Lia Thomas y la nueva legislación de la FINA

Lia Thomas y la nueva legislación de la FINA David Vicente / Reuters

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La Federación de Natación propone una categoría donde compitan solo transexuales y no binarios

La FINA decide restringir la presencia en competiciones femeninas de hombres que cambiaron su sexo tras entrar en la fase previa a la pubertad.

21 junio, 2022 02:15

La Federación Internacional de Natación (FINA) pone fin a la polémica con la participación de nadadoras transexuales que compiten en pruebas femeninas tras cambiar de sexo de hombre a mujer. En las competiciones que organice el organismo mundial de este deporte no podrán participar profesionales como Lia Thomas o todas aquellas que han hecho su transición tras pasar la pubertad masculina. Para ellas, el ente lanzará una nueva modalidad de competición abierta que estará en desarrollo durante seis meses, abriendo la puerta a una categoría en los Juegos Olímpicos para personas trans y no binarias.

La nadadora, que abrió el debate sobre la moral y la desventaja para otras profesionales que supone su participación, declaró recientemente su deseo de poder llegar a París 2024. Tras los cambios de la FINA, no podrá. La resolución se basó en los informes de un comité científico que determinó que el desarrollo hormonal durante la pubertad brinda a los hombres una ventaja muscular sobre las mujeres. Fue aprobada por el 71,5% de los representantes de las federaciones.

Es una postura que va en sintonía con la política por la que ha optado la Unión Ciclista Internacional (UCI), aumentando las restricciones. El atletismo, por medio del presidente de World Athletics, Sebastian Coe, ha dicho que seguramente seguirán el ejemplo de la natación. La FINA es el segundo organismo de gobierno olímpico que limita la participación de deportistas transgénero después de que World Rugby lo hiciera en 2020. La FIFA está haciendo una consulta para revisar sus normas. Todos los caminos llevan a no ver más mujeres trans en competiciones femeninas, pero sí en estas novedosas categorías abiertas.

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El caos con la gestión de los deportistas transexuales comenzó con la resolución del Comité Olímpico Internacional, que consideró que cada deporte debía formular sus propias normas sobre la inclusión de estos profesionales. Ante este vacío que ha quedado hasta que las federaciones empiecen a cambiar sus normas, han aparecido diferentes casos polémicos en el ciclismo, como Emily Bridges, en el surf, como Jane Lowerson, o el atletismo, como Caster Semenya.

El caso más controvertido fue el de Lia Thomas. La nadadora de la Universidad de Pensilvania se convirtió en el mes de marzo en la primera campeona transgénero de la NCAA. Se impuso con absoluta superioridad al resto de sus rivales en la prueba de las 500 yardas libres femeninas. Will, su nombre como varón, inició un proceso de transición de género en la primavera de 2019, con 20 años. Por haberlo hecho después de superar el considerado 'Estado Tanner 2', no podrá competir con otras mujeres a partir de ahora.

La nueva normativa que ha aprobado la FINA establece que "los deportistas que han realizado el tránsito de hombres a mujeres serán elegibles para competir en categorías femeninas y podrán establecer récords mundiales en categoría femenina si pueden determinar que no han experimentado la pubertad masculina en parte alguna más allá del 'Estado Tanner 2' o antes de cumplir los 12 años". Desde ese momento, deben demostrar unos "niveles de testosterona por debajo de los 2,5 nanomoles".

Husain Al-Musallam, presidente de la FINA, justificó la decisión defendiendo que protege "los derechos de nuestros atletas para competir", así como "la equidad competitiva". Quiso dejar claro que el organismo da "la bienvenida a todos los atletas", por eso creará una "categoría abierta" en la que "todo el mundo tiene la oportunidad de competir en un nivel de élite". Esta nueva política ha comenzado a tener efecto desde este lunes 20 de junio.

Un imposible

Todo esto sucede después de que la Asociación Profesional Mundial para la Salud Transgénero actualizara sus pautas para reducir la edad mínima recomendada para comenzar el tratamiento con hormonas de 16 a 14 años. También estableció la edad mínima para los procedimientos quirúrgicos entre los 15 y los 17 años. Si se siguen estas recomendaciones, la mayoría de los jóvenes trans no comenzará la transición antes de los 12 años. La nueva Ley Trans española establecerá esta edad en los 14 sin restricciones.

James Pearce, portavoz de la FINA, aclaró que no están pidiendo que las transiciones empiecen antes de esa edad. "En la mayoría de los países nadie puede hacer la transición a una edad tan temprana", recalcó. La intención de la organización es que "la nadadora obtendrá una ventaja injusta si ha hecho la transición después del inicio de la pubertad", que "gozarían de múltiples ventajas". Por eso proponen una alternativa con esa categoría abierta para un posible 'tercer género'.

Lia Thomas durante la Ivy League Swimming and Diving Championships en la Universidad de Harvard

Lia Thomas durante la Ivy League Swimming and Diving Championships en la Universidad de Harvard REUTERS

Por ahora no hay ningún organismo que haya anunciado que acudirá al Tribunal de Arbitraje Deportivo, la vía habitual a la que se recurre en estos casos. Tampoco se ha pronunciado ninguna nadadora trans, así como no lo ha hecho Thomas. En cualquier caso, han llegado las primeras críticas a la decisión. En la última publicación de la Revista Time, Megan Rapinoe vuelve a mostrar su apoyo a las deportistas que han hecho la transición para que participen en modalidades femeninas.

El doctor Alireza Hamidian Jahromi explica en Associated Press que "la edad de la pubertad es distinta según las personas". "La transición se basa en tres variables: la social, la hormonal y la médica. ¿Cuál de ellas observa la medida de la FINA?", defiende el médico. Athlete Ally, el grupo de defensa de las personas LGBTQI+ en el deporte, expone que los nuevos criterios "son discriminatorios, dañinos y no científicos". Además, no habrá limitaciones para las mujeres que hagan su transición a hombres.

Una encuesta interna de la FINA esclarece que el 83% de los miembros querían limitar al sexo de nacimiento también la elegibilidad para las competiciones masculinas. El hecho de que no existan ventajas demostradas en este caso de transición hace que su política de admisión para todas las competiciones oficiales incluya a los que han cambiado su sexo de mujer a hombre. Ahora, las federaciones nacionales deberán certificar el sexo biológico de sus deportistas.

También supone un golpe para la ley de Irene Montero que se planea aprobar tras el verano en España. Esta eliminará cualquier verificación de sexo para participar de forma oficial en las competiciones en territorio español. Esas mismas nadadoras trans que compitan a nivel nacional en competiciones femeninas habiendo hecho su transición de hombre a mujer fuera de los plazos establecidos no podrán llegar a un Europeo, Mundial o Juegos Olímpicos con la nueva normativa de la FINA.