Fernando Alonso atiende a la prensa en Interlagos

Fernando Alonso atiende a la prensa en Interlagos Aston Martin

F1

El dardo de Fernando Alonso a Aston Martin que esconde un duelo interno silencioso que necesita una solución urgente

El español deja entrever su frustración tras el GP de Brasil, mientras el equipo británico sigue sin encontrar el rumbo ni el ritmo necesario para cumplir sus ambiciones.

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Fernando Alonso no acostumbra a lanzar frases vacías cuando habla con la prensa durante los Grandes Premios. Cada palabra, cada matiz, tiene un propósito para el piloto.

Por eso, cuando el piloto asturiano pronunció en Interlagos un escueto pero revelador "no puedo ser del todo sincero", las alarmas en Aston Martin se encendieron de inmediato.

El bicampeón del mundo, que vive su tercera temporada con el equipo británico, dejó entrever una tensión que va más allá de los problemas de degradación o de estrategia que marcaron el Gran Premio de Brasil.

Detrás de esa declaración se esconde un pulso silencioso, una batalla interna por el rumbo del proyecto y la forma de trabajar que necesita una solución urgente si Aston Martin quiere mantener viva su ambición de luchar por la victoria a partir de 2026.

Otra frustración

El fin de semana en Sao Paulo comenzó con buenas sensaciones. Alonso firmó una brillante sexta posición en la carrera al Sprint, y se había quedado a solo dos décimas de la sprint pole de Lando Norris.

Parecía el síntoma de una leve recuperación después del desastre de México, donde el asturiano firmó su quinto abandono de la temporada, el cuarto de ellos por problemas mecánicos.

Pero el espejismo duró poco. En la carrera principal, una mala elección de neumáticos y la alta degradación del AMR25 le relegaron hasta la 14ª posición final, lejos de los puntos.

"El neumático duro no fue una buena elección, pero había que intentarlo", reconoció el piloto. "Si hacemos lo mismo que los demás, acabamos detrás. Valía la pena probar algo diferente".

Esa frase, tan propia de Alonso, muestra el carácter de quien prefiere arriesgar antes que resignarse. Pero también refleja la soledad de un piloto que siente que su coche no le sigue el paso una vez más.

La frustración fue en aumento conforme avanzaba el fin de semana. "En los entrenamientos fuimos rápidos, pero el resto progresó y nosotros no", explicó.

El análisis era tan claro como preocupante: mientras los rivales daban un paso adelante, Aston Martin se quedaba clavado en el mismo lugar.

Y ahí llegó la frase que lo cambió todo: "No puedo ser del todo sincero, pero creo que los demás mejoran bastante".

Lectura entrelíneas

No fue una queja abierta. Tampoco un ataque directo. Pero en la Fórmula 1, el silencio a veces pesa más que las palabras.

La prudencia de Alonso sugiere que hay temas que no pueden decirse públicamente, quizá por no generar más tensión en un equipo que atraviesa una fase crítica.

El contraste con el discurso oficial es evidente. Mike Krack, jefe de equipo, ha insistido en que "son demasiado autocríticos" y que antes de sacar conclusiones hay que "analizar los datos".

Mike Krack, junto a Fernando Alonso en Aston Martin

Mike Krack, junto a Fernando Alonso en Aston Martin Aston Martin

Un mensaje que busca rebajar el tono, aunque dentro del garaje de Silverstone se percibe que algo no termina de encajar.

Las diferencias entre Alonso y Krack no son nuevas: en Austin, el español ya había declarado que "con el noveno coche, habíamos sumado un punto", una frase que no gustó nada a la dirección del equipo.

Krack respondió entonces que entendía la frustración, pero que había que mantener la calma. Sin embargo, la tensión no ha desaparecido.

En Brasil volvió a asomar, más contenida, más diplomática, pero igual de evidente. "No puedo ser del todo sincero" suena a pacto de silencio, a decisión consciente de no abrir un conflicto en público. Pero el malestar está ahí, latente.

Un 2025 sin rumbo

El AMR25 no ha estado a la altura de las expectativas. Tras un 2023 prometedor, en el que Alonso subió ocho veces al podio, el equipo ha perdido el norte.

La evolución del monoplaza se ha estancado y rivales como McLaren, Mercedes o incluso Williams han dado un paso adelante, dejando a Aston Martin peleando con Sauber o Haas por la sexta posición en el Mundial de Constructores.

En juego hay mucho más que orgullo. Cada puesto en la clasificación final representa millones de euros y horas de túnel de viento vitales para preparar el 2026.

Fernando Alonso, en el box de Aston Martin

Fernando Alonso, en el box de Aston Martin Reuters

El año del gran cambio reglamentario, el momento marcado en rojo para Aston Martin y de la esperada puesta en marcha del proyecto de Adrian Newey en Silverstone.

Pero 2025 corre el riesgo de convertirse en otro año perdido y frustrante para la cúpula, los mecánicos y los pilotos.

El equipo ha estado dividido todo el año entre quienes pensaban que había que apostar únicamente por el coche de 2026 y quienes defendían que no se podía abandonar la competitividad actual. Alonso, por supuesto, pertenece a este segundo grupo.

El asturiano quiere resultados. Sabe que su ventana competitiva no es eterna y que cada temporada cuenta. Por eso insiste en exprimir cada décima, en buscar soluciones dentro y fuera del coche.

Pero cuando la evolución no llega, cuando las mejoras no funcionan o tardan más de lo previsto, el desgaste es inevitable.

El duelo silencioso

En Silverstone todos hablan de unidad, pero la realidad es más compleja. Alonso y Krack mantienen una relación profesional, basada en el respeto mutuo, pero marcada por una diferencia de enfoques.

Cuando el luxemburgués era el team manager las últimas temporadas también hubo declaraciones cruzadas con un Fernando Alonso al que le ha frustrado mucho la falta de competitividad y los cambios de rumbo.

El piloto exige más ritmo, más riesgo y más recursos; el Krack pide paciencia, proceso y cautela. Dos formas de entender la competición que, en un momento de crisis, chocan frontalmente.

Fernando Alonso y Adrian Newey en la fábrica de Aston Martin en Silverstone.

Fernando Alonso y Adrian Newey en la fábrica de Aston Martin en Silverstone. Aston Martin

Esa tensión se ha dejado ver en los últimos fines de semana. Alonso ha optado por declaraciones medidas pero cargadas de significado; Krack, por mensajes institucionales de calma.

Ninguno quiere romper el equilibrio, pero ambos saben que algo debe cambiar. "Lo intentaremos. Se decidirá en Abu Dhabi", dijo el español al despedirse de Brasil.

Todo al 2026

En el horizonte aparece el 2026 como salvavidas. Aston Martin confía en que el nuevo reglamento y la entrada en vigor de su asociación con Honda supongan el impulso definitivo.

La llegada de Adrian Newey es el golpe maestro que Lawrence Stroll llevaba años buscando. Pero para que ese futuro tenga sentido y el equipo permanezca motivado, el presente debe sostenerse.

"No puedo ser del todo sincero" no es una frase cualquiera. Es el dardo de un campeón que exige respuestas.

Una advertencia al equipo, pero también una llamada a la acción. Aston Martin tiene recursos, talento y un plan ambicioso, pero el tiempo corre.

Si en 2026 no logran el equilibrio entre desarrollo, gestión y resultados, el silencio puede convertirse en ruptura.

Por ahora, Alonso guarda las formas. Pero detrás de su serenidad se intuye la urgencia de quien no quiere desaprovechar la oportunidad de un proyecto único. Silverstone tiene la palabra. El reloj, como siempre, corre más rápido que los coches.