Carlos Alcaraz durante el partido frente a Jan-Lennard Struff en Wimbledon

Carlos Alcaraz durante el partido frente a Jan-Lennard Struff en Wimbledon Reuters

Tenis

Carlos Alcaraz se despacha contra el nuevo sistema del 'ojo de halcón' de Wimbledon: "No es la primera vez"

El número dos del mundo mostró su malestar por una decisión del sistema automatizado que marcó una pelota dudosa como buena durante su partido ante Jan-Lennard Struff.

Más información: Un Alcaraz de dos caras se lleva la victoria ante Struff tras una gran reacción para seguir avanzando en Wimbledon

Publicada

Carlos Alcaraz no ocultó su frustración durante su victoria en la tercera ronda de Wimbledon frente al alemán Jan-Lennard Struff.

El tenista español, defensor del título, dejó entrever su desconfianza hacia el nuevo sistema de arbitraje automatizado implantado este año en el All England Club.

Wimbledon, que desde este año ha prescindido por completo de los jueces de línea tras 148 años de historia, se apoya ahora exclusivamente en el sistema Hawk-Eye Live, una herramienta tecnológica que, según Alcaraz, no está exenta de errores.

Carlos Alcaraz conversa con el juez de silla durante el partido en Wimbledon

Carlos Alcaraz conversa con el juez de silla durante el partido en Wimbledon

La queja surgió durante un punto clave del partido. Un potente golpe de Struff cayó cerca de la línea de fondo y fue considerado bueno por el sistema.

Alcaraz se detuvo, hizo gestos al juez de silla y expresó su sorpresa por no haber recibido el punto. Al cambiar de lado, se dirigió al árbitro con una protesta que quedó captada por los micrófonos.

"No estoy seguro. Habría pedido un challenge. No es la primera vez que lo veo. No es la primera vez. No estoy seguro de algunas decisiones", aseguró.

Aunque las repeticiones mostraron una pequeña nube de polvo levantarse tras el bote de la pelota -lo que podría indicar que tocó la línea-, la reacción del murciano evidenció la incomodidad que aún generan las decisiones inapelables del sistema.

Sin vuelta atrás

El debut del Hawk-Eye Live en Wimbledon no ha estado exento de polémicas. Aunque ya se utilizaba en el Abierto de Australia y en el US Open, que el torneo londinense haya eliminado completamente a los jueces de línea ha generado una gran polémica.

El sistema se basa en 18 cámaras que siguen con precisión milimétrica la trayectoria de la bola. En tiempo real, una voz pregrabada anuncia si la pelota es buena o fuera, sin posibilidad de apelación. Para muchos, esto representa un avance hacia la objetividad absoluta.

Sin embargo, para otros, como el propio Alcaraz, la sensación de justicia no siempre va de la mano de la tecnología.

Históricamente, Wimbledon ha contado con cerca de 300 jueces de línea, convertidos en parte del paisaje del torneo con sus uniformes de Ralph Lauren y su gesto inconfundible al marcar una bola fuera.

Su desaparición no solo cambia la estética del torneo, sino también su atmósfera emocional.

"Será un entorno más estéril y menos divertido para el público", aseguraba recientemente Ivan Milatović, juez de línea durante una década en Wimbledon.

Para él, la tensión dramática que generaban los desafíos y las decisiones humanas formaban parte del ADN del torneo.

Rob Hodge, árbitro de la final masculina de 2022, compartía ese sentir: "No fue un shock, pero sí una decepción enorme".

Ambos han señalado que los nuevos roles de los antiguos jueces -reconvertidos en asistentes para acompañar a los jugadores- no suplen el valor emocional y técnico de su presencia real en el arbitraje.

Alcaraz, en el partido ante Struff.

Alcaraz, en el partido ante Struff.

Alcaraz, con paso firme

Pese a la queja, Carlos Alcaraz no perdió la concentración. El número dos del mundo acabó imponiéndose por 6-1, 3-6, 6-3 y 6-4 en un encuentro en el que Struff supo rehacerse tras un primer set demoledor del español.

Alcaraz reconoció al final del partido que había sido "muy, muy difícil" por el estilo de juego del alemán, basado en saques potentes y subidas constantes a la red.

"Estoy realmente contento con todo lo que hice hoy: pelear, correr, hacer grandes golpes. Fue estresante, pero al final logré romper y llevarme el partido", declaró sobre la pista.

El incidente con el Hawk-Eye no es aislado. Durante la primera semana del torneo, varios tenistas han puesto en duda algunas decisiones del sistema y han llegado incluso a fotografiar marcas en la pista para respaldar sus quejas.