico.

Una figura irreemplazable

La despedida de Djokovic se convierte así en un testimonio de la profunda huella emocional que Pilic dejó en su vida.

Más allá de los logros deportivos, su muerte supone para el serbio la pérdida de una figura paternal que lo guió en sus años más frágiles.

"Junto a la tristeza y las emociones encontradas, tu imagen y los recuerdos de nuestros momentos compartidos traen alegría y gratitud a mi corazón", concluyó Djokovic en su mensaje de despedida.

El vacío que siente el número uno del mundo no es solo el de un jugador que pierde a su mentor, sino el de un hombre que se despide de quien le dio la mano cuando más lo necesitaba.

El legado de Nikola Pilic, tanto en las pistas como fuera de ellas, permanecerá imborrable en la memoria de Djokovic y de todo el tenis mundial.