Alonso repitió séptimo puesto en Shanghái.

Alonso repitió séptimo puesto en Shanghái. ROMAN PILIPEY EFE

F1 GRAN PREMIO DE CHINA

Fernando Alonso invita a creer: supera a Vettel por primera vez en casi cuatro años

Su séptimo puesto en China llegó tras adelantar al líder del Mundial. Más allá de lo anecdótico, la progresión del McLaren es evidente a estas alturas.

16 abril, 2018 02:39

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20 de abril de 2014. Es la fecha del último Gran Premio de China en el que Fernando Alonso, todavía en Ferrari, consiguió terminar por delante de Sebastian Vettel, en Red Bull por aquel entonces. Ese día, el español fue tercero y el alemán concluyó quinto. Aún habría tres carreras más de aquella temporada en las que esta situación se repetiría: Hungría (Alonso segundo; Vettel séptimo), Rusia (sexto; octavo) y Estados Unidos (sexto; séptimo). A partir de entonces, el duelo entre ambos siempre favoreció al piloto de Heppenheim… hasta este domingo.

Casi cuatro años después, Alonso colocó su monoplaza por delante del de Vettel. Nunca lo había logrado desde que volvió a McLaren y su rival le suplió en Ferrari, pero hay una primera vez para todo. Sucedió, como antaño, en China. El tercer Gran Premio del año resultó ser el escenario de un sorpasso, cuanto menos, chocante: durante la penúltima vuelta, el cuatro veces campeón del mundo fue superado por quien reinase en el Gran Circo hasta en dos ocasiones.

El adelantamiento fue más anecdótico que otra cosa. Vettel se vino abajo tras chocarse con el Red Bull de Max Verstappen unas vueltas atrás. El incidente hizo muy vulnerable al Ferrari del, no lo olvidemos, líder del Mundial. Y la consecuencia fue que Alonso, aprovechándose de la debilidad ajena, amarró una victoria moral de grandes dimensiones. Sí, el monoplaza de su rival vivía horas bajas, pero había que estar ahí para dejar con un punto menos en el zurrón al mejor piloto de lo que va de curso.

La maestría con los adelantamientos de Alonso volvió a quedar bien patente. No sólo por pasar de la decimotercera plaza en la que tomó la salida a la séptima con la que finalizó el día. También por la presión que ejerció sobre Vettel vuelta tras vuelta hasta que consiguió rebasarle. A pesar de que no le favoreció que el safety car entrase en pista a mitad de carrera (por un toque entre los dos Toro Rosso), el asturiano se sobrepuso a las circunstancias y dejó buenas sensaciones por tercera prueba consecutiva.

“Las carreras son los domingos, no los viernes ni los sábados, y los domingos intento hacer el mejor trabajo posible y estamos cumpliendo. Aunque nos falta velocidad, somos conscientes de ello y nos entristece no poder dar a los aficionados los resultados que queremos. Ojalá lleguen pronto”, confesaba Alonso al término del fin de semana. No, el McLaren todavía no ha alcanzado su techo competitivo. Pero, con un quinto puesto (Australia) y dos séptimos (también el de Bahréin) en este inicio de año, la escudería británica ya ha hecho bastante más a estas alturas que en 2017.

Hay que recordar lo mal que empezaron las cosas la temporada pasada para el piloto estrella del equipo: dos abandonos (Australia y Bahréin) y un decimocuarto puesto precisamente en China. El contraste con lo que sucede en la actualidad es de magnitudes considerables, con una sexta posición provisional en la tabla de pilotos para Alonso ahora mismo. Y, por encima de todo, la percepción de que ese objetivo de regresar a los podios sí podría alcanzarse en algún momento de la campaña.

Carlos Sainz, por su parte, ha comenzado peor que hace un año, ya que no ha mejorado ni igualado el octavo (Australia) y el séptimo puesto (China) de entonces con Toro Rosso (abandonó en Bahréin). Aunque sus sensaciones no son nada malas: su Renault (idéntico motor al del McLaren) ha puntuado en dos de las tres carreras disputadas.

Sainz en plena lucha con Magnussen.

Sainz en plena lucha con Magnussen. ROMAN PILIPEY EFE

El noveno puesto de Shanghái, su mejor resultado hasta la fecha (décimo en Australia y undécimo en Bahréin), llegó tras algunos momentos de batalla por la posición con Alonso, en pleno duelo nacional. Antes, la alegría por haber superado a su compañero de equipo, Hulkenberg, le duró poco. “Una pena, porque he perdido con Nico la posición que ya había ganado. Pero bueno, mejor pecar de optimista y de ambicioso que de lo contrario”, se resignó el madrileño.

Con mucho curso por delante, tanto él como Alonso están en el buen camino para autoconvencerse de que el salto de calidad es posible. Y, sobre todo, para que los aficionados españoles a la Fórmula Uno crean en ellos.