Pau Ribes y Peterson Ceus

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Los 'deportes de mujeres' que vetan a los hombres: la polémica en la gimnasia y en la natación

Las dos disciplinas no reconocen sus versiones masculinas al más alto nivel, lo que se ha visto por parte de muchos deportistas como "discriminatorio".

28 junio, 2022 02:15

Con el paso de los años, las mujeres han ido ganando una mayor cuota de protagonismo en el deporte profesional. Prácticamente todos los deportes que nacieron con una tendencia exclusivamente masculina ya tienen su versión femenina, y muchas de ellas no necesitan de ninguna adaptación ni modificación por géneros.

Sin embargo, hay dos deportes que son exclusivamente femeninos y donde no se acepta una versión de hombres a nivel élite. Son la gimnasia rítmica y la natación artística o sincronizada. Desde la Federación Internacional de Gimnasia (FIG) no se reconoce la versión masculina de este deporte, y el Comité Olímpico Internacional (COI) se escuda en la falta de interés y de licencias por parte de hombres como para darle el mismo valor que al femenino.

Una situación que es particularmente extraña por lo poco habitual. Sin embargo, hay hombres que están dispuestos a luchar por poder competir en estos deportes al máximo nivel, como en el caso de Peterson Ceus.

Rubén Orihuela.

Rubén Orihuela.

Desde una primera carta dirigida a la Federación Francesa de Gimnasia (FFGym) en 2018, seguida de la creación de la Asociación para la Defensa de la Igualdad de Género en Gimnasia Rítmica (GR-ADE), Ceus ha continuado su lucha hasta llegar al Consejo de Estado francés el pasado viernes, según informa L'Equipe.

"Todos los deportes individuales están separados en dos categorías, ¿por qué no esta?", se preguntó nuevamente Ceus. El deportista considera que la ausencia de una categoría masculina podría ser considerada como discriminatoria. En Francia, la gimnasia rítmica está abierta a los hombres desde el nivel departamental hasta el nacional. La categoría "élite", el más alto nivel francés, es exclusivamente femenina.

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Pero la FIG presenta dos argumentos: la falta de licenciatarios y muy pocos países que podrían estar representados en la competencia. "Solo un número muy pequeño de nuestras federaciones nacionales tienen secciones de gimnasia rítmica masculina. [...] El hecho de que una gran mayoría de nuestras federaciones nacionales no hayan mostrado ningún interés en organizar competiciones masculinas durante una encuesta interna no nos anima a embarcarnos en este camino por el momento".

En España, la gimnasia rítmica masculina comienza a ganar relevancia conforme pasan los años. La Real Federación Española de Gimnasia impulsó en el año 2009 el primer Campeonato de España de Gimnasia Rítmica Masculina, y a partir de este momento la modalidad española comenzó a crecer. Pero aún está lejos de entrar en el escenario internacional, al menos de alcanzar el reconocimiento que tiene la gimnasia rítmica femenina.

Rubén Orihuela, uno de los rostros más reconocibles de la gimnasia masculina en España, reconocía tiempo atrás en una entrevista en EL ESPAÑOL lo duro que había sido su camino: "Me insultaban y lo peor es que cuando yo trataba de defenderme me decían: ‘¡Haces un deporte de niñas!’. ¡Y llevaban razón! No podía contradecirles. ¡Era un deporte de niñas! Ahora, los que lo practican pueden demostrar que también hay chicos, pero cuando yo lo viví era muy diferente".

Mismo escenario en la natación

La situación en la natación sincronizada o artística es básicamente la misma, no se acepta a los hombres. Pero no siempre fue así. En los Juegos de Helsinki 1952 fue cuando debutó la categoría sin distinción de géneros. Mujeres y hombres competían para saber quién era el mejor en un deporte que data de finales del siglo XIX, cuando se le conocía como 'ballet acuático'.

No sería hasta el año 1941 cuando se reconocería como deporte. Gracias a la Unión Atlética Amateur de Estados Unidos, que además hizo la división de categorías entre hombres y mujeres, hasta entonces categorías mixtas.

El equipo de España en natación sincronizada en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020

El equipo de España en natación sincronizada en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 REUTERS

En ese momento todo se torció para los hombres. La Unión Atlética lo hizo pensando que los hombres tenían una ventaja biológica en el agua, pero en la práctica fue todo lo contrario. La separación hizo que poco a poco la disciplina perdiera interés por parte del público.

"El nado sincronizado fue diseñado para que fuera practicado por ambos sexos, pero la Unión Atlética los separó porque pensó que el ser hombre tenía ventajas en el agua, pero lo cierto es que era todo lo contrario", le dijo a la BBC Bert Hubbard, quien compitió a mediados de los años 50. En los Juegos Olímpicos de 1984, en Los Ángeles, ya no existió la parte masculina del deporte, se quedó solo la natación sincronizada femenina.

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En la actualidad, Alexander Maltsev, Bill May o Benoit Beaufils, hombres que practican la natación sincronizada masculina, pelean porque su disciplina sea también practicada al más alto nivel por hombres. Sin embargo, al igual que en el caso de la gimnasia artística con Peterson Ceus, no parece que haya muchas probabilidades de que cambien las cosas a corto plazo.

"Podemos entender que un dúo combinado va a ser diferente de uno femenino, pero no hay un criterio especial. Yo creo que nos van a juzgar por las reglas definidas para las mujeres", le dijo Maltsev a la BBC.

Una pequeña esperanza

Aún sí, en el Mundial de Natación de Kazán en 2015 ya se vio por primera vez competir a los hombres, aunque solamente en la modalidad de dúo mixto. Hasta que no se consiguió que participaran en mundiales, los hombres solo podían competir en Estados Unidos y Canadá, ya que ambos países cuentan con equipo propio de natación sincronizada masculina.

A partir de la apertura de torneos regionales y continentales a la participación masculina se ha logrado captar la atención de varios hombres que ahora quieren ser parte de los clubes de nado sincronizado en Europa y Estados Unidos.

En España el mayor exponente es Pau Ribés, que se enamoró de la 'sincro' cuando era niño y que no ha podido disputar ningunos Juegos Olímpicos, una espina que tiene clavada y que espera que algún día se pueda sacar. Aun así, lleva siete años compitiendo y pudo participar en los mencionados Mundiales de Kazan.

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"Después de una serie presentaciones, me llamaron varios entrenadores a decirme que varios muchachos se habían inscrito en clubes de nado sincronizado por lo que habían visto", relató por su parte el francés Beaufils.

"Yo pensé que no había hombres que practicaran este deporte, lo que ocurría es que pensaban que no se podía. Lo cierto es que da mucho alivio ver que estas cosas pasan", añadió.

Equipo de gimnasia rítmica de Bulgaria, en una imagen de archivo

Equipo de gimnasia rítmica de Bulgaria, en una imagen de archivo Reuters

De hecho, en los últimos Juegos Olímpicos de Tokio, que se celebraron el pasado verano, hubo un tercer deporte en el que solo participaban mujeres, el sóftbol. En este caso la explicación que se dio por parte del COI fue que se introdujo como la versión femenina del béisbol, ya que este no se incluyó en el programa.

Una exclusión masculina que llama la atención, ya que cada vez que se celebran unos Juegos Olímpicos se tienda a una mayor inclusividad por todas las partes. De hecho, en Tokio, las pruebas mixtas aumentaron hasta 18, nueve más que en Rio 2016, para animar a las delegaciones a incluir a más mujeres en sus equipos.