Nuevo Centro Internacional de Tenis de Huzhou

Nuevo Centro Internacional de Tenis de Huzhou

Tenis

China, el gigante dormido que quiere revolucionar el tenis: de la nueva 'megasede' a la irrupción de nuevos talentos

El país asiático ha presentado un complejo de más de 50.000 metros cuadrados y tiene como representantes a la vigente campeona olímpica.

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Le ha costado más de lo previsto, pero China ya está aterrizando en el primer plano mundial del tenis. Un país de más de 1.400 millones de habitantes que hace unas décadas tenía a esta disciplina como algo impopular y lejos de formar parte de la cultura deportiva del país, pero que en la actualidad ya está a la orden del día.

El tenis aterrizó en China a principios del Siglo XX. Sin embargo, el enfoque deportivo del país se centró en disciplinas como el tenis de mesa y la gimnasia, dejando de lado un deporte más 'elitista'. Así se mantuvo hasta la década de 1980, etapa en la que se llevó a cabo la apertura económica y las reformas de Deng Xiaoping que sirvieron para que el tenis recibiera más apoyo.

En los años 90, China inició una estrategia de desarrollo deportivo más global, lo que permitió la creación de academias y programas de entrenamiento de tenis. En 1994, el país profesionalizó el tenis con la creación de la Asociación China de Tenis, lo que impulsó la participación de jugadores en torneos internacionales.

Desde entonces, se llevó a cabo la organización de torneos importantes, acciones publicitarias con los mejores, pero también creación de muchos eventos en categorías inferiores, con el fin de promover el surgimiento de tenistas.

Paso definitivo

Hoy en día, China cuenta con una infraestructura sólida para el desarrollo del tenis, con torneos de renombre como el Shanghai Masters y el China Open, que atraen a los mejores jugadores del mundo. Sin embargo, la ambición va más allá y el país asiático ha llevado a cabo un 'megaproyecto' para dar la vuelta al mundo.

Un proyecto en el que se busca crear el mayor complejo de tenis de tierra batida de Asia. Será en la ciudad de Huzhou, en la provincia de Zhejiang, y con un área de 50.000 metros cuadrados.

El Centro Internacional de Tenis de Tierra Batida de Huzhou, así es como se llamará, contará con 14 pistas de tierra batida, cuatro de superficie dura, y dos estadios con capacidad para 5.000 y 2.000 espectadores.

Las instalaciones, según los encargados del proyecto, fueron construidas siguiendo los estándares de Roland Garros (Francia), y acogerán en abril su primer gran evento: el torneo CTA1000 del circuito nacional del gigante asiático, el nivel más alto de competiciones organizadas dentro del país.

Aunque el complejo de Huzhou acaba de abrir sus puertas, su ambición, dimensiones y proyección buscan equipararse a recintos emblemáticos de tierra batida como el mencionado Roland Garros o el Real Club de Tenis de Barcelona, y contrastan con el estancamiento de otros centros históricos, como el Buenos Aires Lawn Tennis Club —sede del Argentina Open—, que resiste en una región donde el tenis pierde peso en el circuito profesional.

Resultados

Lo cierto es que el interés que ha puesto China en el tenis se ha visto repercutido con la generación de varios jugadores capaces de plantar cara en torneos de máxima exigencia. La pionera fue Li Na, quien se convirtió en un ícono del deporte al ganar el Roland Garros en 2011 y el Open de Australia en 2014, siendo la primera jugadora china en obtener títulos de Grand Slam.

Ahora, quien parece haber tomado su legado en el circuito femenino es Qinweng Zhang. Tiene 22 años y ocupa ahora mismo el octavo puesto en el ranking WTA. Todo ello, gracias a un 2024 sobresaliente en el que logró alcanzar la final del Open de Australia (perdió con Sabalenka) y donde se colgó con la medalla de oro de los Juegos Olímpicos de París.

Qinweng Zhang, tras ganar la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de París 2024.

Qinweng Zhang, tras ganar la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de París 2024. EFE

Sin duda, Zhang es la mayor referencia del tenis chino en la actualidad, pero también hay algunos nombres en el cuadro masculino a los que hay que seguirles la pista. Especialmente Juncheng Shang, de tan solo 20 años y top 60 del ranking ATP.

El chino se convirtió en el jugador masculino más joven del Open de Australia y el mejor clasificado en un Grand Slam desde un Carlos Alcaraz que lo consiguió con 17 años. Shang todavía tiene mucho que demostrar, pero tiene los mimbres necesarios para ser un jugador importante.